No ha quedado bien parado el baloncesto dominicano de selecciones masculinas en sus últimas incursiones internacionales.
Primero estuvo el Premundial U-18 en St. Catharines, Canadá. El sexto lugar no fue suficiente para avanzar hasta el Mundial U-19 del año próximo.
Luego fue el turno de la U-17 en el Mundial de Santa Fe, Argentina. Cuatro derrotas en igual número de presentaciones. Un desastre.
Y el cierre estuvo a cargo de la selección de mayores con su derrota aplastante en Canadá el pasado viernes, y el doloroso revés del lunes en casa ante Bahamas por un punto.
Sin tratar de buscar “chivos expiatorios”, estos resultados ponen a pensar si es tiempo de replantearse la forma en la que se dirige el baloncesto dominicano.
El sistema
Observando el juego de cada una de las selecciones señaladas se perciben las mismas fallas estructurales: mucho talento individual, poco juego colectivo, deficiente defensa, pobre acierto en los lances de tres y una gran propensión a la pérdida del balón.
Observando el juego de cada una de las selecciones señaladas se perciben las mismas fallas estructurales: mucho talento individual, poco juego colectivo, deficiente defensa, pobre acierto en los lances de tres y una gran propensión a la pérdida del balón.
Más allá de las condiciones físicas de los atletas, es escaso el planteamiento de esquemas que permitan un juego fluido en ambas puntas de la cancha.
En las categorías formativas se ha apostado mucho por el talento de “descendencia” nacidos o criados en Estados Unidos o Puerto Rico de padres dominicanos.
Es innegable que ese tipo de jugador siempre ha sido importante en la selección nacional, y sus aportes históricos son la mejor prueba.
Pero no pueden ser la base. Pueden ser el complemento perfecto. Hay que identificar el talento local y hacer un trabajo planificado y constante.
La Federación Dominicana de Baloncesto (Fedombal) y su director de selecciones nacionales, José-Maíta- Mercedes han realizado en los últimos años el escauteo mediante concentraciones por región.
Sin embargo, esos muchachos llegan con deficiencias. Y como juegan muy poco aunque sí practican mucho, no tienen el tiempo para desarrollarse y trabajar en sus puntos débiles.
Es cierto que la competencia del béisbol con sus atrayentes contratos es muy fuerte, pero hay que encontrar la manera de desarrollar el talento con la mayor cantidad de partidos oficiales que se pueda.
Un torneo anual con su calendario, árbitros, con la intervención de los clubes de cada provincia con un seguimiento a cada atleta sería lo ideal. Los recursos son limitados (humanos y económicos), pero involucrando a las asociaciones se puede coordinar un certamen por edad junto con los entrenamientos específicos en las áreas necesitadas.
En la grande
Eso en las categorías formativas. En la de mayores ya no se puede enseñar nada. Lo ideal es contar con el mejor talento posible.
Eso en las categorías formativas. En la de mayores ya no se puede enseñar nada. Lo ideal es contar con el mejor talento posible.
Si para septiembre cuando Chile visite a RD, y Dominicana viaje a Venezuela se pueden incorporar Towns y Horford, bienvenidos sean.
Si no es así, hay que tener un Plan B. En este se incluiría a Ángel Delgado (que debe tener menos trabas que los dos anteriores) y se debería intentar rescatar la presencia de Ronald Roberts que parece estar recuperado de sus molestias en las rodillas, y ha estado jugando por Israel.
Un elemento clave es la recuperación de Ronald Ramón. Ha sentado base en Brasil, pero con su control de balón y efectividad detrás del arco ayuda a abrir la cancha. Eulis Báez, si está disponible, es otra ficha a contar por la gran estabilidad que brinda al grupo en ofensiva y defensa.
Unos abogan por cambios en la dirección técnica. Si es el caso, la opción más viable sería retornar con Orlando Antigua, si sus compromisos en el basket NCAA se lo permiten.
Otros reclaman retornar a James Feldeine al puesto de nacionalizado o en su defecto colocar a Robert Glenn (lesionado sin poder jugar con los Metros en la LNB). El autor de esta columna no cambiaría a Sadiel Rojas, quinteto en uno de los equipos de la segunda mejor liga del mundo y que es de los pocos que pueden cambiar el juego sin tener la pelota en las manos.
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FUENTE:LISTIN DIARIO
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