La travesía internacional de Luis Flores aterrizó en Rusia. Después de probar suerte durante dos temporadas en la NBA (2005-2006), el base de 28 años se apresta jugar su cuarta temporada consecutiva en el Viejo Continente, tras dejar profundas huellas en las principales ligas de Italia, Grecia e Israel.
Flores llegó a un acuerdo con el equipo ruso Krasnie Krilya, conjunto que tiene programado debutar mañana en la Súperliga de la ex república comunista. Los términos económicos no fueron revelados por las fuentes que suministraron la información.
Flores, de 6'2 de estatura, viene de promediar 18,2 puntos, 3,6 rebotes y 2,8 asistencias para el Hapoel Holon, en Israel.
En Grecia tuvo que renunciar al contrato debido a incumplimiento de pagos.
Entre los años 2004 y 2008, la liga rusa se convirtió en el paraíso para los baloncestistas que no encontraban espacio en la NBA.
Los altos precios de materias primas como el petróleo, acero, aluminio, etc., llenó las arcas de algunos dueños de equipos y el dinero abundó.
Sin embargo, la recesión económica global afectó las finanzas de los equipos rusos, al punto que la mayoría confrontó problemas para pagar sus nóminas.
Un botón de muestra fue el caso del argentino Carlos Delfino, quien firmó con el Khimki por US$8,8 millones en agosto de 2008, pero rompió el contrato porque en marzo pasado dejó de recibir sus pagos y regresó a la NBA.
Flores llegó a un acuerdo con el equipo ruso Krasnie Krilya, conjunto que tiene programado debutar mañana en la Súperliga de la ex república comunista. Los términos económicos no fueron revelados por las fuentes que suministraron la información.
Flores, de 6'2 de estatura, viene de promediar 18,2 puntos, 3,6 rebotes y 2,8 asistencias para el Hapoel Holon, en Israel.
En Grecia tuvo que renunciar al contrato debido a incumplimiento de pagos.
Entre los años 2004 y 2008, la liga rusa se convirtió en el paraíso para los baloncestistas que no encontraban espacio en la NBA.
Los altos precios de materias primas como el petróleo, acero, aluminio, etc., llenó las arcas de algunos dueños de equipos y el dinero abundó.
Sin embargo, la recesión económica global afectó las finanzas de los equipos rusos, al punto que la mayoría confrontó problemas para pagar sus nóminas.
Un botón de muestra fue el caso del argentino Carlos Delfino, quien firmó con el Khimki por US$8,8 millones en agosto de 2008, pero rompió el contrato porque en marzo pasado dejó de recibir sus pagos y regresó a la NBA.
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