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lunes, 2 de junio de 2014
THUNDER, CON EL TIEMPO A SU FAVOR
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OKLAHOMA CITY El juego había terminado un par de horas antes. Los San Antonio Spurs vencieron 112-107 en tiempo extra al Oklahoma City Thunder en el sexto partido de la Final de la Conferencia Oeste, para avanzar a las Finales NBA por segundo año consecutivo, mientras ponían fin al intento de Oklahoma City por llegar a esa misma instancia. Los equipos de limpieza aseaban la arena, los periodistas de televisión hacían sus últimos reportes y el equipo de producción empacaba todos los materiales.
Pero Kevin Durant y Russell Westbrook estaban todavía en la cancha. Era la última noche que estarían ahí por lo menos hasta dentro de 100 días, cuando vuelvan en el otoño, y ambos no querían marcharse. Su temporada se había terminado, y su sueño de ser campeones tendría que esperar al menos un año más. Ellos no pudieron obligar a un séptimo partido, y en lugar de eso tendrán que verlo por televisión con cierta envidia, mientras los Spurs se enfrentan a LeBron y el Heat.
La forma en cómo ocurrieron las cosas para el Thunder parece apropiada. Solamente cinco jugadores anotaron, con cuatro de ellos combinándose para 107 de los 112 puntos en total. Durant y Westbrook se combinaron para 65, pero también para 14 pérdidas de balón. Ellos fueron implacables y temerarios, agresivos y audaces. Fueron ellos mismos hasta el final, con fuerza, talento, atleticismo, y tenían ventaja de dos puntos con 32 segundos por jugar. Durant había metido el enceste de la ventaja, y el equipo estaba a una detención y un par de tiros libres para forzar un séptimo juego de vencer-o-morir el lunes por la noche. Pero no pudieron finalizar la obra. Los Spurs forzaron el tiempo extra y concretaron las jugadas que el Thunder no hizo.
Esos cinco minutos adicionales no fueron acorde a los planes del Thunder, ya que Durant no anotó puntos al irse 0 de 3 en tiros de campo, y Westbrook metió cuatro puntos, pero yéndose apenas 1 de 7 en tiros de campo. Durant tenía una clara oportunidad para meter un triple cuando faltaban 16 segundos, para empatar el juego, pero quizá ya con las piernas totalmente agotadas, estrelló el balón contra el aro.
El Thunder cometió una falta, y ahí Durant se dio cuenta de la realidad. Aplaudió y miró hacia el techo de la arena. Él no iba a colgar ningún banderín conmemorativo esta temporada.
"Peleamos a tope toda la noche", dijo Durant. "Lo dejamos todo. Ellos hicieron las jugadas al final. Nosotros no lo hicimos".
Al ser el Jugador Más Valioso de la liga, la expectativa para Durant era que respondiera, que llevara a su equipo a nuevas alturas. Pero él batalló a veces, pese a que daba muestras de su brillantez. Él cometió cinco pérdidas de balón solamente en el tercer periodo, pero anotó 11 puntos (3 de 4 en tiros de campo) en el cuarto periodo. No fue su mejor actuación, o algo siquiera cercano a eso. Batalló demasiado en la segunda mitad, y no pudo encontrar el balón en el tiempo extra, ya que Kawhi Leonard lo anuló totalmente.
El mundo exterior dirá que es un fracaso monumental, que el Thunder desperdició otra oportunidad, algo de lo que no pueden darse el lujo, dado el talento sublime que tienen. Pero ellos no están de acuerdo.
"Esta temporada debe considerarse como un éxito", dijo el coach del Thunder, Scott Brooks. "Sé que todavía nos falta. No estamos donde queremos, y nuestros muchachos lo saben. Kevin y Russell deben estar orgullosos. Nos llevaron a sitios que queríamos, y estoy orgulloso de lo que han hecho. Estoy orgulloso por quiénes son ellos, y estoy seguro de que nuestros aficionado se sienten de la misma forma".
"Aquí, nuestra meta es ganar el título de la NBA, llegar a la cima", dijo Durant. "Pero, desafortunadamente, no lo hicimos este año, pero de todas formas mejoramos algo de lo que podemos aprender".
Lo que a menudo se olvida es que el núcleo principal del Thunder Westbrook, Durant y Serge Ibaka tiene 25 años o menos. Por todo lo que han logrado hasta el momento, se siente como si ellos fueran más viejos, como si hubiera una ventana de tiempo que tuvieran que aprovechar antes de que se cerrara.
Este es un equipo que ha calificado a los playoffs en cinco campañas al hilo, con tres de las últimas cuatro llegando hasta la Final del Oeste. Como señaló Durant, su meta es más alta, pero no pierden la visión. Siempre se trata de un proceso para el Thunder, de ser un equipo que, cuando inicie el campo de entrenamiento en septiembre, sienta que tiene una oportunidad de ganarlo todo.
Su temporada estuvo a punto de ser arruinada en varias ocasiones, con los problemas de rodilla de Westbrook obligándolo a perderse 36 partidos en la temporada regular, luego la lesión en la pantorrilla de Ibaka que lo dejó fuera los primeros dos encuentros contra los Spurs. Ellos se repusieron de una desventaja 3-2 en la primera ronda ante los Grizzlies, eliminaron a los Clippers en seis juegos luego de conseguir algunos milagros, y casi obligan el séptimo juego ante los Spurs, pese a perder tres encuentros por 80 puntos de forma combinada.
El Thunder estaba herido tras la derrota del sábado. Durant e Ibaka salieron de la cancha cuando faltaban cinco segundos en el reloj, con sus camisetas cubriéndoles los ojos, en un intento por cubrir las emociones al darse cuenta de la realidad. Este es un equipo que supuestamente es lo suficientemente bueno como para ganarlo todo, que tiene al Jugador Más Valioso de la liga y a un compañero que ha llegado por méritos propios a ser considerado también dentro del "Top 10" de jugadores en la liga.
Pero si bien fueron fallas en el roster, mala dirección o simplemente mala suerte, el Thunder no tuvo lo suficiente. Ellos no metieron los tiros requeridos, ni tampoco detuvieron al rival cuando era necesario. Es la forma como termina una temporada para todos los equipos, excepto uno: preguntándose, "¿Qué hubiera pasado si...?".
Cuando ellos llegaron a las Finales NBA en 2012, parecía que tendríamos que reservar hoteles en Oklahoma City durante el mes de junio por los próximos cinco años. Ellos parecían un equipo incontenible, que arrasaría en el Oeste mientras se mantuvieran juntos. James Harden, una pieza de ese rompecabezas se marchó a Houston vía canje, pero el Thunder siguió adelante, conformando rosters que siempre estuvieron en el umbral. Una campaña con 60 victorias en 2013, seguida por una de 59 esta campaña pese a que Westbrook se perdió casi la mitad de los juegos.
Parece inevitable que su momento llegará, pero si no es ahora, ¿entonces cuándo?
Ayudará el hecho de que, eventualmente, los Spurs cederán el dominio de la conferencia. Durant y Westbrook tienen otra experiencia de dónde aprender, y de dónde sacar más combustible para alimentar la hoguera que ya arde intensamente. Quizá fue ese el motivo por el cual no querían marcharse de la cancha el sábado por la noche. El próximo otoño luce muy lejano. Y el próximo junio luce más lejano aún.
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