Luis Felipe López, fue una de las grandes esperanzas del básquetbol caribeño de los 90, un jugador que brilló como pocos latinos en su etapa universitaria (máximo anotador de la historia de St. John’s) y que, en la misma época en que en la Argentina surgía la generación dorada, amenazaba con liderar una camada brillante en su propio país.
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Sin embargo, su etapa NBA no alcanzó el nivel de éxito que tuvo en la NCAA y si bien acredita 249 partidos en la liga más importante del mundo, no tuvo continuidad en el mejor nivel y pronto emigró a Europa, desde donde regresó a las ligas centroamericanas tras sufrir una lesión de rodilla que hizo que muchos creyeran que su carrera. Continuar(una columna de basketdominicano)
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Sin embargo, su etapa NBA no alcanzó el nivel de éxito que tuvo en la NCAA y si bien acredita 249 partidos en la liga más importante del mundo, no tuvo continuidad en el mejor nivel y pronto emigró a Europa, desde donde regresó a las ligas centroamericanas tras sufrir una lesión de rodilla que hizo que muchos creyeran que su carrera. Continuar(una columna de basketdominicano)
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