El anuncio de que un par de empresas se encargarán de la comercialización, administración y organización de la selección nacional masculina de mayores no puede ser una mejor noticia.
Hace un tiempo que se venía reclamando un paso de esa magnitud por parte de la Federación Dominicana de Baloncesto (Fedombal).
Y es que ya el deporte ha evolucionado hacia un estrato que las federaciones nacionales, con sus limitaciones económicas, no están en condiciones de afrontar, sobre todo en un país del tercer mundo como la República Dominicana.
La presencia de Eduardo Najri y Odalis Santiago es una garantía de que, por lo menos en ese aspecto, serán pocos -si se presentan- los problemas que enfrentará el seleccionado criollo para su muy importante compromiso del Torneo Preolímpico que se efectuará este año en Mar del Plata, Argentina.
Aunque no se han dado los detalles del alcance del acuerdo, el solo hecho de que la Fedombal ponga en manos privadas una parte de la carga que representa un equipo con tres NBA, jugadores que ven acción en Europa y otras partes del mundo es resaltable.
Lo que falta
Sin embargo, ese aspecto por sí solo no tendrá efecto en el éxito del conjunto dominicano si no tiene una correspondencia en el aspecto técnico y táctico. Quedan importantes pasos que hay que dar para colocar al representativo criollo en la ruta hacia Londres 2012:
1 - Definir quién será el dirigente. La tendencia es que sea un extranjero; pero lo ideal es que sea uno que ya haya dirigido a la selección (Erick Musselman o Scott Roth).
2 - Quitar a Charlie Villanueva la calidad de nacionalizado para poder tener a Josh Asselin en el equipo, quien debe ser una pieza clave para las aspiraciones.
3 - “Solucionar” las diferencias entre Héctor Báez, el director de selecciones nacionales y Pedro Pablo Pérez, agente de jugadores y consejero de algunos de los importantes integrantes de la selección.
4 - Terminar, de una vez y por todas, con la “enemistad” entre Luis Flores y Jack Michael Martínez, problema que data de sus días como juveniles y que le pudo haber costado al país una medalla en el Mundial Sub-21 del 2001.
5 - Acomodar las agendas de los jugadores para tener el tiempo suficiente para la práctica e integración a la filosofía y estilo del entrenador seleccionado.
6 - Tener a los 12 escogidos con el tiempo necesario para que participen en la mayor cantidad de juegos de preparación posibles.
7 - Definir un estilo de juego en donde la estrella no sea X o Y jugador, sino el EQUIPO, y que todo lo que se haga en la cancha sea fruto de una planificación y no de las habilidades individuales.
ALEX RODRIGUEZ//LISTIN DIARIO
