BOSTON -- En el primer encuentro en 21 años entre los Celtics y los Lakers en las Finales de la NBA, un chico de 31 años de Los Angeles le dio a Boston una noche para recordar.
Paul Pierce, quien solía meterse sin pagar a ver los partidos de los Lakers cuando era niño, se recuperó de una lesión en la rodilla para llevar a los Celtics a una victoria de 98-88 sobre Los Angeles la noche del jueves, en el primer juego de la final de la NBA. El espectacular regreso de Pierce luego de haber sido sacado con el apoyo de sus compañeros, para luego ser depositado en una silla de ruedas que lo llevó a recibir tratamiento, quedará grabado en la historia de los enfrentamientos entre los Celtics y los Lakers. Kevin Garnett anotó 24 puntos, Pierce terminó con 22, 11 después de haberse lesionado y Ray Allen, el tercer miembro del trío de monstruos de Boston, agregó 19 para los Celtics, que buscan su décimo séptimo campeonato de la NBA. La tercia de grandes realiza su primera presentación como unidad en una final, y durante unos momentos parecía que solamente dos de ellos iban a estar presentes. SEGUIR LEYENDO
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