La veterana escuadra de San Antonio amanece hoy como el equipo más caliente en la NBA, tras la apretada victoria 87-86 sobre los Boston Celtics el miércoles. Fue su novena victoria en fila para acercarse a un juego de Oklahoma City en la cima de la Conferencia del Oeste.
Sin hacer mucho ruido, los Spurs han ganado 26 de 31 partidos para colocar su marca en 38-14, cada vez más cerca del Thunder, y a dos juegos y medio de los Chicago Bulls en la carrera por la ventaja local a través de la postemporada.
El consenso a través de la apretada temporada ha sido que el campeón de la NBA saldría del trío de Oklahoma City, Miami y Chicago, sin importar la calidad de los otros contendientes o pretendientes. Pero San Antonio ha dejado claro que su 'prematura muerte' fue totalmente exagerada, y que tiene todo en sitio para superar las piernas jóvenes de los tres favoritos y alzar el quinto trofeo de campeón en la historia de la franquicia.
No se supone que fuera así. Una temporada recortada se perfilaba como una problématica para los Spurs, quienes todavía dependen de sus 'Tres Grandes', Tim Duncan, Manu Ginóbili y Tony Parker, para ganar consistentemente. El trío promedia casi 33 años de edad, y todos esos partidos de postemporada extra que han jugado se supone que comenzarán a cobrarles este año.
Pero no ha sido así, y la mayoría del crédito se lo lleva Gregg Popovich, el mejor técnico en la NBA.
'Pop' ha hecho el mejor trabajo de su brillante carrera, jugando con los minutos de sus canasteros estelares para tratar de evitar lesiones y conservarlos frescos para la postemporada sin restarles eficiencia. A la vez, le saca el máximo a un profundo grupo de canasteros complementarios que han aceptado sus reglas como normas de vida.
¿Cuan bueno ha sido Popovich? Consideren que los Spurs tienen la cuarta mejor marca, a pesar de que Duncan, (15 ppj, 9,0 rpj), Ginóbili (12,5 ppj) y Parker (19,3 ppj, 7,9 apj) han jugado juntos en menos del 15% de los juegos de los Spurs. Además, luego de un inicio de 0-5 en la carretera, han ganado 17 de 22 fuera de San Antonio para el tercera mejor récord (17-10) como visitante.
El éxito en la temporada regular no es nada nuevo para 'Pop' y su escuadra, quienes promedian 57 victorias en las 13 temporadas completas desde el debut de Duncan en el 1997-98. En la campaña abreviada de 1998-99 ganaron 37 de 50 juegos para conquistar su primer campeonato; su por ciento de victorias en aquella temporada (.740) es casi idéntico al de este año (.731), así que Popovich sabe lo que hace cuando hablamos de campañas recortadas por problemas laborales. Claro está, la pregunta es si podrán traducir ese éxito en la postemporada, considerando que la campaña pasada sorprendieron a muchos para terminar primeros en Oeste, antes de que fueran eliminados históricamente en la primera ronda por unos Memphis Grizzlies que fueron más atléticos, grandes y fuertes.
Estos Spurs han utilizado su ataque balanceado para marchar terceros en puntos por juego (101.9) y segundos en porcentaje de tiros de campo (.471). Su defensa no ha sido la gran carta de triunfo que fue cuando Duncan estaba en su 'prime', pero tienen la capacidad de hacerle la vida imposible a cualquiera. Y todo manejado por Popovich, maestro a la hora de mover sus múltiples fichas a la vez para sacarle el máximo a su profunda rotación.
Quizás lo más importante a largo plazo en los playoffs será la salud y presencia de Ginóbili, quien ha batallado lesiones a través de la campaña. El estelar escolta argentino juega actualmente la menor cantidad de minutos por partido (23.6) desde su año de novato en el 2002-03, aunque lleva marcas personales en por ciento de cestas (.524) y por ciento del área de tres puntos (.449). La teoría es que no es el momento para apretar el acelerador.
Su tiempo en cancha de seguro aumentará en la postemporada, al igual que Duncan y Parker, con Popovich apostando a la maña de sus 'Tres Grandes' para avanzar en los playoffs. Entonces veremos si las piernas del Thunder, las destrezas del Heat o la defensa de los Bulls pueden más que su plan maestro para ganar el campeonato.
Soy fanático del final feliz, y admito que me ecantaría verlo. Sería el cierre perfecto a la era de Popovich y Duncan.
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