Por Gonzalo Aguirregomezcorta
ESPNDeportesLosAngeles.com
Querido Kobe:
Te escribo esta carta sin acuse de recibo ni más intención que la de
realizar un artículo que se salga un poco de la monotonía. Son tantas
semanas de sinsabores y titulares repetitivos que los lectores
agradecerán un tono directo contigo. Porque tú eres el buque insignia de
estos Lakers desmejorados, igual que lo fuiste en los momentos en los
que la vida os sonrió, que fueron muchos.Como sabes, ya
se esfumó la primera mitad de la temporada regular y nunca antes habías
presenciado semejante balance luego de 41 partidos (17-24). En las 16
temporadas que llevas como profesional, la de este año es la que más
dolores de cabeza te está dando. Por las expectativas hechas añicos, por
tratar de mantener la cordura en estos tiempos de cólera, por seguir
empeñado en liderar a un equipo con tres coaches diferentes, plagado de
lesiones, de malas decisiones, de sistemas y sistemas y más sistemas
inapropiados, de fugas por todos lados, de egos, de desaliento, de
piernas fallidas y en donde no caben más críticas.
Todos
vimos cómo al principio, cuando el lienzo de la campaña comenzó a
reflejar las primeras líneas de un año que se preveía de nula variedad
cromática, te echabas el equipo a las espaldas, como siempre hiciste.
Supongo que la desazón y esa frustración de la que hablaste tras la
derrota ante los Bulls de Chicago te está pasando factura.
Desde
fuera, da la sensación de que Mike D´Antoni te está sobreexplotando en
defensa y a estas alturas de la vida, de tu vida, eso se deja sentir en
la ofensiva; en tu ofensiva. Llevas tres encuentros esforzándote
demasiado atrás y a veces parece que hay más de cinco contrincantes
sobre la cancha cuando estás tratando de frenar a tu marca.
No
hace falta que te repita lo que ya sabes, pero es más una obligación
con el lector que una manera de urdir en la yaga. En los partidos frente
a Miami Heat, Toronto Raptors
y Chicago, acumulas 21,3 puntos por cita, un porcentaje de 31,6 en
lanzamientos de campo y tan solo siete triples sobre 24 intentos;
también llevas cinco pérdidas de balón de media.
Me
pregunto si el peso que tienes en esta institución a la que le has dado
tantas cosas (cinco campeonatos además de una seriedad y
profesionalismo difícil de conseguir) te permite pedir antes de la fecha
límite de traspasos (21 de febrero) a un jugador defensivo de
envergadura y lleno de juventud para que te cubra las espaldas. Nunca te
mordiste la lengua y el paso del tiempo te hizo madurar, pero Kobe, que
el tiempo no acabe por morderte la lengua.
Pide, protesta, encara la situación como solo tú sabes, porque estás al
frente de un equipo en el que la directiva ha dado unas muestras de
debilidad que no existen en los archivos de otras eras. Ahora más que
nunca queremos ver al Kobe que se enfrentó a Phil Jackson en sus
comienzos y al que no le importó rebatir a un veterano como Shaquille
O´Neal. Hazlo por los Lakers. Soy consciente de que el traer a un joven
valor pondría en la cuerda floja a Pau Gasol,
amigo y compañero de batallas durante demasiado tiempo, pero si no,
cuál es la solución. ¿Volver a cambiar de coach? ¿Cambiar a los
artífices de esta pésima gestión? ¿Tirar la toalla?
NO ESTÁ TODO PERDIDO
Lo cierto es que tal y como están las cosas, el futuro de esta campaña
es muy desalentador. El objetivo es ganar el campeonato, pero ningún
equipo que llegó a mitad de la temporada regular con un balance de
17-24 pudo conseguirlo. De hecho, la última vez que una franquicia llegó
a playoffs y ganó alguna serie con tal cifra fue en 1980-81, cuando
Kansas City Kings batió a Portland y Phoenix para caer ante Houston en
la Final de la Conferencia.
Puede que los dos años
de edad que atesorabas en aquel momento no te dejen acordarte, pero el
sentido común de los 34 que tienes ahora te hará llegar a la conclusión
de que será muy difícil remontar el vuelo, pero no imposible.
Si
te sirve de consuelo para rebajar esa frustración de la que hablaste,
dos equipos fueron capaces de llegar a la final luego de haber
registrado un balance de 17-24: los Phoenix Suns
de la campaña 75-76 y Minneapolis Lakers en la 58-59. Eran otros
tiempos y el baloncesto cambió demasiado. Ahora todo es más físico y
demandante, y es que si hay un jugador que sabe eso a la perfección, ése
eres tú.
Acumulas una media de 38,9 minutos de
juego por cita esta campaña y eres el cuarto jugador que más tiempo está
sobre la cancha este año. Estás a la altura de Gary Payton (40,1 en la 02-03), Lenny Wilkens (39,1, en la 72-73), Reggie Miller (39,3 en la 00-01) y Michael Jordan (38,8 en la 97-98), todos ellos hicieron lo propio con la misma edad que tienes. Pero se te ve cansado, Kobe.
Tu
productividad está decreciendo y echamos de menos la chispa que salvaba
partidos in extremis, las píldoras de campeón que te hicieron campeón.
Tu porcentaje de lanzamiento desde fuera de la pintura en los últimos
tres encuentros es del 25,9 por ciento (14-54) cuando en los 38 primeros
juegos llegaste al 41,6.
Es difícil olvidar esa
efectividad imperecedera que llevaste por bandera. No hace mucho
llegabas al último periodo con la energía suficiente como para
desarbolar defensas, morales y perforar la red sin descanso. Ahora vas
de más a menos cuando lanzas desde más allá de los 10 pies (46,5 por
ciento en el primer cuarto; 41,6 en el segundo, 37,6 en el tercero y
37,3 por ciento en el último periodo).
Quedan otros
41 juegos por delante y ahora más que nunca tienes que poner los puntos
sobre las íes. Todo el mundo está convencido de que tus marcas
personales saldrán adelante, y que este es un bache individual que
solventarás con esa singularidad que te caracteriza. No hay duda de que
queda cuerda para rato, pero no pierdas esta oportunidad para darle un
tirón de orejas a los que más se lo merecen. Nadie va a tomar
represalias contra ti, por quién eres. A estas alturas, no tienes nada
que perder y tienes a una hinchada fiel cubriéndote las espaldas.
Atrévete a plantarle cara a la familia Buss y Mitch Kuptchak, porque a ellos el tiempo sí les está pasando factura.
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