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jueves, 23 de junio de 2011

NBA: PAT RILEY DEFIENDE A SPOELSTRA Y A LEBRON JAMES

El presidente de los Heat de Miami, Pat Riley, defendió al entrenador Erik Spoelstra y al alero LeBron James al ofrecer su visión de lo sucedido al equipo durante la temporada regular y en la final de la NBA, que perdió contra los Mavericks de Dallas.

“Al margen de que no se consiguió el título de liga, la temporada fue histórica para los Heat y por lo tanto debemos seguir por el mismo camino”, destacó Riley, de 66 años. “Tendremos al mismo entrenador y habrá muy pocos cambios de jugadores”.

Riley descartó de nuevo que vaya a volver al banquillo para dirigir al equipo la próxima temporada. “No voy a hacer eso”, respondió Riley a la pregunta concreta sobre su posible vuelta como entrenador del equipo.

“No significa que no tenga el entusiasmo para hacerlo, pero ahora hay en el cargo un gran entrenador joven y deseo darle mi apoyo para que crezca como yo lo hice”.

Spoelstra concluye en latemporada del 2011-12 el contrato por cuatro años que firmó para sustituir al propio Riley.

Riley, que no quiso comentar los 15 puntos de ventaja que los Heat perdieron en el segundo partido de las Finales, señaló que el entrenador no estaba en debate, pero tampoco habló de una posible extensión de contrato a Spoelstra.

El presidente de los Heat también se refirió a su situación dentro del equipo y dijo que iba a seguir de la misma manera hasta que quisiera hacerlo, siempre de mutuo acuerdo con Micky Arison, el dueño de la franquicia.

LISTIN DIARIO

NBA: JJ BAREA "GUERRERO DE NACIMIENTO"

Por Alvaro Martin

NUEVA YORK -- En el mismísimo primer capítulo de la biografía de José Juan Barea escrita por el periodista caribeño Chu García, nos enteramos que Barea nació con su pulmón derecho colapsado, al tragar parte del fluido amniótico del vientre de su madre Marta.

El pediatra a cargo, Don Jaime Viqueira Mariani, calmó a los padres con una observación profética a Marta: "No ves lo fuerte y luchador que es. Aquí no se muere nadie, pues tu bebé es un fajón de la vida".

De esa manera, en los primeros párrafos de su biografía titulada J.J. Barea: pequeño pero grande (Punto & Coma Editores), García nos presenta la esencia del armador puertorriqueño, que el miércoles será recibido en el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín con un desfile de apreciación, admiración y respeto de parte de sus compatriotas por su aporte notable al campeonato de NBA de los Dallas Mavericks.

García revela que Barea también padeció de un tipo de asma inducida por el ejercicio que eventualmente desapareció a los 18 años de edad. Estos contratiempos no se interpusieron a una vida llena de actividad atlética. Marta fue y es instructora de tenis en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico y su padre Jaime nadó en la modalidad de espalda bajo la tutela del entrenador español Faustino Martínez también en el RUM.

José Juan es el menor de tres hermanos: Jason, con un buen tiro perimetral y Jaime Javier (enfrentó una colitis antes y durante las Finales), quien García describe como incapaz de meter una bola en un océano, representaron el estándar competitivo al cual el diminuto José Juan inicialmente aspiraba. Se imita el patrón del caso de Manu Ginóbili, quien en el afán de superar el nivel previamente alcanzado por su padre y hermanos mayores, tocó el cielo.

La biografía de García está repleta de anécdotas interesantes y poco conocidas: cuando José Juan tenía siete años de edad y jugaba en la división Pre-Futuras en 1992, su abuelo Salvador le ofreció cinco dólares por cada punto que José Juan anotase. El equipo mayagüezano buscaba cortar una racha de siete campeonatos estatales que portaba su rival esa tarde. Barea anotó 36 puntos y recibió un cheque por $180 dólares. García liquida la anécdota memorablemente: "su primera paga profesional con tan sólo siete añitos".

Su hermano Jaime Javier: "cuando jugábamos baloncesto en el patio de nuestra casa a José Juan no le gustaba perder, y casi nunca podíamos acabar hasta que nos ganara."

A los cuatro años de edad, ya practicaba dos veces al día, tres días por semana en la categoría Coquí. Por la mañana practicaba con niños de su edad, por la tarde con el equipo de su hermano mayor. Su entrenador de menores: José Alicea, recuerda cómo una situación fortuita redondeó el desarrollo de Barea: "dominaba tanto que crearon una regla especial cuando él tenía siete años y pico, que solamente permitía seis puntos a un jugador en vez de los 12 tradicionales. Entonces empezó a pasar más la bola".

José Juan aprendió las lides de acomodador de voleibol que le enseño su madre, porque llegó a jugar brevemente en el Voleibol Superior de su país en 1999. También despunta en el tenis.

Al avanzar como mejor jugador de su equipo y luego de la liga en la que participaba, a través de varios niveles de baloncesto juvenil, le llegó la oportunidad de jugar en el Baloncesto Superior Nacional de Puerto Rico, con Mayagüez, dirigido por quien lo dirigirá en el Torneo FIBAAméricas clasificatorio a los Juegos Olímpicos de Londres 2012, Flor Meléndez. Barea cumplía recién sus 16 años de edad, en 2001.

Dijo Meléndez, en aquel entonces, tras haberlo visto anotar 30 puntos en la liga puertorriqueña sub-21: "Su madurez sobresalía, al igual que su valentía natural."

Giddel Padilla, hermano del más reconocido jugador universitario e internacional Édgar Padilla, era jugador y representante de jugadores desde esa época y recuerda haberle dado un consejo a José Juan que acató: "Era necesario que un jugador blanco y bajito con sus características se diera a conocer por allá si quería jugar en alguna universidad, ya que resultaba muy difícil que vinieran a reclutarle al no tener reconocimiento en Estados Unidos".

Así fue que José Juan y su familia tomaron la difícil decisión que pasase un año en Miami en la secundaria Miami Christian, bajo la tutela de Arturo 'Pilín" Álvarez, un promotor cubano que arma equipos de secundaria, juveniles y hasta profesionales en el sur de la Florida, nutriéndose con frecuencia del talento desarrollado en el Caribe.

En Miami Christian tuvo que taparle la boca a compañeros de equipos y observadores que no lo conocían y se dejaban llevar por la mentira en sus ojos: que un jugador de esa estatura no podía sobresalir. En su partido inaugural, repartió ocho asistencias para aderezar sus 32 puntos. "Ha sido el jugador más competitivo que he dirigido'" señala Álvarez. "En su única temporada en Miami Christian su equipo tuvo marca de 38-2, pero lloró desconsoladamente después de las dos derrotas".

Al cierre de tan exitosa temporada, José Juan contrajo mononucleosis. Su madre Marta viajó a Miami para acompañarle. Barea impuso su deseo, jugó sus últimos ocho partidos con la condición, permitiéndole a Miami Christian convertirse en campeón estatal del estado de la Florida. Para que tengan una idea del nivel competitivo en 2002 en ese estado, el jugador del año a nivel de secundaria (conocido en inglés como 'Mr. Basketball') lo fue nada menos que Amar'e Stoudemire.

Sin embargo, todavía no recibía el reconocimiento que merecían sus logros, recepción que hasta el día de hoy solo comienza a cumplirse. Sus compañeros de selección nacional juvenil de Puerto Rico, bajo la dirección de Carlos Calcaño (probable asistente de Meléndez en Mar del Plata), no le pasaban inicialmente la pelota, así que José Juan tuvo que cortar un balón y contragolpear hasta la anotación para que se fijarán en él. Como dijo el otrora técnico John Chaney de Temple University, quien lo tuvo inscrito en unas clínicas veraniegas en esa universidad: "Atrae la atención y respeto de todos los jugadores".

El cubano-estadounidense Frank Martin, hoy director técnico de Kansas State y otrora asistente de Ron Everhart (quien en 2002 fungía como director técnico de Northeastern University en Boston) fue pupilo de Pilín Álvarez en Miami y vio jugar a Barea. De inmediato le llamó la atención a Everhart de la capacidad del armador. Pero lo que convenció a Everhart a la postre fue una llamada del entrenador Rick Pitino: "Rick estaba sentado en el gimnasio viendo jugar a José Juan. Me llamó por teléfono y me comentó: 'Ron, si todavía fuera el entrenador en Boston University (otrora rival de Northeastern), este chico sería mi primera elección'".

Aún así Everhart no le concedió una beca, hasta que Barea se presentó a una sesión en Northeastern que duró unos 25 minutos, al cabo de la cual, Everhart se dirigió al armador: "Basta ya. Te daré el balón y serás mi armador por las próximas cuatro temporadas en mi programa siempre y cuando mantengas la disciplina y las calificaciones académicas".

Fue Everhart quien insistió que Barea se sometiese a un régimen de levantamiento de pesas, que desarrollase un tiro de triple más confiable (de la distancia de la NBA, no de la NCAA que es más corta) y que se aplicara en el costado defensivo, porque la ofensiva ya podía aprovecharla un equipo de NBA que basase su ofensiva en un alto número de posesiones.

García, quien nació en Cuba pero al residir por la mayoría de sus años en el planeta en Puerto Rico, tiene la inusual suerte (que muy pocos privilegiados disfrutan) de tener dos patrias, describe como fue en el Mundial Juvenil de Grecia en 2003, que Barea comenzó a medir su talla contra los que hoy consideramos como los mejores jugadores de su generación, muchos de ellos en la NBA. Perdieron por un punto ante el campeón Australia, con Andrew Bogut. Le marcó 32 puntos en una causa perdida a Deron Williams y Dee Brown (armadores) de los Estados Unidos. Solo Linas Kleiza de Lituania superó a Barea en promedio anotador, y José Juan fue el camarero de lujo, encabezando la competencia con sus 5.9 asistencias por juego.

Dice mi colega Carlos Morales, quien podría acabar como el segundo asistente de Meléndez en Mar del Plata 2011: "La gente duda de él; por ser blanquito y bajito. Pero ya aprendí a no apostar nunca en contra de Barea porque siempre te hace quedar mal. Y no hablemos de su inmenso corazón, porque nadie le iguala."

Donnie Nelson, gerente general de los Dallas Mavericks, organiza un evento anualmente llamado los Global Games. Invita a selecciones juveniles de todo el mundo a competir en Dallas, y su torneo sirve de vitrina a los jugadores de ultramar que aspiran jugar en los Estados Unidos. Por su trayectoria como país basquetbolero, Puerto Rico es invitado anualmente y Barea aprovechó su paso por ese torneo para mostrar su capacidad.

En 2006 también selló la medalla de oro con un triple de último segundo frente a Panamá en los Centroamericanos y del Caribe en Cartagena, Colombia. Ese triple fue su respuesta a la decisión de optar por otros jugadores en la selección masculina de mayores de Puerto Rico de cara al Mundial en Sáitama, Japón, ese año.

Nelson vio el talento y temple de Barea y lo invitó al campamento de los Mavericks, tras José Juan no ser seleccionado en el Sorteo de la NBA. Barea sobrevivió el último recorte. Llega finalmente a la NBA por el ojo de Nelson, quien ha demostrado que no pone etiquetas prematuras sobre un jugador, y por la simpatía de su primer director técnico con los Mavs, Avery Johnson, también de baja estatura y quien ingresó a la NBA sin bombos ni platillos. Johnson se vio retratado al ver jugar al armador puertorriqueño.

El resto del interesante libro de García, quien ha recogido la crónica del acontecer deportivo en la isla caribeña por décadas, primordialmente para el diario El Nuevo Día, recoge las anécdotas ya más reconocidas del paso de Barea por la NBA.

La obra de García es el esfuerzo más completo de documentar los orígenes, desarrollo y efemérides de una figura notable en el baloncesto latinoamericano. Al igual que la de muchos otros jugadores iberoamericanos en la NBA, la historia personal de José Juan Barea está llena de obstáculos sobrepasados. Este libro le servirá de inspiración a muchos que estén similarmente convencidos que nada, ni nadie, los puede frenar.

espndeportes.com


martes, 21 de junio de 2011

NBA: JASON KIDD Y LOS MEJORES ARMADORES EN LA HISTORIA DE LA NBA

La victoria de los Mavericks de Dallas ha coronado una estelar carrera de Jason Kidd como armador en el basket de la NBA y muchos se han cuestionado sobre su posición en la lista de los mejores de por vida en esa posición. La columna TRIPLE TEAM presenta, a su consideración, cuales han sido los más destacados defensores de la posición uno en esa importante liga de baloncesto:

1 - Magic Johnson. No fue su tamaño (6-9) si no su habilidad lo que lo llevó a dominar el juego. Tres veces Más Valioso de la liga y de la Final. Cuatro lideratos de asistencias y dos de bolas robadas. Cinco anillos de campeón con 20 puntos, 11 asistencias y 7 rebotes de promedio de por vida. Nueve veces en el Todos Estrellas.

2 - Oscar Robertson. Con 6-5 y una gran fortaleza como guard. Combinaba una ofensiva tipo Jordan con una visión a lo Magic. Más Valioso (1964), Novato del Año (1961), Campeón (1971). Primer Equipo Todos Estrellas nueve veces. Promedió 25.7 ppj, 7.5 rpj y 9.5 apj.

3 - John Stockton. Nueve veces líder en asistencias. Dos ocasiones en el Todos Estrellas y cinco veces en el segundo equipo defensivo. Líder de por vida en asistencias y bolas robadas.

4 - Isiah Thomas. Dos veces campeón. Más Valioso de la final (1990). Tres veces en el Todos Estrellas. Tuvo averages de 19.2 puntos y 9.3 asistencias de por vida.

5 - Jason Kidd. Una vez campeón. Co-Novato del Año (1994). Cinco veces en el Todos Estrellas. Tres ocasiones en el primer equipo defensivo.

Líder en asistencias en una oportunidad. Único con 15 mil puntos, 10 mil asistencias y 7 mil rebotes.

6 - Bob Cousy. Seis veces campeón. Jugador Más Valioso (1957). Diez ocasiones en el Todos Estrellas. Ocho oportunidades siendo el líder en asistencias. Inventor de los pases por la espalda.

7 - Steve Nash. Dos veces Jugador Más Valioso (2005, 2006). Tres ocasiones en el Todos Estrellas. Cinco campañas como líder en asistencias. Dos veces primero en porcentaje de lances libres.

8 - Gary Payton. Jugador Defensivo del Año (1996). Nueve veces en el equipo de mejor defensa. Campeón de la liga (2006). Una vez líder en bolas robadas y una en total de asistencias. Promedió 16 puntos y casi 7 asistencias de por vida.

9 - Walt Frazier. Dos veces campeón (1970, 1973). Cuatro veces en el Todos Estrellas. Siete ocasiones en el mejor equipo defensivo. Promedió 18.9 puntos, 5.9 rebotes y 6.1 asistencias de por vida.

10 - Mark Jackson. Novato del Año (1988). Dueño de la marca de asistencias para un novato (868). Una vez líder en asistencias y cuatro en partidos jugados. Tercero de por vida en asistencias (10,334).

Mención de honor: Kevin Johnson, Maurice Cheeks, Guy Rodgers, Nate Archibald y Lenny Wilkens. Rod Strickland, Terry Porter, Tim Hardaway, Dennis Johnson y Mark Price.

ALEX RODRIGUEZ//LISTIN DIARIO

domingo, 19 de junio de 2011

NBA: FUE LARGA LA ESPERA, JASON KID Y SU TROFEO

NUEVA YORK -- El campeonato de la NBA recientemente ganado por los Dallas Mavericks tiene una serie de protagonistas e historias interesantes. Se puede comenzar con el alemán Dirk Nowitzki en su 13ra temporada en la liga, habiendo conseguido casi todos los honores individuales que un atleta de este nivel pudiera alcanzar (incluyendo JMV), pero siempre cargando con el estigma de "jugador blando que no podía ganar los juegos grandes", por no haber podido llevar a su equipo al título previamente.

Se puede continuar con un Jason Terry quien, siempre extrovertido y bocón, prácticamente garantizó un campeonato desde la pretemporada, cuando se hizo tatuar en su brazo derecho el trofeo Larry O'Brien y aseguró que se lo haría remover si los Mavs no alcanzaban el máximo logro esta temporada.

Podemos citar el caso de Shawn Marion, quien en 11 temporadas previas jugando a un altísimo nivel y figurando en muy buenos equipos en Phoenix, jamás había llegado siquiera a una Final de liga.

El técnico Rick Carlisle también tiene su historia interesante; habiendo dirigido a equipos contendores en Detroit e Indiana que siempre quedaban dando menos de su potencial, en parte debido a la forma de dirigir pre establecida e inflexible del mentor. No parecía el mismo técnico que durante esta postemporada rotaba toda su banca de un partido a otro, que utilizaba la zona como defensiva primaria en múltiples ocasiones y que fue capaz de cambiar su cuadro titular y su rotación de jugadores en el mismo medio de la Final.

Otra historia digna de acaparar la atención puede ser la del base José Juan Barea, quien sin ser seleccionado en el sorteo de novatos y en su quinta temporada en la liga, muchas veces menospreciado por la prensa debido a su baja estatura, se convirtió en una de las piezas más importantes del equipo en ambos costados de la cancha y de paso consiguió erigirse en el primer jugador nacido y desarrollado en Puerto Rico que obtenía un campeonato de la NBA.

También se puede mencionar al pívot Tyson Chandler y su malogrado traspaso de New Orleans a Oklahoma City en febrero del 2009, debido a no pasar el examen físico al que fue sometido por el médico del Thunder. Un posterior cambio de los Hornets a los Charlotte Bobcats abrió la puerta para que en julio del 2010 los Mavericks pudieran adquirirlo en otro trueque. Chandler fue el bastión defensivo en la posición de centro que Dallas había estado buscando por tanto tiempo y la lógica nos dice que si aquel doctor de OKC no hubiese vetado el cambio del 2009, quizás Tyson no hubiera llegado a jugar con el equipo de Mark Cuban.

Mucho se habló antes y durante la Final de la oportunidad que tenia Dallas de vengarse de la caída que sufriera en el 2006, pues el rival de esta ocasión, Miami Heat, era el mismo que le había derrotado en cuatro partidos consecutivos (luego de los Mavs haber ganado los primeros dos en casa) en aquella ocasión para privar a Nowitzki y Terry (los únicos dos jugadores que quedan en el equipo de aquella antigua edición) de su primer campeonato.

Pero no cabe duda que la mejor historia de todas las que rodearon el triunfo de Dallas es la de su veterano armador, Jason Kidd, quien a los 38 años de edad y luego de haber pasado 17 temporadas en la liga, incluyendo dos viajes previos a la Final cuando militaba con los New Jersey Nets, viene a obtener su primer campeonato en el ocaso de su brillantísima carrera.

Kidd comenzó su carrera precisamente en Dallas en 1994 y desde su llegada a la NBA impresionaba por su gran velocidad, fortaleza, capacidad atlética, visión de cancha, liderazgo y habilidad para pasar. Esa primera temporada compartió el premio de Novato del Año con Grant Hill, quien curiosamente también continúa jugando en la liga.

Tanto en sus dos temporadas en Dallas como en las cinco que estuvo posteriormente en Phoenix, Kidd era un asiduo participante en partidos de estrellas y miembro de alguno de los cuadros de honor de la liga, así como del quinteto ideal de jugadores defensivos. Pero fue en New Jersey donde Jason se convirtió en un ganador probado, guiando a una franquicia que nunca había estado siquiera cerca del éxito absoluto a dos finales de NBA consecutivas en 2002 y 2003.

Una cirugía de micro fractura en una de sus rodillas en julio del 2004 y la acumulación de partidos disputados le comenzó a robar gran parte de su capacidad atlética, lo que le obligó a reinventarse como jugador. Aunque siempre se había dicho que su falta de puntería en el tiro exterior era su gran debilidad, se dedicó a trabajar en su tiro de tres puntos de forma tal que se llegó a convertir en un especialista.

Ya no penetraba tanto como antes ni se movía tan rápido en defensa, pero conservaba la habilidad para pasar, capturar rebotes y utilizaba su gran anticipación y fortaleza para defender con éxito a jugadores más atléticos que él. Además su mejoría en el triple fue tal que hoy en día es el tercer anotador más prolífico desde esa área en la historia de la liga.

Su regreso a Dallas ocurrió en febrero del 2008, en un cambio por el también base Devin Harris y fueron muchos los que criticaron a Cuban por desprenderse de un armador talentoso y con un gran futuro para adquirir a otro que muchos consideraban ya acabado. Pero hoy día, 3 años después Kidd y Cuban pueden reírse de sus detractores porque el "viejito" fue clave en el campeonato obtenido.

Sus números en puntos y asistencias fueron los más bajos de toda su carrera, pero nadie puede negar su contribución armando el ataque, defendiendo a jugadores como Kobe Bryant, Kevin Durant o Dwyane Wade, encestando triples en momentos definitorios de partidos, logrando algún robo o rebote clave y, sobre todo, calmando a sus compañeros en los momentos más tensos de esta postemporada.

Si a alguien se le agotaban las oportunidades de obtener un título era a Kidd y si alguien puso todas sus cartas sobre la mesa para lograrlo fue precisamente él. Por eso, su historia de campeón es la más digna de contar, entre varias muy buenas de estos campeones.


Carlos Morales//ESPNDEPORTES.COM

viernes, 17 de junio de 2011

NBA: NOWITZKI CORONA DESFILE CANTANDO UNA CANCION

Desde un balcón del estadio, Dirk Nowitzki encabezó a los Mavericks de Dallas y a miles de aficionados cantando su nueva canción favorita: “We are the Champions”.

El dueño del equipo, Mark Cuban estuvo al frente en otra ronda de coros, mientras Jason Kidd sostenía el Trofeo Larry O’Brien.

La escena de felicidad se presentó el jueves al final del desfile en honor a los campeones de la NBA.

Una asistencia esperada de 250.000 personas, aunque quizá eran más, soportó temperaturas por arriba de los 30 grados centígrados (90 grados Fahrenheit) para disfrutar una fiesta que tardó 31 años en llegar, siendo éste el primer campeonato en la historia de los Mavericks.

Había otro nivel en la fiesta, una ceremonia con 10.000 aficionados con boletos para la temporada completa dentro de la American Airlines Center. La plaza alrededor del estadio con capacidad para 3.000 personas estaba llena desde tres horas antes de que empezara el desfile.

Los aficionados abarrotaron las calles y las aceras por todo el recorrido de un kilómetro y medio (casi una milla) desde el centro de convenciones hasta el estadio.

El fundador del equipo Donald Carter y su esposa, Linda, por quien empezó el equipo como un regalo, iban en un vehículo al frente del desfile, un descapotable blanco.

“Fantástico”, dijo Carter.

En un área de espera al inicio del desfile, Cuban tomó el trofeo de campeón mientras el actor Jamie Fox, quien es del área de Dallas, se unía al grupo. La mayoría usaba camisetas que decían “Icen el banderín”, entre otras prendas alusivas al nuevo campeón.

Cuban publicó en Twitter varias fotos desde esa área de espera.

“Es increíble”, dijo Nowitzki mientras aceptaba un puro de su compañero Jason Terry antes de subir al vehículo. “Estamos en la cima del mundo ahora y se siente increíble. He esperado este momento 13 años. Es increíble y todos vamos a disfrutarlo”.

Al final del desfile, quienes hicieron el recorrido se mostraron asombrados por la cantidad de gente.

“Estoy abrumado”, dijo Donnie Nelson, el presidente de operaciones del equipo.

Las temperaturas empezaron por debajo de los 30 grados centígrados, pero el pronóstico marcaba algo cerca de los 40 grados centígrados, según el Servicio Meteorológico Nacional. Hubo varios reportes de aficionados sofocados por el calor antes de que empezara el desfile.

LISTIN DIARIO

miércoles, 15 de junio de 2011

NBA: RANKING DE MVP EN LOS PLAYOFFS DE LA NBA

Por David Thorpe
ESPN.com

Mencioné que la presión en las Finales pueden llevar a algunos jugadores al ocaso y levantar figuras a nuevos pesos. Lo que deseábamos en estos seis partidos era exactamente eso. Los héroes se hacen su propio camino y los partidos sirven para recordarnos qué tan distintas fueron estas Finales a las demás que vivimos.

La temporada es historia, pero aún podemos aprender mucho de ella. Los jugadores pueden crecer y cambiar, para bien o mal. No hay ejemplo mejor que nuestro MVP de postemporada:

DIRK NOWITZKI




ESTADÍSTICAS DE POSTEMPORADA
GP MPG   PPG   RPG  APG   BPG  SPG   PER    EWA*
 21 39.3    27.7     8.1    2.5      0.6    0.6    25.33    5.7

Fue la falta de temor a fallar de Dirk lo que lo llevó al tope de la lista. Sirvió como recordatorio que el mejor jugador ofensivo de un equipo de grandes jugadores (de lo mejor) debe dar un paso al frente cuando se lo necesita. Una gran razón de que Dallas fue bueno en ofensiva fue que Dirk jugó su partido, tomando cada lanzamiento que tuvo. Eso mantuvo a sus compañeros en ritmo y le permitió ser ENORME en los últimos cuartos.

Dirk fue no sólo un compañero ejemplar en la cancha, mostró madurez y gracia. Los Mavericks estuvieron orgullosos de cómo jugó los partidos, y finalmente sentenció a Miami. Dirk tiene mucho que hacer con esto.

Crédito de la foto: Ronald Martinez/Getty Images


DWAYNE WADE

ESTADÍSTICAS DE POSTEMPORADA
  GP  MPG  PPG  RPG  APG  BPG  SPG  PER    EWA*
  21   39.4   24.5    7.1     4.4    1.3    1.6   26.42   6.6

Su triple de la esquina con seis minutos por jugar en el Juego 2 marcó el principio del final para su equipo. Pero sin sus anotaciones explosivas, Miami no tenía chances. No tuvo lo suficiente para llevar a Miami a ganar cuatro juegos.

Wade ganó más respeto de un equipo que ya lo admiraba tanto como lo odiaba. Cargó atacando y luchando, jugándose todo, encendido en mucha parte de los juegos. Pero en el fondo de su mente, debe preguntarse si estaba acompañado de una versión joven de Jason Kidd, porque así es como se vio LeBron en mucha parte de estas series, en vez de como un dos veces MVP de la NBA.

Wade, de todos modos, también necesita ser criticado, sobre todo por abusar de su Euro-step, algo que se usó con demasiada frecuencia en transición. Se convirtió en algo predecible ante Dallas y veremos a muchos oponentes la próxima temporada intentando hacer lo que hicieron los Mavericks en estas dos semanas. De todos modos, dio un gran aporte de básquetbol en el lugar que más importaba y ganó votos en la lista de "MJDLT" (mejor jugador de la tierra).

Crédito de la foto: Garrett Ellwood/Getty Images


JASON TERRY

ESTADÍSTICAS DE POSTEMPORADA
GP MPG PPG RPG APG BPG SPG PER EWA*
21 32.6 17.5 1.9 3.2 0.1 1.2 20.38 3.4

Terry mostró ser el mayor factor X de estas series. Entonado, agresivo, confiado e inteligente, Terry derribó muchas de las cuestiones que tenían que ver con la fe de Miami. Su lanzamiento en salto veloz fue tremendo en toda la postemporada, y ser perseguido por LeBron (6-8 de estatura) terminó siendo positivo para su juego. Terry fue tan oportuno, que nunca dejó pasar una chance de tener un tiro en vez de tener fe en conseguir uno mejor -- un error que Miami llevó adelante en repetidas oportunidades.

Si Dirk representa el profesionalismo de los Mavs, entonces Terry es la arrogancia, algo que Dallas neecsitó para ganar las series tras ser dominado en gran parte de los primeros tres partidos. A diferencia de Miami, en cambio, Terry desplegó la arrogancia pero nunca perdió el foco en la cancha. Dallas contó con él de manera inmensa, y salió adelante.

Crédito de la foto: AP Photo/Lynne Sladky


LEBRON JAMES, HEAT

ESTADÍSTICAS DE POSTEMPORADA
  GP MPG  PPG  RPG   APG  BPG   SPG  PER    EWA*
  21  43.9   23.7    8.4     5.9     1.2     1.7   23.78    6.1

Hay una gran distancia entre los primeros tres apellidos de la lista y LeBron. Sí, fue maravilloso para Miami a lo largo de los playoffs hasta el Juego 2 de las Finales, pero fue horrible del cuarto en adelante. No tan espantoso como Joel Anthony y Mike Bibby, obviamente, pero horrible en comparación de lo que necesitaba su equipo y de lo que era capaz de hacer.

Dirk recibió un montón de críticas injustas en 2006, pero LeBron merece todo lo que llegue en este verano y la próxima temporada. Seguro, anduvo bien en las estadísticas -- lo puede hacer con los ojos cerrados -- pero siempre que su equipo lo necesitaba con una jugada importante, falló. Los números también dieron una realidad, con esa horrible producción en los últimos cuartos con sólo dos rebotes ofensivos en los últimos dos partidos (o exactamente uno menos que J.J. Barea).

LeBron gastó demasiada energía en defensa al comienzo de esta serie, pero se lo vió menos apretado cuando la serie empezó a definirse. En el final, no quería seguir más a Jason Terry tras las cortinas. Mal por él, todas las cosas que había hecho bien en los playoffs de Conferencia Este se fueron por la borda tras el pésimo nivel ante Dallas. Ahora debe enfrentar a un oponente más duro: las dudas que correrán en su mente a lo largo de todo el verano.

Crédito de la foto: Nathaniel S. Butler/NBAE/Getty Images 



*EWA: Agregado de victorias estimadas, John Hollinger estimó victorias que un jugador agregó a un equipo en postemporada, en comparación de si lo hubiera reemplazado otro.

martes, 14 de junio de 2011

NBA: LA CIUDAD DE DALLAS RECIBIO A SUS CAMPEONES

DALLAS. AP. Mientras los Dallas Mavericks festejaban su campeonato en camisetas alegóricas empapadas en champaña, podían mirarse unos a otros y reírse de aquéllas reputaciones que solían cargar.

El base que era demasiado viejo y su suplente, demasiado bajo. El dueño bocón y arrogante. El pivote ágil, pero propenso a las lesiones. El entrenador y la estrella principal, demasiado blandos como líderes.

Todos ellos disfrutan ahora de otra etiqueta: campeones de la NBA.

Al menos por este año, los Mavs demostraron que los súperequipos no se construyen a partir de dos o tres estrellas. El alemán Dirk Nowitzki es su único astro en el mejor momento de su carrera, pero Dallas ganó a la antigua, subrayando aspectos clave como el compañerismo y la falta de egoísmo.

“Creo que ésta es una victoria del básquetbol en equipo”, dijo Nowitzki. “Esta es una victoria del juego en equipo en los dos lados de la cancha, de compartir la pelota, de pasar la pelota. Y lo hemos hecho toda la temporada”.

“Somos campeones del mundo”, agregó. “Suena increíble”, reiteró el alero nativo de Alemania.

Los Mavericks llegaron el lunes a Dallas y planeaban un desfile de celebración por el centro de la ciudad para la mañana del jueves, confirmó la vocera Sarah Melton.

El dueño Mark Cuban se ofreció a pagar los gastos

a la alcaldía.

Nowitzki decidió quedarse en Dallas cuando Cuban le prometió que intentaría triunfar con

el mismo núcleo de jugadores, reforzado con algunos suplentes.

EL NACIONAL

NBA: BAREA FUE LA APUESTA DE CARLISLE

MIAMI -- El baloncesto puertorriqueño y latinoamericano tuvo en el base José Juan Barea a la apuesta ganadora del entrenador de los Dallas Mavericks, Rick Carlisle, que decidió darle la titularidad a partir del cuarto partido de las Finales de la NBA.

Después de perder dos de los tres primeros partidos de la serie al mejor de siete, Carlisle comprobó que su ataque necesitaba de un mayor apoyo y como le había sucedido en las finales de la Conferencia Oeste ante los Oklahoma City Thunder su arma secreta frente a los Miami Heat iba a ser Barea.

La decisión le dio a Carlisle resultados favorables inmediatos con tres triunfos consecutivos, incluido el último en el sexto partido (105-95), que sentenció 4-2 la serie al mejor de siete para lograr el primer anillo en 31 años de historia de los Mavericks.

Barea, que rompió con su velocidad a la defensa de los Heat, aportó 15 puntos, tercer máximo encestador del equipo, después del escolta Jason Terry (27) y el ala-pívot alemán Dirk Nowitzki (21).

"Siempre dije que estaba listo para jugar tanto de reserva como de titular, y lo único que me importaba era ayudar al equipo a conseguir el título de campeón y eso fue lo que sucedió", declaró Barea después de haber jugado 30 minutos durante el sexto partido.

Barea, que ocupó la titularidad en perjuicio del escolta SeShawn Stevenson, anotó 7 de 12 tiros de campo, incluido un triple en tres intentos, repartió cinco asistencias, capturó tres rebotes y recuperó dos balones.

"Ha sido un apoyo excepcional para nuestro equipo", declaró Nowitzki, nombrado Jugador Más Valioso (MVP) de las Finales. "No tengo ninguna duda que la gran diferencia a partir del cuarto partido fue la titularidad de J.J.".

Nowitzki admitió que Barea había estado "fenomenal" en el juego de ataque dentro de la pintura, la manera cómo tiró a canasta en el quinto partido cuando logró 17 tantos e hizo mover al equipo.

"Además siempre estuvo listo para hacer algunos tiros que fueron canastas importantes", agregó Nowitzki cuando valoró la labor de sus compañeros durante las Finales y el apoyo que recibió.

Barea dijo sentirse muy "feliz" por todo lo que estaba viviendo como profesional al conseguir su primer anillo de campeón de la NBA, pero sobre todo el tener el reconocimiento a su trabajo por parte del entrenador y los compañeros.

"Siempre tuve la confianza que lo que hacia en el campo iba a ser bueno para el equipo, especialmente cuando puse mi agresividad en el juego de ataque", valoró Barea. "Creo que sorprendimos a los Heat que no encontraron respuestas a las variantes que presentamos en el ataque".

En cuanto a la manera como Stevenson aceptó irse al banquillo para que él ocupase el puesto de titular, Barea destacó que dentro de los Mavericks no había ningún egoísmo y que todos eran compañeros por encima de la figura individual.

"Tengo que aplaudir y felicitar la manera como DeShawn (Stevenson) puso a un lado el elemento personal para bien del equipo", comentó Barea. "Su reacción ha sido un ejemplo para demostrar que somos un buen equipo y buenos compañeros".

Por su parte, Carlisle y el propio Stevenson señalaron que el cambio de Barea como titular había sido una de las claves para que los Mavericks tuviesen su primer título de liga.

"Ha jugado de forma grandiosa en la responsabilidad que le correspondía, su aportación ha sido decisiva y los tres triunfos que el equipo consiguió con su presencia de titular no dejan ninguna duda del acierto de mi decisión", subrayó Carlisle. "Además, DeShawn (Stevenson) también respondió al máximo como reserva".

Barea dijo que su gran deseo había sido concluir la temporada con marca perfecta siendo titular, además de ganar el título de campeones, y eso fue lo que consiguió.

Los Mavericks ganaron los cinco partidos en los que Barea fue titular durante la temporada del 2011, incluidos los tres últimos de las Finales de la NBA, que les permitió conseguir su primer título de liga.

Mientras que Barea logró su primer anillo de campeón de la NBA y mantuvo el protagonismo latinoamericano dentro del mejor baloncesto del mundo para recoger el testigo que las dos temporadas anteriores había tenido el ala-pívot español Pau Gasol, con Los Ángeles Lakers.

ESPNDEPERTES.COM

lunes, 13 de junio de 2011

NBA: EN BARAHONA CELEBRARON EL TRIUNFO DE DALLAS COMO QUE FUE UN EQUIPO DOMINICANO QUE GANO

BARAHONA. Decenas de personas se lanzaron anoche a las calles de esta ciudad, a celebrar el triunfo de los Mavericks de Dallas sobre Miami Heat 105-95, para coronarse campeones de la NBA.

La celebración fue realizada en el barrio Villa Estela, donde los fanáticos de Dallas recorrieron calles y avenidas festejando el triunfo. Jóvenes y adolescentes dejaban escuchar latas y consignas durante su recorrido, que levantó de sus camas a los que ya se habían acostados.

El recorrido fue finalizado por las calles Trinitaria, Donantes, Independencia, Duarte, Doctor Leguen, Avenida Luperón, entre otras. Muchas personas se apersonaron a sus galerías de sus viviendas para saludar a los que celebraban el triunfo de Dallas. Los Mavericks conquistaron su primer título en la NBA, al superar en el sexto juego de las finales.

EL NACIONAL

domingo, 12 de junio de 2011

NBA: DALLAS CAMPEON ABSOLUTO, NOWITZKI MVP, LEBRON SE DESAPARECIO EN LAS FINALES

DALLAS CAMPEON

MIAMI -- Dirk Nowitzki y los Dallas Mavericks se proclamaron el domingo campeones de la NBA por primera vez en la historia, pasándole por encima a LeBron James y al Miami Heat .

Jason Terry encestó 27 puntos, Nowitzki agregó 21 y los Mavericks derrotaron con autoridad 105-95 a Miami en el sexto juego de la serie final.

Los Mavericks ganaron cuatro de los últimos cinco partidos de la final, un giro que no pudo ser más dulce tras la amargura de 2006, cuando les tocó ver al Heat celebrar su primera corona en Dallas al imponerse en el sexto duelo.

James coló 21 puntos para Miami, aunque pasó mayormente inadvertido después de los primeros minutos. Chris Bosh aportó 19, Mario Chalmers añadió 18 y Dwyane Wade anotó 17 para el Heat.

Cuando todo acabó, el propietario Mark Cuban corrió hacia la cancha para abrazarse con el entrenador Rick Carlisle.

James quedó como una postal de la desolación: tendrá que seguir esperando al menos una novena temporada para conseguir su primer título.

El protagonismo fue para el alemán Nowitzki, quien fue consagrado como el jugador más valioso de la final tras cargarse al equipo encima, con una dolencia en un dedo y hasta jugar un partido afiebrado.

NOWITZKI MVP

MIAMI -- Dirk Nowitzki se consagró como el jugador más valioso de la final de la NBA tras el inmenso aporte de clase y coraje que ofreció al conducir a los Mavericks de Dallas a su primer campeonato.

Aunque el Nowitzki no brilló en demasía en el sexto partido, el alemán no dejó de ser vital en el triunfo. Durante la serie, sobreponiéndose a lesiones y hasta una fiebre, fue la bujía para remontar marcadores en contra de 12, nueve y cuatro puntos en las victorias anteriores de Dallas.

Nowitzki, el jugador más valioso de la liga en 2007, encestó de zurda la canasta de la victoria del segundo partido, pese al desgarre de un tendón en la punta de su dedo medio, el cual sufrió en el primer duelo.

Anotó 10 de sus 21 puntos en el último periodo del cuarto partido, con todo y que padecía una fiebre a causa de una sinusitis.

Y en el quinto partido, una clavada suya en los últimos minutos le dio a Dallas la ventaja definitiva.

Siempre clave en los momentos decisivos.

LEBRON CON EL MUNDO ENCIMA

Juventud, divinos enredos.

Nadie, si no el mismísimo LeBron James dejó caer sobre sí una abrumadora presión antes del quinto juego ante los Mavericks, asegurando a los medios que ese partido era el más importante de su carrera, obviamente buscando reivindicarse tras esos ocho puntos del cuarto juego en el que sonaron los focos de alarma tras un desempeño inusual para el estatus de súper estrella que tiene en la NBA.

Pero el baloncesto es un juego de conjunto, y a pesar de la fiereza atlética de James y toda su lista de talentos, su proceder verbal fue poco adecuado, sobre todo para su beneficio personal. Porque en un equipo como Miami, es indudable que pesan las individualidades, y él sin duda es la gran figura; incluso por encima de Dwyane Wade, aunque la experiencia de campeonato del segundo lo coloca muy por delante de la juventud y entusiasmo del Rey. Quizá la presión que ha exhibido James ni siquiera sea por esos míseros ocho puntos del martes, tal vez todo se remonte a ese ensamblaje que logró junto a Wade y Chris Bosh en el verano pasado, y sea eso lo que ahora esté pesándole tanto, digamos que por la condición de favorito que se tatuó desde la pretemporada.

James entonces, deberá aprender que, con todo y esa aura de dominancia que pesa sobre él, para que un sistema de juego funcione necesita tener una sintonía total entre sus elementos, como mínimo. Y el Heat no es que haya estado fuera de tono por completo en el quinto juego contra Dallas. Fue un encuentro muy parejo hasta que otra vez llegó la hora de definir. Son de veras de esas veces en que sólo queda reconocer la grandeza del rival. Los Mavericks otra vez, y en esta ocasión de mejor manera, supieron tomar las riendas del juego hacia el final del partido y fue así como dejaron atrás a un Heat voluntarioso pero sin la firmeza necesaria para liquidar al enemigo.

Porque, si bien LeBron logró un triple doble (17 puntos, 10 rebotes y 10 aistencias) en el encuentro que dejó al Heat a punto de ser eliminado, abajo 3-2 en la serie, su actitud corporal fue siempre tensa y poco relajada durante el juego. La expresión de su rostro en el primer cuarto era inequívocamente de ansiedad. Aún así, con el paso de los minutos pudo encontrar cierto ritmo ofensivo, lo que le permitió mantener a flote al Heat cuando Dwyane Wade tuvo que retirarse a ser atendido de la cadera, tras un choque contra Jason Terry en el pirmer cuarto. No obstante, le siguió faltando cierta elocuencia a la ofensiva.

Cuando Wade se reincorporó por segunda vez, hacia el final del juego, James logró un par de encestes en transición junto con él y las cosas parecían mejorar para el Heat, que amenazaba con salir victorioso, pero al final LeBron apenas encestó un par de puntos en otro cuarto periodo que le será difícil de digerir.

También es justo reconocer que Miami se vio afectado por la molestia en la cadera de Wade, quien se perdió bastantes minutos tratando de suprimir el dolor que desafortunadamente, a comparación de las molestias de una gripe o infección de sinusitis fue de mayor impacto físico que mental.

Los Mavericks por su parte hicieron eco de ese impresionante cuarto juego ante los Lakers en las semifinales de conferencia al encestar desde todos los ángulos triples y más triples.

Dallas logró colar 13 de sus 19 intentos a la canasta desde larga distancia y la variedad de ejecutantes fue diversa: Dirk Nowitzki, José Juan Barea, Jason Kidd, Brian Cardinal, DeShawn Stevenson, y el que firmó quizás con más énfasis los suyos: Jason Terry.

Terry, como dijo Nowitzki en su conferencia con la prensa despues del triunfo, estuvo fenomenal: encestó 8 de sus 12 disparos al aro, de los cuales, tres fueron canastas de tres puntos en cinco intentos. Pero más determinante todavía fue su confianza al ejecutar. Mientras LeBron lució desesperado aunque algo efectivo, Terry demostró serenidad y contundencia al ataque.

Además del liderazgo de Nowitzki y sus 29 puntos, el boricua Barea merece una mención de honor por su arrojo a la hora de atacar la canasta y por la inspiración mostrada detrás del arco, desde donde encestó 4 de sus 5 lanzamientos.

Los Mavericks precisamente contaron con 5 jugadores en dobles dígitos, en un juego con el que se despidieron del American Airlines Center para enfilarse hacia Miami en busca de concretar su aventura de campeonato, con esa mesura que los ha mantenido con los pies sobre la tierra y en instancias que pocos imaginaban.

Miami en cambio, tendrá la presión de jugar en su cancha los dos siguientes partidos con el riesgo de permitir una celebración texana en su cancha, porque Dallas, como en un largo encuentro de tenis, tendrá ahora un par de "puntos para partido".

Ya veremos.


NBA: MAPA DEL SEXTO JUEGO

Y entonces, un día, llegamos al sexto round de las Finales.

No podemos pedir mucho más para este cierre de campeonato, porque lo hemos visto todo: definiciones de último segundo, declaraciones explosivas, cierres más dramáticos que bien jugados, cambios de estrategia, modificación en los roles protagónicos.
Desde el Juego 1 de esta serie, la incertidumbre pasó a ser la única certeza. La inanidad de los pronósticos quedó en evidencia con cuatro partidos definidos en el último segundo de acción, siendo Dirk Nowitzki el elemento, para bien o para mal, que derribó con la yema de sus dedos la música del azar de los cuartos decisivos.

El domingo podemos tener un nuevo campeón de NBA, si es que Dallas termina siendo una visita molesta en Miami. ¿Ya, tan pronto? El tiempo siempre parece poco cuando de básquetbol se trata. Vamos, a no mostrar tanta pena que aún queda mucho básquetbol por jugar y hay varias preguntas por resolver.

Por lo tanto, la idea de esta entrega es brindar algunas líneas de lectura para el sexto juego que se aproxima.

El ataque del Heat a la zona 3-2. Sistemáticamente esta defensa se intensifica en los últimos cuartos, siendo Tyson Chandler el gigante movedizo que cierra las penetraciones con sus ayudas e impide la estaticidad que derivaría en defensa ilegal. Dwyane Wade es quien mejor lee cómo atacar a esta defensa, sobre todo por su agresividad para ir hacia el aro. Erik Spoelstra debe trabajar en el movimiento del balón veloz -los triples de Mario Chalmers son una consecuencia de girar la pelota a velocidad- y también en la subida de los internos a la altura del poste alto para poder recibir, atacar o descargar para desequilibrar la defensa. ¿Por qué esto suena casi descabellado? Porque Chris Bosh no es un jugador que disfrute del contacto, prefiere abrirse y lanzar de media distancia que tener que vérselas debajo del aro contra alguna torre de poder. Udonis Haslem lo mismo. Quizás Joel Anthony tenga algo más de roce para ejecutar algo de este tipo, pero al tener tan poca ductilidad con el aro, sus soluciones sólo pasan por pasar el balón y por lo tanto se convierte en predecible. Los Mavericks, por su parte, tienen que intentar hacer una zona matchup, no tan liberada, para no perder de vista los cortes por el fondo de cancha.

La defensa de los Mavericks en el pick and roll. Curiosamente, Dallas tuvo que ingerir un trago de su propia medicina. El Heat, con LeBron James como estandarte pasador, entendió muy bien cómo atacar con este movimiento simple pero efectivo. La cuestión era sencilla: el pick del interno del Heat nunca llegaba a destino, era más bien un amague de cortina con corte directo hacia el aro. Esto abría dos opciones: 1) recepción del pick falso y ataque al aro directo 2) recepción del pick falso y pase a una tercera opción, que quedaba liberado luego de que su defensor saltase a ayudar. Los Mavericks lograron salir airosos, pero Rick Carlisle debe mirar muy de cerca este pasaje del juego porque no siempre se escapa sin un rasguño de una montaña en derrumbe.

La salud de Dwyane Wade. El choque de frente con Brian Cardinal con 4:01 minutos por jugar en el primer cuarto del Juego 5 de la serie hizo que D-Wade tenga que pasar por el vestuario para recibir atención en la parte izquierda de su cadera. Con James jugando de pasador, la punta de lanza es siempre el escolta campeón con el Heat en 2006. Volvió a jugar, se lo vio bien pero estaba dolorido. Tuvo tres días para recuperar su plena forma, pero esos golpes de frente, con tanta carga de partidos en la espalda, siempre dejan alguna secuela. Wade dijo que él "no habla de las lesiones". Lo respetamos, pero seguramente el mundo hable de lo que le sucede el domingo cuando lo vea, con lupa, en cada una de sus arremetidas.

La aparición del pequeño gigante boricua. Cuando lo vemos correr a José Juan Barea en ofensiva estacionada, parece que entramos en una de esas películas made in Hollywood en la que un niño juega con profesionales y termina siendo el más destacado. "Se para el pelo para parecer más alto", dijo alguna vez Dirk Nowitzki, bromeando sobre su compañero. Y es cierto que parece pequeño, pero es tan efectivo que ha hecho olvidar a los fanáticos de Dallas de que existió alguna vez alguien llamado Rodrigue Beaubois. O Devin Harris. Barea apareció en todo su esplendor en el 5° juego de la serie, penetrando las defensas con intensidad y lanzando triples claves cuando el partido se cocinaba a fuego lento en el tercer cuarto. Más allá de su producción personal -siempre importante- Barea hace que la ofensiva sea movediza, fluida y que la cancha se haga más abierta, evitando caer en la única solución de Nowitzki. Al aparecer las ayudas del Heat en sus penetraciones, la descarga despierta lanzamientos cómodos.

Los últimos minutos de LeBron. A esta altura este comentario tiene tantas aristas y desviaciones que lo único que hace es confundir. Pero, pese a decir esto, es imposible que lo pasemos por alto. Aquí no comparamos a LeBron con nadie por la simple razón de que nos parece un ejercicio fútil. El Heat gozó de tres cuartos de James para el recuerdo en el Juego 5, anotando puntos, entregando asistencias, tomando rebotes y defendiendo. Pero en el final de los partidos, Miami necesita una cuota extra de su estrella que no está apareciendo. Cerca del aro, James sigue siendo peligroso, pero los problemas radicales surgen cuando se aleja a tomar lanzamientos de media y larga distancia: tiene tanta presión encima, sufre tanto el qué dirán que termina jugando nervioso y no alcanza a plasmar todo lo que sabe hacer. El jueves, sumó su cuarto partido en fila con dos puntos o menos en el cuarto de cierre. Y un dato más: en el 'crunch time', James tuvo 0-7 en estas Finales, con 0 puntos, 0 rebotes y dos asistencias. Nowitzki, por citar un ejemplo, tuvo 8-12, 26 puntos, siete rebotes y un pase-gol.

Nowitzki como opción, no como obligación. Todos sabemos que para el tanque alemán, la presión es sólo una palabra de siete letras. No significa más que eso. Tiene el mismo gesto cuando encesta que cuando falla: toma la situación con tanta naturalidad como si estuviese pidiendo una salchicha con chucrut sentado en un pub de Berlín. Para Dallas, de todos modos, no sirve que todas las pelotas sean de Dirk. Lo mejor que le pudo pasar al equipo de Mavericks fue contagiar al resto de los soldados, que Jason Terry vuelva a clavar esa daga en el medio del pecho de sus defensores, que Jason Kidd tome el tiro cuando está en soledad, que Chandler arremeta contra el aro cuando la pelota llega en la zona pintada. Nowitzki lo sabe, Carlisle lo sabe y ahora lo sabe el resto de los mortales. El básquetbol es un trabajo de equipo, lo demás es pan para hoy, hambre para mañana.

La misión del Heat: llevar a los Mavericks a las esquinas. ¿Dónde es más fácil doblar a un jugador? En los costados de la cancha. En ese lugar es donde Spoelstra y sus asistentes pretenden encontrar a Nowitzki para hacerle el 2-1. Digamos que esa es la batalla que se libra noche a noche, lo que los Mavs pretenden y los que el Heat intenta corregir. Si observamos de cerca, es casi incontrolable Nowitzki cuando sube al poste alto y ataca desde el centro. Así aparecieron las célebres bandejas con mano izquierda y derecha que terminaron en triunfos de Dallas. Si la pelota llega a las esquinas, es trabajo fácil para los defensores y la rotación de balón se hace problemática. Sobre todo ahora que no está Caron Butler, todo un asesino para penetrar por la línea de fondo.

La experiencia de Kidd, ese valor incalculable. Hemos visto una tendencia en estas Finales y es que el Heat cae en el marcador y los Mavericks, como un caballo desbocado, toman la delantera en los metros finales. La razón tiene que ver con la experiencia en el manejo del balón, con la diferencia entre tener un base de mil batallas como Kidd o tener a un escolta disfrazado de armador. Tarde o temprano, esto queda en evidencia. Pese a no haber sido un equipo de campeonato en los últimos años, Dallas se comporta en los cierres como si fueran los Lakers o los Celtics. Se equivocan a lo largo del último cuarto, pero rara vez fallan en las dos o tres pelotas decisivas del partido. Esta cuota de experiencia sirve para quedarse con los partidos, para entender qué decisión tomar cuando verdaderamente importa. En definitiva, el diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo.

La defensa es lo que entrega campeonatos. Okey, es verdad, el quinto juego fue, a diferencia de lo que sucedió a lo largo de la serie, un partido netamente ofensivo. Pero hay que aclarar que será muy difícil que se repita, por lo que poner el acento sólo sobre el ataque puede ser como hacer equilibrio descalzo encima de una cuchilla. El poderío ofensivo de estos equipos es notable, pero no han llegado a esta instancia del campeonato precisamente por lastimar con el balón. Su virtud más notable ha estado en el retroceso, en saber cómo controlar las armas más peligrosas del rival. En el 5° juego, los Mavericks estuvieron muy certeros desde la tercera dimensión, pero a esa precisión natural hay que sumarle que la defensa del Heat no tuvo una rotación defensiva veloz, como si había hecho en la serie ante los Bulls. Quien esté más encendido en ese aspecto, ganará el juego. Tan simple e importante como eso.

La importancia de los suplentes. La profundidad de la banca es un factor crucial en este momento, porque los equipos están desgastados, por lo que la posibilidad de poder mover piezas y encontrar soluciones es fundamental para ambos entrenadores. Carlisle acertó en grande al colocar a Barea como titular, haciendo saltar a DeShawn Stevenson desde el banco. Ni hablar con Cardinal por el lastimoso Peja Stojakovic, lo que le da al equipo más fuerza y energía en la zona pintada. Si a eso le sumamos que, tras sufrir el crujido de los huesos de tanto tiempo de inactividad, Ian Mahinmi se convirtió en alguien productivo tras el impedimento por lesión de Brendan Haywood, los Mavericks han disfrutado de sus variantes. El Heat es y fue menos profundo que su rival, pero sería un error pensar que sólo son el Big Three: Mike Miller, Haslem, Chalmers, Anthony y, en menor medida, Mike Bibby y Juwan Howard, le han dado cosas a su equipo. Dallas tiene la pulseada ganada en este aspecto, pero Spoelstra deberá agudizar su inteligencia para evitar que se note en el trascendental partido del domingo.

Bruno Altieri // ESPNDEPORTES.COM

NBA: EL HEAT BUSCARA FORZAR UN SEPTIMO PARTIDO

LeBron James ha escuchado las críticas a su desempeño en la final de la NBA. Sin embargo, el astro del Heat asegura que su concentración está en otros temas.

Como ayudar a Miami a llegar a un séptimo juego contra los Mavericks de Dallas.

Los Mavericks arribaron a Miami con ventaja de 3-2 en la serie por el campeonato, y pueden conseguir su primer título el domingo en el feudo de Miami.

James suma un total de 11 puntos en el cuarto parcial de los cinco primeros partidos de la final, y el ala-pívot del Heat, Udonis Haslem, reconoció que el sexto encuentro será “el (partido) más difícil de nuestras vidas”.

Por su parte, los Mavs aseguran que encaran el sexto partido como si fuera el último de la serie, y su entrenador Rick Carlisle afirmó que “no hay nadie en nuestro camerino” que piense en la posibilidad de tener que disputar los dos duelos.

El duelo por el título de campeones de la NBA se reanuda mañana, domingo, en el American Airlines Arena, de Miami, donde el equipo local de los Heat no tiene más opción de conseguir el triunfo en el sexto partido contra los Mavericks de Dallas si quiere seguir en la lucha por el título después de estar abajo 2-3 en la serie al mejor de siete.

De hecho, sin los colapsos que sufrieron los Heat en el segundo y cuarto partido cuando tenían todo a su favor para conseguir el triunfo, en estos momentos estarían disfrutando de las vacaciones como nuevos campeones de la NBA.

La realidad es muy diferente y los ‘Big Three’ de los Heat son conscientes que un nuevo “colapso” o falta de reacción en los momentos decisivos del sexto partido les supondrá irse de verdad de vacaciones, pero sin el anillo de campeones y envueltos en todo tipo de críticas por parte de sus propios seguidores.

Especialmente James, que en lo que va de las finales de la NBA no ha sido la figura que se esperaba pudiese surgir en los momentos que más lo necesitó el equipo, todo lo contrario de lo sucedido con el liderazgo del ala-pívot alemán Dirk Nowitzki, que ha sido el gran héroe hasta ahora de los Mavericks.

Mientras que Nowitzki ha sabido responder a su condición de líder en todo momento para superar hasta las dificultades físicas de estar afectado por una infección nasal que le generó fiebre en el cuarto partido, James ha desaparecido en la recta final de los cuatro últimos partidos, en los que ambos equipos se repartieron triunfos.

Dentro de los Heat, a los que todavía el entrenador Erik Spoelstra, otro de los señalados en la culpabilidad de los “colapsos” puntuales que sufre el equipo en el juego de ataque, no ha podido inculcarles el “instinto asesino” de los verdaderos campeones, son conscientes que están contra la pared.

Listin Diario

sábado, 11 de junio de 2011

NBA: JAMES Y NOWITZKI LAS DOS CARAS DE LA MONEDA

Dirk Nowitzki y LeBron James, las caras visibles de los momentos por los que atraviesan Dallas Mavericks y Miami Heat, se enfrentan desde bandos separados en el ahora o nunca de sus carreras, en un sexto partido de la reñida final 2010-2011 de la NBA.

Con gran actuación de Nowitzki, los Mavericks doblegaron 112-103 al Heat la noche del jueves, para tomar ventaja de 3-2 en la serie al mejor de siete partidos.

El ‘Kaiser’ texano encestó 29 puntos para cargar de nuevo con Dallas, pese a no estar completamente recuperado de la sinusitis acompañada de fiebre que lastró su desempeño en el cuarto juego de la serie, ganado por los Mavs 86-83.

Para Nowitzki, el juego del martes en Miami será el parteaguas de una gran carrera de 13 años en la NBA, en la que ha cosechado cifras im- presionantes para convertirse en el mejor jugador de la franquicia texana en todos los tiempos, pero sin un anillo de campeón todavía.

“Ya lo he dicho antes. No me preocupa mucho mi legado. Sólo quiero tener un anillo de campeón, y esta es la gran oportunidad para alcanzarlo”, declaró Nowitzki.

“En el 2006 estuvimos a punto de lograrlo, pero creo que el equipo de ahora es más combativo”.

“Realmente no hay nada que celebrar”, dijo. “Vamos allí el domingo a jugar como lo hicimos hoy. Usted no quiere dar a ese gran equipo alguna ventaja o algo así, por eso tenemos que mantenernos haciendo más de lo mismo, y mantener nuestro ataque y defensa”, acotó.

De su lado, LeBron James tiene delante suyo la misión de sacar a Miami del hoyo en que se ha metido debido a su poca capacidad para rematar el partido en los finales, algo en lo que el bien pagado superastro tiene mucho de responsabilidad.

James ha visto disminuir su ofensiva en esta fase final de los playoffs, debido a la inteligente marca doble, y hasta triple, que le ha implantado Dallas.

LISTIN DIARIO

viernes, 10 de junio de 2011

LOS NBA NO VAN PARA LOS PANAMERICANOS

Faltando poco más de cuatro meses para el inicio de los Juegos Panamericanos, ya la Federación Dominicana de Baloncesto tiene diseñado en el papel el equipo que llevará a de Guadalajara, México.

El ingeniero Frank Herasme, presidente de la Federación, declaró a HOY que por asunto de calendario de la NBA, los dominicanos Al Horford, Francisco García y Charlie Villanueva no harán el viaje a México.

Recordó que los Panam se celebrarán del 15 al 30 de octubre próximo y que la NBA celebra juegos de pretemporada desde octubre.

Dijo que otros países confrontarán los mismos problemas que República Dominicana con sus jugadores de la NBA, por el asunto de la fecha.

“Acabamos de regresar de Estados Unidos, donde observamos una gran cantidad de talentos que estarían disponibles para octubre para los juegos”, dijo.

Apuntó que la FEDOMBAL ´hará una combinación de “veteranía con juventud” y así ir a pelear una medalla en los Panam.

Subrayó que el año pasado recibieron US$50 mil de avance de parte del Comité Olímpico Dominicano para el Centro-Basket 2010 y que solo le resta la entrega de dos millones de pesos.

Designan a Boyón . Herasme afirmó que ante los compromisos que tiene Jhon Calipari para esa fecha, la FEDOMBAL designó al Inmortal del Deporte José- Boyón-Domínguez como capataz del equipo que irá a los Panam.

Comentó que Domínguez es un veterano entrenador que ha demostrado clase y mucha entrega en los eventos internacionales. “Sin grandes presupuestos no podemos aspirar a grandes equipos”, dijo Herasme.

El deporte no está a la deriva. En otro orden, el presidente de la FEDOMBAL, ingeniero Frank Herasme, no cree que el deporte esté a la deriva como sostuvo ayer Gonzalo Mejía, extitular de la Federación de Tenis y exdirectivo del COD

“El amigo Gonzalo tiene razón en muchos puntos, sin embargo, no creo que el deporte esté a la deriva”, insistió.

Apuntó que lo que pasa es que el COD debe trazar el norte y plantear su agenda deportiva y el Estado seguir jugando su rol de aportar los fondos para el fomento del deporte.

Reveló que también está escribiendo un trabajo de profundidad sobre el deporte nacional y lo dará a conocer en su momento.

Proclamó que en el artículo de ayer en el Listín Diario de Gonzalo Mejía, éste dice verdades, pero exageró un poco.

La frase

Frank Herasme

Estas posiciones en el juego de las ideas son bien fructíferas para el deporte , ya que arrojan muchas luces y cada quien puede emitir su criterio sobre diversos temas. Yo también estoy escribiendo sobre el deporte nacional”.

HOY.COM.DO

NBA: DALLAS VENCE Y TOMA LA DELANTERA

Dirk Nowitzki y los Dallas Mavericks finalmente tienen la ventaja en esta súper disputada serie final de la NBA, y ya realmente es "ahora o nunca" para LeBron James y el Miami Heat.

Nowitzki anotó 29 puntos, avanzando hasta meter la volcada de la ventaja con 2:45 en el reloj, y los Mavericks superaron el jueves 112-103 al Heat para adquirir una ventaja de 3-2 en la serie.

Cinco años después de haberle ido ganando 2-0 al Heat, los Mavs por fin obtuvieron esa elusiva tercera victoria, y si ganan el domingo en Miami se llevarían su primer campeonato de la liga.

"Somos un equipo muy resistente", dijo el escolta Jason Terry. "Hemos estado en batallas difíciles durante toda la postemporada. No va a parar. Incluso va a ser más difícil cada vez. Pero estamos listos. Estamos decididos y este es nuestro momento".

James, que se refirió a este juego como "ahora o nunca", registró 17 puntos, capturó 10 rebotes y repartió 10 asistencias, después de que en el partido anterior tuvo su peor desempeño en un encuentro de playoffs. Dwyane Wade luchó con una molestia en la cadera tras una colisión en el primer cuarto y concluyó con 23 unidades.

Miami será el local en los últimos dos partidos, pero la historia está en su contra mientras James y Wade intentan ganar el título en su primera temporada juntos: de las 26 ocasiones anteriores en que la serie final estuvo empatada 2-2, el ganador del quinto juego se llevó 19 de ellas.

Los Mavericks tuvieron una efectividad del 60% durante tres cuartos, cedieron brevemente la ventaja en el último período y después controlaron los minutos finales, como lo habían hecho en las emocionantes remontadas durante el segundo y el cuarto juego.

Esta vez tuvieron la delantera gracias a buenos tiros: 56,5% desde el campo, incluyendo 13 de 19 (68%) triples.

Terry anotó 21 puntos y el puertorriqueño José Juan Barea sumó 17 en 25:39 minutos de juego para los Mavericks, con Nowitzki alzando ambos brazos brevemente mientras salía de la cancha rodeado por un mar azul de aficionados que sueñan con que traiga un trofeo de campeonato si pueden conseguir otra victoria en Miami.

"Me sentí excelente. Excelente. Estaba en ritmo hoy", dijo Terry. "Salí agresivo, algo que tenemos que seguir haciendo. No estamos contentos con nuestro desempeño defensivo, aunque a la ofensiva, si anotamos 100 puntos, te dije qué pasaría".

Su ofensiva fue simplemente demasiado buena, a pesar de un buen regreso de James.

En el cuarto partido de la final, James anotó ocho puntos, apenas 3 de 11, la primera vez en 90 presentaciones de postemporada que no consigue dobles dígitos.

Ha sido difícil esta primera aparición en una final en Miami para James, que ha sido acusado de todo, desde "achicarse" hasta "desconectarse" en los cuartos períodos, en los que sólo anotó nueve puntos en los cuatro primeros partidos.

Intentando motivarse, James escribió "¡Ahora o nunca!" en Twitter el jueves en la mañana, y luego dijo que este era el partido más importante de su carrera.

-- AP
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jueves, 9 de junio de 2011

NBA: WADE CONFIA LEBRON OLVIDARA MALA NOCHE

LeBron James y Dwyane Wade tienen habitaciones en el mismo pasillo del hotel en el que el Heat de Miami se hospeda en Dallas, lo cual fue conveniente tras el cuarto partido de la final de la NBA.

Necesitaban conversar
Pese a todos los cuestionamientos tras la magra producción de ocho puntos de James el martes, la primera vez en 90 partidos de postemporada en la que el dos veces Jugador Más Valioso de la NBA no anotó en dobles dígitos, Wade salió más convencido que nunca sobre su compañero.

“A la larga”, dijo Wade el miércoles, “va a hacer algo sorprendente, y eso nos va a poner en la cima”.

El quinto partido de la serie representa la próxima oportunidad para James.

El Heat y los Mavericks de Dallas están empatados a dos encuentros por bando en esta final de la NBA, que se reanuda el jueves por la noche a partir de las nueve antes de volver a Miami para el sexto partido el domingo y, tal vez, un séptimo choque decisivo el martes. Hasta el momento es una serie en la que el triunfador necesita ganar dos partidos más.

“Ya es hora”, dijo James. “Es hora de que trate de avanzar en lo individual”.

Seguramente que el resto del equipo también oye con gusto las palabras de James. El jueves todo el mundo estará aguardando para ver si repunta de una sorprendente estadística ofensiva en el cuarto partido. Sorprendente por raquítica: se ubicó más de 20 puntos por debajo del promedio en playoffs en su carrera.

LISTIN DIARIO

miércoles, 8 de junio de 2011

NBA: DALLAS GANO Y EMPATO LA SERIE

DALLAS -- Dirk Nowitzki y los Dallas Mavericks organizaron otra remontada sorprendente, empatando la serie final de la NBA ante el Miami Heat a dos triunfos por bando.

Y en esta ocasión, el estelar alemán lo hizo a pesar de la gripe.

Nowitzki dejó atrás tres períodos con pobre desempeño para anotar 10 de sus 21 unidades en el último cuarto, y los Mavericks superaron 21-9 al Heat de Miami en los últimos 10:12 minutos, venciéndolos el martes 86-83 en un memorable cuarto partido de la serie.

Los Mavs evitaron quedar abajo 3-1, un déficit que ningún equipo ha sido capaz de remontar en la final en la historia de la NBA, y garantizaron que la serie regrese el domingo a Miami para un sexto encuentro.

Dwyane Wade anotó 32 puntos, pero malabareó un pase con 6,7 segundos en el reloj. Le devolvió el balón a Mike Miller para un potencial triple que habría empatado el encuentro, pero el tiro ni siquiera tocó el aro.

La serie está empatada a dos victorias por bando y el quinto partido se jugará el jueves en Dallas.

Gran parte de este resultado se debió a que mientras Nowitzki parece reponerse de todo tipo de dificultades como una lesión en un dedo y la gripe, uno de los principales artífices de la ofensiva de Miami prácticamente desapareció en el cuarto partido.

LeBron James esperaba tener la mejor victoria de su historia en postemporada, pero en contraste y casi de manera sorprendente, tuvo su peor actuación ofensiva en varios años.

Por primera vez en 90 partidos de postemporada _y de sus últimos 434 partidos en total_ James no anotó más de 10 puntos en el partido. Su nivel ofensivo, para sus altísimos estándares, fue muy inferior: apenas ocho puntos al acertar tres de 11 tiros a la canasta.

Y una cosa sí es segura: cada aspecto en esta notable baja ofensiva de James será revisado y criticado de todas las formas posibles.

"Obviamente, nos gustaría que él se involucre. Es una parte importante en lo que hacemos y por ello buscaremos ayudarlo en el próximo partido", indicó el entrenador del Heat, Erik Spoelstra.

Pese a que James tuvo nueve rebotes y siete asistencias, su partido será considerado como un fracaso y como uno bastante grande. Spoelstra dijo que el dos veces ganador del premio al Jugador Más Valioso está sano y se responsabilizó por lo que él consideró que no le brindaron a James sus mejores posibilidades ofensivas.

"Tenemos que hacer un mejor trabajo", dijo Spoelstra.

La última vez que James anotó menos de 10 puntos fue el 5 de enero del 2007.

Esa noche en Milwaukee _otro partido de ocho puntos_ ya había quedado en el olvido.

Ahora, al haber repetido esa actuación en el escenario principal de la liga, la serie por el campeonato, será difícil que la gente lo olvide pronto.

Además, James no anotó ningún punto en el cuarto período lo que lo deja con un total de nueve puntos en los últimos períodos de los cuatro partidos ante Dallas.

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martes, 7 de junio de 2011

NBA: EL HEAT APRENDIO DEL JUEGO DOS

Erik Spoelstra y sus asistentes técnicos deben haber visto el video del Juego 2 con insistencia, en el largo y tedioso viaje que separa la costa Este de la Oeste en Estados Unidos.

El hombre de los videos ya no se encierra en 'El Calabozo', como le decían a la sala en la que todo se estudiaba para Miami Heat en los años de asistente de Spo, pero aún sabe cómo sacar pepitas de oro metiendo la pala en un lodazal.

"Ahora sólo debemos seguir adelante", dijo Spoelstra luego del juego. "La parte más dura ahora es la amnesia. Los dos equipos son altamente competitivos, en una de las series más competitivas que se pueden haber visto. Debemos reconstruirnos en 48 horas, volver a la pista y hacerlo de nuevo".

Así como lo dice el coach del Heat, esta situación parece muy fácil. Pero lo cierto es que devolver un gancho a la mandíbula en unas Finales, cuando se recibió un golpe certero dos noches atrás, es algo que reviste una complejidad mucho más importante.

Miami ganó el Juego 3 porque aprendió de los errores cometidos en el colapso del segundo encuentro en casa. Si bien volvió a desperdiciar una ventaja importante en el tercer cuarto, esta vez la reacción fue a tiempo, haciendo de su juego sin pelota una fortaleza de acero indestructible.

A continuación, señalaremos una serie de puntos que el Heat corrigió para ganar el tercer juego, obligando a Rick Carlisle y los Mavericks a realizar ajustes obligados de cara al juego del martes en Dallas.

Sin dudas, el próximo partido será fundamental para saber hasta qué día de junio puede llegar esta serie.

Cerca del aro es mucho mejor. El Heat derrapó en el segundo juego de la eliminatoria por querer ganar lanzando desde la tercera dimensión o utilizando una sobredosis de dribbleo de sus estrellas. El propósito de la defensa zonal de los Mavericks es evitar las penetraciones de Dwyane Wade y LeBron James, principalmente. ¿Cómo se quiebra una zona? Principalmente haciendo girar el balón con velocidad y llevando un interno al poste alto para que pueda atacar el aro o rotar, haciendo mover a la defensa. Miami anotó 32 puntos cerca del aro y tuvo 16-25 en TC, con ocho asistencias en esas conversiones.

Un cambio clave en la última jugada. Todos sabemos que Chris Bosh casi no le dio problemas a Dirk Nowitzki en la definición del Juego 2, que se cerró con una bandeja cómoda del ala-pivote alemán, entrando por el centro de la cancha en el margen izquierdo. Lo que sucedió en el tercer juego fue completamente distinto: lo defendió Udonis Haslem, quien sin hacerle falta lo obligó a lanzar un tiro incómodo a la altura del tiro libre. Estudiar los errores es fundamental para conseguir los aciertos, sobre todo en series que involucran un juego cada dos días. Muy bien por Spoelstra.

La defensa, madre de todas las victorias. Es cierto que el Heat perdió la batalla rebotera 42-36, pero también hay que decir que Miami llevó a su rival a un 40% en tiros de campo. No sólo eso: limitó a los Mavericks a 14 puntos cerca del aro, con 7-16 en TC y sólo tres asistencias en esas conversiones. Cuando Dallas está mal cerca del aro, pierde los partidos. Veamos: según nos comunica el departamento de estadísticas de ESPN, en las dos derrotas de Finales, los Mavericks anotaron 41.1% en TC cerca del aro, 23 puntos y 7.0 de promedio en bandejas/vollcadas. Cuando ganaron, tuvieron 61.8% en TC y 42 unidades, con 12 en bandejas/volcadas.

Además, la defensa intensa en mitad de cancha obligó a Dallas a perder 14 pelotas en total, muchas de esas en pasajes importantes del último cuarto de acción. La clave siempre es el juego sin pelota, y el Heat, cuando se aplica, logra marcar diferencia.

No busquen más: Wade es el líder de este equipo. El escolta del Heat es la estrella que sabe cómo ganar un campeonato y noche a noche sirve de faro para iluminar a sus compañeros. No existe nadie con tanta precisión en la NBA para meterse en tierra de gigantes y salir con puntos convertidos. El domingo por la noche, D-Wade hizo un poco de todo: 29 puntos, 11 rebotes y tres asistencias, además de dar una mano clave en el costado defensivo. Sigamos con esta idea de que Miami debe atacar la defensa en penetración: Wade tuvo siete tiros de campo anotados a cinco pies del aro, llevando a 79 su número total en esta postemporada, el máximo para cualquier jugador de la Liga. Si no se ataca el aro, no hay beneficios de faltas: un ejemplo es LeBron James, quien sólo fue diez veces a la línea desde que arrancaron las Finales, su mínimo en racha de tres juegos de playoffs tomando sus 89 partidos como profesional.

Rotar el balón a gran velocidad. Esa es la manera de atacar una zona agresiva. Los Mavericks llegan bien a los tiradores, pero si la pelota se mueve rápido, llega un momento que alcanzar a bloquear todos los lanzamientos es una misión imposible. Tres situaciones para remarcar en este aspecto: 1) la aparición de Mario Chalmers como arma certera frecuente desde la tercera dimensión 2) las penetraciones antes mencionadas de Wade primero y LeBron después 3) los tiros fáciles que surgen para internos especialistas de media distancia, como Chris Bosh y Udonis Haslem. Eso sí, hay que aprovechar esos tiros que aparecen: Bosh todavía debe sentir el reto de Wade cuando no tomó un lanzamiento en soledad que llevó a Miami a consumir el tiempo de 24 segundos en el último cuarto. Por fortuna para el Heat, el ex Raptors logró reivindicarse dos ataques después. Otro ejemplo de aprender sobre la marcha.

Controla todo lo que no sea Nowitzki y controlarás el mundo. Hay algo que tenemos que tener claro: Nowitzki es indefendible. Cuando está encendido, no hay manera de detenerlo, porque con este gigante las faltas no sirven (lleva 24-24 desde que empezaron las Finales de NBA). Por lo tanto, la misión de secar a todo su entorno es crucial, porque eso lleva a molestar al ala-pivote alemán sin que tenga una descarga potencial de nivel. El Elías Sports Bureau informa que Nowitzki tocó 40 pelotas en el Juego 3, y cuando eso sucedió, los Mavericks anotaron 17-33 en TC, 5-9 en T3 y 51 puntos, con cuatro pérdidas. En las 45 pelotas que no tocó, tuvieron 11-37, 3-12 en T3, 35 unidades y diez pérdidas.

Más preocupante para Dallas fue el último cuarto: Dirk anotó 15 puntos, con 4-7 en TC, 6-6 en TL y cuatro rebotes. El resto del equipo anotó siete unidades, con 3-11 en TC, 0-0 en TL y seis tableros.

Si a esto le sumamos que la banca de los Mavericks entró a las Finales con 39 puntos de promedio, y cerró el tercer juego con 25 puntos anotados, las respuestas para entender el resultado final se hacen casi obvias.

RUMBO AL CUARTO PARTIDO

Hace años que no se ve una serie tan pareja de Finales como la que estamos viviendo entre Heat y Mavericks. Todos los partidos se hacen peleados al extremo y se dividen los triunfos en los últimos segundos de acción.

"Esta es una victoria total", dijo Wade al cierre del juego. "Uno trata de ganar el partido en el costado defensivo. Logramos detenerlos", finalizó.

Todo pasa por aprender sobre la marcha. Tapar los huecos que surjen, mejorar las opciones ofensivas, despertar a jugadores que parecen dormidos. Todo lo que sucede es contrarreloj y el que cede centímetros va perdiendo el terreno de acción casi sin darse cuenta.

Spoelstra demostró tener la muñeca suficiente como para poner a su equipo adelante, recuperando la posibilidad de definir, de ser necesario, las Finales en Miami. ¿Que nos propondrá Carlisle tras la derrota del tercer partido?

Llorar penas sólo sirve para fortalecer al rival. Con esta premisa a cuestas, nos preparamos para el juego del martes.

Y, como decimos siempre, que gane el mejor.

Bruno Altieri//ESPNDEPORTES.COM

lunes, 6 de junio de 2011

NBA: EL HEAT GANA Y PONE SERIE 2-1

DALLAS -- El Miami Heat no echó o a perder este juego y ahora está a sólo dos victorias de coronarse campeón de la NBA.

Chris Bosh encestó la canasta de la ventaja definitiva desde la línea de base cuando restaban 39,6 segundos de juego y el Heat resistió para derrotar el domingo por 88-86 a los Dallas Mavericks y tomar ventaja de 2-1 en la serie final de la NBA.

La historia reciente señala que esta es una victoria enorme para el Heat. El triunfador del tercer juego en una serie final empatada ha ganado el campeonato todas las 11 veces desde que comenzó el formato 2-3-2 de visita alterna en 1985.

Miami se metió en esta serie tan reñida al desperdiciar una ventaja de 15 puntos en el último cuarto del segundo juego. El Heat ya había desperdiciado una ventaja de 14 puntos en este juego cuando volvieron a estar arriba 81-75 cuando quedaban 6:31 minutos en el reloj. Sabían que Dirk Nowitzki conduciría el esfuerzo de Dallas, pero de todas maneras los arrolló con 12 puntos seguidos _ seis tiros libres, una bandeja, una clavada y un tiro difícil.

Pero tras el disparo definitivo de Bosh, la racha de Nowitzki se agotó. Intentó un pase que se fue fuera de la cancha y falló un disparo sobre la defensa de Udonis Haslem cuando expiraba el tiempo.

"Esta es una victoria total", dijo Dwyane Wade, quien encabezó a Miami con 29 puntos y 11 rebotes. "Uno quiere ganar el juego en el lado defensivo y logramos una parada".

El Heat llega al cuarto juego, la noche del martes, con la oportunidad de hacer lo que hicieron en 2006: ganarlo todo en la cancha de Dallas. Tendrían que ganar ese partido y el siguiente, la noche del jueves.

"Siento que no hemos hecho más que recuperar la ventaja del juego en casa", dijo Wade. "Pero el siguiente partido es uno importante. Tenemos que traer nuestros cascos, conscientes de que va a ser mucho más difícil ganar ese juego que lo que fue ganar este. Creo en este equipo. Si hay alguien que lo puede hacer somos nosotros".

Bosh, un nativo de Dallas que había tenido una foja de 0-8 en su ciudad, se sobrepuso a un párpado hinchado en su ojo izquierdo causado por un golpe durante el primer cuarto para anotar 18 puntos. Tuvo siete en el último cuarto.

LeBron James agregó 17 puntos y nueve asistencias. Pero también tuvo cuatro pérdidas de balón, incluyendo un par en el último cuarto que ayudaron a Dallas a recuperarse. Mario Chalmers agregó 12.

Wade encestó 12 de sus 21 disparos y mostró su nivel más dinámico desde el inicio al verse como aquel jugador que guió al Heat a vencer a Dallas para llevarse el título en la temporada 2005-2006.

"Jugó con agresividad y encestó buenos disparos", dijo Bosh. "Salimos beneficiados por eso durante buena parte del juego. El marcó nuestro ritmo de juego".

Udonis Haslem sólo anotó seis puntos, pero su férrea defensa en las dos últimas posesiones salvaron al Heat.

Nowitzki terminó con 34 puntos, pero no recibió mucha ayuda. Jason Terry anotó 15 puntos y Shawn Marion añadió 10, pero ambos se fueron en blanco en el último cuarto.

Por los Mavericks, el puertorriqueño José Juan Barea sumó seis puntos, dos rebotes y una asistencia al jugar durante 19:02 minutos.

En total, Nowitzki encestó 11 tiros, el resto de los Mavericks solamente 17.

"Tenemos que contar con alguien que sobresalga además de Dirk", dijo Jason Kidd, quien terminó con nueve puntos y 10 asistencias, pero también con cuatro pérdidas de balón.

Al final, fue el equipo visitante de Miami el que terminó festejando.

"Ahora debemos seguir adelante", dijo el entrenador del Heat, Erik Spoelstra. "La parte más difícil ahora es la amnesia. Ambos equipos son altamente competitivos, esta es una serie competitiva, como pueden ver. Tenemos que cobrar fuerza en verdad en 48 horas y regresar y hacer esto de nuevo".

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domingo, 5 de junio de 2011

NBA: LO UNICO SEGURO: UNO DE ESTOS DOS ENTRENADORES SE ESTRENARA COMO CAMPEON

NUEVA YORK -- No importa quién gane la Final de la NBA entre los Dallas Mavericks y el Miami Heat, hay un dato que se puede dar por descontado: el entrenador del equipo campeón estará obteniendo su primer título como tal. Esto es así porque, por primera vez desde el año 1999 tenemos una Final de liga en la que ninguno de los entrenadores en jefe hubiese levantado el trofeo anteriormente.

En aquella ocasión, durante la temporada acortada por el más reciente cierre patronal (situación que se pudiera repetir durante la próxima temporada si las partes en conflicto no resuelven sus diferencias próximamente), el debutante en Finales, Greg Popovich, guió a sus San Antonio Spurs al máximo galardón sobre los New York Knicks, dirigidos por el también primerizo Jeff Van Gundy.

Desde ese momento hasta la postemporada pasada, al menos uno de los dos equipos que participaba en la Final era dirigido por un técnico que hubiese disfrutado de las mieles de la victoria absoluta anteriormente. Desde el 2000 hasta el 2002 y más tarde en las finales del 2004, 2008, 2009 y 2010, Los Ángeles Lakers, dirigidos por el mas ganador en la historia de la NBA, Phil Jackson, fueron protagonistas. En el 2003, 2005 y 2007, los Spurs, guiados por el ya laureado Popovich participaron y ganaron la Final. En el 2006 fue el Heat, dirigido en ese entonces por el varias veces campeón con los Lakers, Pat Riley, el que se hizo con el trofeo.

De hecho, en esas 11 ocasiones consecutivas en que la Final de liga ha contado con al menos un técnico que ya hubiese ganado anteriormente, en solamente dos de ellas se impuso el entrenador que no hubiese sido laureado antes. Esto ocurrió en el 2004, cuando Larry Brown obtuvo su primer título con los Detroit Pistons (a pesar de que ya había participado en dos Finales previas con Indiana y Philadelphia) y en el 2008, cuando el debutante en Finales, Doc Rivers, se impuso al mando de los Boston Celtics. En ambas ocasiones, el equipo que cayó derrotado fue LA Lakers, dirigido por Jackson.

Claro que en los casos de Rick Carlisle y Eric Spoelstra, directores técnicos de Dallas y Miami respectivamente, se dan situaciones muy particulares, pues ninguno es totalmente ajeno al disfrute de un campeonato de NBA. Carlisle pudo disfrutar de uno como jugador de los Boston Celtics en 1986; mientras que Spoelstra se desempeñaba como asistente de Riley cuando el Heat se coronó en el 2006.

Algunas otras similitudes de estos dos protagonistas son que ambos atraviesan por su tercera temporada al mando de sus equipos y presentan registros ganadores en temporada regular idénticos (60%). En postemporada, sus porcentajes de acierto también son bastante parecidos; con Spoelstra ganando el 58% de los partidos que dirige y Carlisle el 53%.

Ambos técnicos han tenido que superar situaciones negativas durante la temporada regular para tener la oportunidad de llegar a este punto. Carlisle tuvo una gran arrancada de 24 victorias y 5 derrotas con sus Mavericks; pero luego vio como lesiones de rodilla a jugadores importantes como Dirk Nowitzki (se perdió nueve partidos) y Caron Butler (fue sometido a cirugía y no pudo ver más acción en el resto de la temporada), trajeron al equipo a tierra y le obligaron a reinventarse durante la campaña para finalmente terminar con el tercer mejor registro del Oeste.

En el caso de Spoelstra su mayor reto era lidiar con el peso de las expectativas tan altas puestas sobre su equipo y las dudas expresadas por los conocedores del juego de que un técnico relativamente inexperto como él contara con las herramientas necesarias para lograr la armonía y el mejor accionar de un conjunto que contaba con tres mega estrellas como Dwyane Wade, LeBron James y Chris Bosh.

Su temporada comenzó bastante accidentada, con 8 derrotas en los primeros 17 partidos y muchas personas pidiendo su cabeza en noviembre; pero la mejoría fue tal que en diciembre el equipo ganaba 15 de 16 encuentros y Eric era nombrado técnico del mes.

Con altas y bajas en el resto de la campaña, el Heat fue suficientemente bueno para terminar con el segundo mejor registro en el Este y, tal como lo han hecho los Mavericks, ha conseguido su mejor cohesión, confianza y ejecución cuando las millas cuentan, en la postemporada.

En ambos casos, el atributo principal de los técnicos que todos los cercanos a ellos han podido señalar como clave para superar adversidades es el aplomo; la calma ante la tempestad que proyectan y que da confianza a sus dirigidos que, de seguir el curso que ellos delinean, todo va a estar bien al final.

Así han logrado acceso a la Final dos equipos cuyos entrenadores no habían logrado llegar a estas instancias previamente, al menos no en el puesto que ocupan hoy día. En ambos casos se podría argumentar que estos dos equipos pudieran no estar en la situación favorable que se encuentran hoy día de no haber sido por la excelente dirección de estos dos primerizos.

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Carlos Morales

LIGAPLENITUD TV