A PALABRAS NECIAS OIDOS SORDOS

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MIAMI -- Muchos catalogaron la actuación de LeBron James en el séptimo juego de la NBA como "la pieza faltante".

Yo no estoy de acuerdo. La confirmación de que LeBron aparece en momentos importantes ya había llegado la temporada pasada cuando fue el principal protagonista y ganó su primer título de la NBA.

Después de todo, promedió 30.3 tantos, 9.7 rebotes, 5.6 asistencias y 1.9 robos en la postemporada del 2012. Números por los cuales cualquier jugador mataría. Sin embargo, parecieron no ser suficientes para algunos. Es que los detractores de James simplemente estaban esperando algún indicio de debilidad para volver a salir al ataque.

"No me importa lo que digan los demás", declaró James luego de ganar su segundo anillo. "Soy un chico de Akron, Ohio, y ni quiera debería estar aquí". La perspectiva parece estar muerta. Porque su triple doble en el primer juego de estas Finales no fue suficiente y se le exigió más. Entiendo que es el mejor jugador del mundo, y por ende se le pide más, pero a veces ciertas demandas rozan lo ridículo. San Antonio hizo un gran trabajo a la hora de defenderlo, y ni les puedo comenzar a explicar el nivel de tweets agresivos que recibí en dirección a James. Yo entendería si alguien quería que ganen los Spurs por lo que representan como equipo. Incluso entendería si a alguien no le gustan los "Súper Equipos". Pero el disgusto no es hacia el Miami Heat, sino más bien hacia James.

Odio irracional que a mi juicio no tiene fundamento alguno. Cuando parecía que los Spurs liquidaban la serie en el sexto juego, y faltaban 28 segundos por jugarse, recibí 76 tweets (los conté) descalificando a James en una cuestión de segundos. No he escuchado de ellos últimamente. De hecho, luego de una actuación irreprochable en el Juego 7, coloqué la siguiente pregunta en twitter: ¿Quién se animará a decir que LeBron James no aparece en momentos importantes ahora? Aunque usted no lo crea, continué recibiendo respuestas negativas.

Yo no soy un defensor de LeBron ni mucho menos, pero creo que lo que es justo es justo. Nosotros podemos estar de acuerdo en estar en desacuerdo, pero minimizar el dominio de James hoy en día sencillamente no es racional. No sólo por sus 37 puntos y 12 rebotes en el escenario más importante, ni porque haya aparecido en cada momento clave del partido, sino también porque fue apenas la segunda vez que un jugador promedia más de 25 tantos, 10 rebotes y 7 asistencias en unas Finales; la otra fue el propio James en el 2012. Algunos consideran que James es "fanfarrón".

Yo critiqué públicamente su anuncio de una hora en televisión nacional en el que dijo que "llevaba sus talentos al Sur de la Florida". Pero que esas críticas han llegado a un nivel desmedido. Es un chico que empezó a trabajar a los 9 años de edad, que no creció con una figura paterna y cuya madre tuvo problemas con drogas. Ha tenido una cámara de televisión sobre él desde que tiene 12 y se ha hecho hombre por su cuenta. Además, es uno de los atletas que más aporta a obras de caridad.

Yo diría que salió bastante bien considerando las circunstancias. También existieron aquellos que son rápidos a la hora de demeritarlo con comparaciones: "Jordan nunca hubiese hecho esto o aquello".

 ¿Por qué la necesidad imperiosa de comparar? ¿Acaso no podemos disfrutar del mero hecho de que estamos presenciando a uno de los grandes jugadores de la historia y punto? Cada jugador es un hombre aparte, y como tal hay que criticarlo o elogiarlo por lo que es, no por lo que fueron otros.

James, cuyo discurso de "no uno, ni dos, no tres", también critiqué fuertemente, hizo su apuesta al venir a Miami y le ha salido bien. Tres apariciones consecutivas en Finales, dos campeonatos en fila, racha de 27 victorias en temporada regular, mejor registro de campaña en la historia de la franquicia, y aún más importante el inicio de una dinastía.

El séptimo juego no definía su legado ni cómo será recordado. Todavía sigue en el pico de su carrera y recién habrá que juzgar su legado cuando concluya la misma. Por lo pronto, esperemos a corto plazo dejar de escuchar ruido innecesario. Porque las críticas hacia su juego vienen meramente desde un lugar pasional y no racional. "Nadie puede dudar ya de LeBron", concluyó Magic Johnson. "Sólo hay que disfrutar el camino y ver en qué lugar del Top 5 termina cuando todo esté dicho". Amén.

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