“Tuvimos una gran reunión”, dijo Ramírez a KCAL-TV al salir de su examen médico en Inglewood. “Estoy contento de estar aquí”.
Ramírez ganará 25 millones de dólares este año y tiene hasta noviembre para decidir si quiere cancelar la segunda campaña, en la que tendría un salario de 20 millones. El contrato contiene una cláusula que le permite vetar cualquier canje, y parte del salario será diferido.
“Todos queríamos lo mismo y eso me quedó claro”, dijo el manager de los Dodgers, Joe Torre, quien abandonó los campos de entrenamiento en Arizona con el gerente general Ned Colletti para acudir a la reunión.
“Después del año pasado y el tiempo que estuvo con nosotros, todos sabíamos que lo queríamos de vuelta. Sólo teníamos que ponernos de acuerdo”, agregó el dirigente. “Como dijo Ned, uno puede hablar por teléfono, pero hay que hablar de frente. Fue una reunión muy buena”.
Los Dodgers son el único equipo que intentó fichar a Ramírez, uno de los mejores bateadores de las mayores en la última década, el cual cumple 37 años en mayo.
Ramírez ayudó a los Dodgers a ganar el Oeste de la Liga Nacional el año pasado al batear .396 con 17 jonrones y 53 remolcadas en 53 partidos, tras llegar en un cambio procedente de los Medias Rojas de Boston. En los playoffs, bateó .520 con cuatro vuelacercas, 10 impulsadas, nueve anotadas y 11 boletos en ocho partidos. Torre, Colletti y el dueño del equipo Frank McCourt acudieron a la reunión con Ramírez el miércoles por la mañana en la casa de McCourt en Malibú. También estuvieron el representante de Ramírez, Scott Boras, y el asistente de Boras, Mike Fiore.