BEIJING -- Los jugadores de los Estados Unidos parecen haber entendido el mensaje recibido en las últimas competiciones internacionales y, gracias a una buena actitud frente a Angola, añadieron el segundo partido ganado a su lista de triunfos en Beijing 2008 sin más apuros que los lógicos de una competición tan exigente.
El torneo olímpico de Beijing, pese a ser un envite de guante blanco (diecisiete faltas personales entre los dos equipo), está tomando un cariz que, en cierto sentido, da miedo porque no hay equipo alguno que pueda sentirse a salvo de salir un día de la Villa Olímpica con dirección al pabellón de Wukesong -salvo los estadounidenses que se alojan fuera de la residencia de atletas- y regresar con una derrota en la mochila.SEGUIR LEYENDO HISTORIA
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