SANTO DOMINGO. En noviembre pasado, tras concluir su participación en el Mundial de Chicago, Félix Díaz le comunicó a la Federación Dominicana de Boxeo que iba a abandonar la disciplina, cansado de que "le roben" peleas debajo del ring.
Y tenía razones. Díaz venía de perder un cerrado combate (15-14) ante el japonés Masatsugu Kawachi, que le había dejado un amargo sabor, porque él y la mayoría de los presentes entendió que la victoria correspondía al criollo.
Tres meses antes había perdido en cuartos de final de los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro en otro controversial final ante el cubano Inocente Fiss (13-12). seguir leyendo
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