MIAMI -- El sentimiento de muchos colegas tras el quinto juego de la Final de la Conferencia del Este entre el Miami Heat y los Indiana Pacers es que la serie se acaba en seis partidos.
Y en ese sentimiento influye la manera en que los Pacers se desinflaron por completo, como si se les hubiera acabado la gasolina, luego de complicarles la vida a los actuales campeones y dominar la primera mitad con un juego compacto.
De pronto, Indiana, el equipo con la mejor defensa en toda la liga durante la campaña regular, se quedó sin respuestas ante la explosión ofensiva de Lebron James, Udonis Haslem, Mario Chalmers y Chris Andersen. El sexto encuentro, el sábado en Indianápolis, podría, debe ser, el último.
El liderazgo de James no sólo fue sobre la cancha. Se le vio hablándole fuerte a sus compañeros, exigiendo el máximo esfuerzo de cada uno y ellos respondieron como campeones.
Fue Miami quien puso toda la presión defensiva, al limitar a sólo 79 puntos a unos Pacers que habían promediado 98.5 cartones durante los primeros cuatro juegos de la serie.
Hubo un momento en el último período en que el lenguaje corporal de David West dejó en claro su frustración al no encontrar a quien pasarle el balón, como si de pronto el Heat tuviera diez hombres sobre el tabloncillo del American Airlines Arena.
Y fundamental fue también el emparejamiento en la lucha por los rebotes, aspecto en el que Indiana dominó ampliamente en los choques anteriores. Esta vez los Pacers capturaron 33 balones por 32 Miami.
Indiana tiene un sentido de urgencia, pues no hay mañana.
La cosa está en ver si el Heat mantiene su instinto matador y sale a definir en cancha ajena o si baja la presión y lo deja todo para el último día.
WWW.LIGAPLENITUD.NET/ESPN
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