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Repaso general
Hay una razón por la cual los
pronósticos de verano de ESPN.com anticipan que los Lakers serán los
ganadores de la Conferencia Oeste. Cualquier temporada que no termine
con la combinación de confeti, champán y el trofeo Larry O'Brien se
considera un fracaso en Lakerland. Así que ya saben lo que fue la
temporada pasada. Con la cantidad de banderines que cuelgan de las vigas
del Staples Center, es comprensible que las normas sean un poco
diferentes en Tinseltown.
Cuando por fin se puso en marcha la temporada pasada, las expectativas
para los de púrpura y oro se dispararon a la luna, pero se desvanecieron
rápidamente. La debacle del canje de Chris Paul no fue exactamente el comienzo ideal para una campaña de campeonato. Lamar Odom
no podía soportar la idea de jugar para un equipo que no lo quería, y
solicitó un intercambio que nunca quiso realmente.
Al otro lado de los
vestidores, Pau Gasol jugó bajo la amenaza de ser canjeado en cualquier momento pero logró poner buena cara y promediar un doble-doble.
Los
Lakers batallaron con su apatía y su falta de motivación habituales
durante los juegos de la temporada regular contra oponentes de menor
nivel, y por momentos parecían no tener un rumbo definido en la nueva
ofensiva de Mike Brown. El equipo pareció estabilizarse un poco tras un
canje en plena temporada por Ramon Sessions, quien acabaría liderando a los Lakers en asistencias y tiros de 3 puntos.
Kobe Bryant
se quedó a una décima de punto de su tercer título como anotador (a
pesar de haber disparado con el tercer peor porcentaje de campo de su
carrera), mientras que Andrew Bynum
tuvo su mejor temporada (18 puntos y 11 rebotes) y se metió en la
conversación sobre el mejor centro de la liga con una imagen de salud.
Los
Lakers (41-25) terminaron en la mitad de la tabla de casi todas las
categorías estadísticas grupales y nunca tuvieron más que una racha
ganadora de cinco partidos, pero finalmente terminaron en la punta de la
División Pacífico y consiguieron el sembrado Nº 3 de los playoffs. En
la primera ronda despacharon a los advenedizos Denver Nuggets
en siete partidos más difíciles de lo esperado.
Durante la segunda
ronda, el estudiante se convirtió en el maestro ya que el conjunto más
joven, rápido, y hambriento del Oklahoma City Thunder superó a una escuadra envejecida de los Lakers en cinco partidos.
La temporada baja anterior de los Lakers fue terriblemente dura. La que le siguió a la campaña del 2012 sería todo lo contrario.
Adiciones
Lo
mejor de esta temporada baja es que la larga, y por momentos
insoportable, saga llamada Dwightmare finalmente llegó a su fin. Con
algunos movimientos astutos y unos cuantos vaivenes, el gerente general
de los Lakers, Mitch Kupchak, se encargó de que su club ganara el
concurso en el que aparentemente participaron la mitad de los equipos de
la liga en un momento u otro. ¿Qué significa todo esto? Que los Lakers
tienen una gran línea frontal. Combinado con Gasol, Dwight Howard le brinda a Los Angeles una de las líneas frontales más temibles y versátiles de los últimos tiempos.
Howard
es el mejor grandote defensivo del deporte, y fue nombrado Jugador
Defensivo del Año tres veces a sus 26 años. Probablemente habría ganado
este título cuatro veces de no haberse perdido 12 partidos debido a sus
problemas de espalda que requirieron cirugía. Los Lakers fueron un
sólido bloque defensivo, pero tuvieron su cuota de problemas. Los bases
solían meterse en el carril contra su propia defensa, lo que los dejaba
en modo de recuperación constante y degradó la calidad de su defensa en
general.
Howard no mantendrá a los escoltas fuera del
carril, pero sí les dificultará mucho ser productivos cuando pongan un
pie en la zona pintada. La presencia de Howard básicamente cambiará el
juego defensivo ya que cerrará la zona adyacente aro, lo que significa
que sus oponentes tendrán pocas oportunidades de calidad dentro de los
10 pies.
Howard por sí solo les brinda a los Lakers una A+ por la temporada baja. La adquisición del dos veces JMV Steve Nash
sin duda suma un par de puntos positivos. En el movimiento más
sorprendente del verano, Nash negoció un acuerdo de firma y canje que lo
llevó a Los Ángeles y le pagará $27 millones por los próximos tres
años. Este movimiento les otorga a los Lakers el perímetro más
experimentado de la liga.
A los 38 años, Nash promedió
10.7 asistencias y disparó con una efectividad de campo del 53 por
ciento. Lo más impresionante es que estos numeritos podrían mejorar
drásticamente esta temporada, ya que Nash nunca ha tenido tanto talento a
su disposición. Con tantas opciones anotadoras a su alrededor, no es
inconcebible que Nash quiebre su récord personal de asistencias, de 11.6
por partido (2006-07).
Perdido en los vendavales de verano de los Lakers quedó Antawn Jamison,
un tipo de mucho carácter que todavía tiene la capacidad de anotar
rápidamente alrededor del aro (17.2 ppp en 33.1 minutos el año pasado).
También podría abrir en la posición de ala-pivote (con Gasol al centro)
dependiendo de cuándo regrese Howard. Y no es un mal mentor para el
joven Jordan Hill.
Jugadores clave
Los Lakers tienen una impresionante lista de estrellas de alto impacto.
Bryant, Nash, Gasol y Howard acumulan 32 apariciones en el Juego de
Estrellas entre todos ellos. Con tanto talento en tantas posiciones los
Lakers deberían poder ensamblar un número de interesantes alineaciones
que pueden llevar a cabo cualquier estilo de básquetbol.
Pero
no se equivoquen, el ataque de los Lakers comienza con Nash. Por
primera vez desde Magic Johnson, Los Angeles cuenta con un general de
piso altamente condecorado capaz de manejar la ofensiva y dictar el
ritmo. Nash será principalmente un facilitador y tendrá pocos problemas
para conectarse con Howard en lo que podría ser el combo de cortina y
desmarque más efectivo de la liga.
También esperen una alta dosis de
volcadas en pases de Nash a Howard en situaciones fijas luego a la
salida de tiempos muertos.
Con Howard atrayendo tanta
atención, Nash, un tirador que mantiene un promedio de 42 por ciento en
triples en su carrera, destrozará rivales con tiros abiertos con pases
del nuevo hombre grande de los Lakers.
Mientras que Nash
definitivamente tendrá un impacto en la fortuna de Howard, también
tendrá un alto impacto sobre Bryant, pero el estelar duo seguramente
necesitará un período de ajuste. La pelota estará en manos de Nash la
mayor parte del tiempo, por lo que Bryant tendrá el balón menos que
nunca en sus 17 años de carrera. Su éxito depende de que Bryant acepte
tener que correr más y estar listo para atrapar y tirar en jugadas de
media cancha así como también en transición. Eso es importante, porque
aunque es un gran anotador, Bryant nunca ha sido un tirador de estilo
"atrapar y tirar", prefiriendo crear a través de jugadas de uno contra
uno o de espalda al aro.
Una conversación en el inicio del
campamento de entrenamientos sobre las distintas maneras que Nash podría
alimentar a Bryant sería fundamental en el largo plazo para solidificar
la química en el perímetro. Pero el ajuste de Bryant no termina allí.
El muchacho nuevo del otro lado de la cancha también afectará su rol.
Bryant ha gravitado en el poste alto y poste medio más y más cada
temporada y en el proceso se convertido en una de las mejores amenazas
en el poste bajo. Pero ese es el territorio de Howard ahora. Si Bryant
se va a postear, ¿Qué se supone que haga Howard?
Estadística reveladora: 39 por ciento.
Los
Lakers regresan sólo un jugador con promedio de al menos 10 minutos en
cancha que ha tirado por encima del 34 por ciento en triples. Pero eso
tiene poca relevancia, dado que Andrew Goudelock
apenas estuvo en la rotación. Sus dilemas con los triples los han
afectado durante buena parte de las últimas dos temporadas y podría
seguir presentado un problema si las defensas ponen sus armas en detener
a Howard. El 39 por ciento en triples de Nash -la segunda peor marca de
su carrera- lo convierten en la mayor amenaza de los Lakers de larga
distancia. No esperen que los Lakers le ganen un tiroteo a Miami.
¿Qué tiene que salir bien?
¿Necesitas
un equipo para bajar al Heat? Esta es tu mejor opción. Los Lakers
tuvieron el tipo de temporada baja que lleva a desfiles en junio. Pero
no será tan simple como salir a jugar y embocar canastas. Dos factores
clave determinarán el rumbo de los Lakers en su búsqueda a todo o nada
del campeonato: salud y química. Más allá de alguna lesión imprevista,
la recuperación de la lesión de espalda de Howard, la cual acabó con su
temporada, no es un pequeño detalle para los Lakers en busca del título.
Tienen
posiblemente el mejor y más equipado plantel de la liga. En papel. Pero
tendrán un período de ajuste bastante riguroso el cual sus estrellas
clave deberán atravesar para lograr que sus fantásticas piezas encajen.
Bryant enfrentará uno de los desafíos personales más grandes al tener
que ensamblar su juego con el de Howard y Nash. Sigue siendo un anotador
fantástico y querrá sacar lo mejor de sí mientras su cuerpo lo permita.
Cómo maneje el inevitable cambio de poder es la clave del éxito para
los Lakers esta temporada.
El Heat observó con gran
preocupación este verano como los Lakers agregaban una pieza importante
tras otra y se convertían en un equipo drásticamente distinto. La
principal tarea de Miami en la temporada baja fue llenarse de tiradores,
mientras que los Lakers incorporaron talentos de nivel estelar en dos
de las posiciones más cruciales: base armador y centro. El Heat tiene
una considerable ventaja de larga distancia, pero esa (y LeBron James) es su única ventaja clara.
Si
Miami apela a una alineación pequeña (y rápida), Howard y Gasol tienen
la habilidad para correr la cancha permitiéndole a los Lakers mantener
una alineación alta, un lujo que pocos equipos pueden darse y algo que
podría inclinar la balanza en una serie de siete juegos.
Los Lakers quieren sacarle al menos un campeonato más a la era Kobe Bryant. Y ahora tienen el plantel para hacerlo.
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