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Repaso general
Los rumores sobre la desaparición de los Celtics resultaron ser demasiado exagerados. Boston arrancó la campaña pasada con un aspecto avejentado, aletargado, y fuera de foco en general. Para fines de enero, ya había varios supuestos expertos pidiéndole a Danny Ainge que presionara el botón de reinicio. ¿Kevin Garnett? Canjéenlo. ¿Ray Allen? Ausente. Con una larga carrera de playoffs fuera de consideración y los jugadores claves operando bajo contratos salientes, ya era hora de reconstruir. (Al menos eso era lo que pensaba la mayoría, y me incluyo.)
Los problemas persistieron hasta febrero. Boston llegó al receso por el Juego de Estrellas con una marca de 15-17, había perdido cinco partidos al hilo, y estaba apenas 1 ½ juegos delante de Cleveland por el octavo puesto del Este. Pero uno sencillamente no puede descartar a jugadores de la talla de Garnett, Allen y Paul Pierce y, quizá, por sobre todas las cosas, a un psicólogo maestro en el entrenador Doc Rivers. Los Celtics se encendieron justo a tiempo, ganando cinco partidos en fila tras el descanso y ocho de 10 antes de la fecha límite. En lugar de desarmar el equipo, Ainge se plantó.
Los Celtics continuaron con un juego sólido hasta el final de la temporada, y terminaron ganando 24 de los últimos 34. Allen tuvo problemas de tobillo y se perdió la recta final, pero Avery Bradley jugó tan bien que terminó usurpando el lugar de Allen en la alineación titular. Boston terminó con un sembrado N°4 que en realidad fue un N°5, ya que los Celtics no tuvieron la ventaja de local en la primera ronda contra Atlanta.
Durante la postemporada, Boston sobrevivió a los Hawks y a los 76ers aún sin Allen y Bradley (problemas de hombro) al cien por ciento. Hasta cierto punto, los Celtics se beneficiaron de lesiones claves en otros lugares. Atlanta perdió a Al Horford durante la mitad de la serie, y Josh Smith se perdió un partido. Más importante aún, los Celtics evitaron un enfrentamiento con Chicago en la segunda ronda después de que Derrick Rose quedara fuera y los Bulls sucumbieran ante Philadelphia.
Todas las dudas acerca de la carrera de postemporada de los Celtics fueron contestadas en las finales del Este, cuando Boston perdió ante Miami en siete partidos tras arrancar la serie con una ventaja de 3-2. Los últimos dos partidos no fueron particularmente parejos y, durante el cierre de la temporada, fue inevitable sentir que un abismo fresco se había abierto entre los dos equipos. Los Celtics fueron superados de manera contundente en el cristal y lograron apenas un punto por posesión en la serie, y menos de eso en casa. De cara a la temporada baja, las preguntas sobre un nuevo comienzo para los Celtics volvieron a surgir.
Adiciones
Ainge no volvió a empezar. Quizás animado por la profunda carrera de la primavera y poco entusiasmado con las opciones del mercado, volvió a fichar a Garnett, de 36 años, con un contrato de tres años y $37.2 millones. Cuando Ainge formó el núcleo Garnett-Allen-Pierce, el trío ya tenía mucha experiencia y el equipo se vio asediado desde el principio por preguntas sobre sus ventanas de oportunidad. Allen se ha ido, y el nuevo Big 3 es Garnett, Pierce y Rajon Rondo , pero para cuando se cierre el nuevo contrato de Garnett, la ventana habrá estado abierta durante ocho años. Cualquier equipo querría eso.
El rol de Allen como francotirador designado será ocupado por Jason Terry, que no es tan viejo como Allen (37), pero está cerca: Es alrededor de un mes mayor que Pierce, quien cumplirá 35 años en octubre. Sin embargo, en la lista corta de los grandes tiradores, Terry tiene tan buena reputación como cualquiera. En términos de porcentajes reales no está en la categoría de Allen, pero de todas maneras podría tener un valor general superior en este momento de sus respectivas carreras. (Nuestras proyecciones de pretemporada favorecen levemente a Terry.) Ésta no es simplemente una de esas cuestiones estadísticas aisladas -- con Allen en el Heat, la diferencia entre él y su reemplazante en los Celtics bien podría tener consecuencias reales.
Ainge utilizó su renovada flexibilidad financiera para consolidar la alineación titular y atender la falta de profundidad de los Celtics, un problema que afectó a Rivers durante toda la temporada. Brandon Bass fue retenido para abrir junto a Garnett en la zona frontal, una configuración que funcionó bien la temporada pasada. Courtney Lee vino del mercado de agencia libre y es probable que abra junto a Rondo en el perímetro de Boston, con Bradley y Terry jugando juntos en la segunda unidad de una rotación repentinamente profunda.
Jeff Green, quien supuestamente fue una parte clave del banco de Boston la temporada pasada antes de someterse a una cirugía de corazón, ya está de vuelta y se volverá a esperar de él una ofensiva instantánea. Jared Sullinger y Fab Melo fueron seleccionados en la primera ronda, aunque como novatos tendrán que trabajar duro para impresionar a Rivers. Por si fuera poco, Jason Collins fue contratado como especialista defensivo para enfrentarse a los mejores jugadores de poste, aunque esto no sea un gran factor contra Miami.
Personal clave
Así que los Celtics lucen como un equipo mucho más profundo esta temporada, y también son más jóvenes. La edad promedio (ponderada según los minutos proyectados) sería inferior a los 30 años por primera vez desde la temporada 2008-09. Deberían ser un poco más atléticos y se espera que sean el mejor equipo defensivo de la liga.
La clave para cerrar la brecha con Miami en un posible enfrentamiento cara a cara será que Boston mantenga el marcador activo de manera consistente. Si bien los Celtics podrían tener una proyección ofensiva un poco mejor, aún no serán un equipo de elite en ese extremo de la cancha, y ni siquiera promedio. Boston no hace ningún hincapié en los rebotes ofensivos, una de las categorías que han frenado su eficiencia ofensiva.
¿Seguirán siendo los Celtics un equipo orientado a los tiros brincados que no recupera sus propios tiros fallidos? La clave aquí podría ser Sullinger, quien tal vez sea el rebotero de porcentaje más alto de los Celtics en el inicio de la temporada. Si Rivers confía en él no sólo para que juegue una cantidad importante de minutos, sino también para que ataque el cristal ofensivo, Sullinger podría ser un arma secreta para desplegar ante el tamaño reducido del Heat. La adición de Lee le brinda a Boston otro defensor lateral sólido -- una herramienta que no está demás ante Miami.
Estadísticas que sobresalen
Lee jugó las últimas dos temporadas en el Oeste, pero durante las dos campañas anteriores a éstas, trabajó duro para el Magic y los Nets, respectivamente. Durante ese tiempo, Dwyane Wade fue 9.3 puntos mejor cada 100 posesiones cuando Lee estaba en la cancha para el equipo contrario. Así que ya veremos qué tan útil realmente podrá ser como defensor ante el Heat.
¿Qué debe salir bien?
Si esperas que descarte a los Celtics, te decepcionarás. Ya he andado por ese camino, y es un camino rocoso. El Heat tiene un buffer considerable contra Boston, tal vez de 12 o 13 juegos en la tabla de posiciones. Si Miami fuera a fallar debido a una lesión clave, por un choque de egos, o porque Pat Riley decide ponerse el uniforme y jugar de armador, los Celtics tienen tantas posibilidades de dar el golpe como cualquiera en el Este.
La clave será que la ofensiva recupere los niveles superiores a la media que desplegó durante los primeros tres años del experimento del Big 3. No estamos pronosticando que esto va a suceder, pero cuando estás tratando de suplantar a un equipo tan explosivo como el Heat, debes ser capaz de encender el marcador de vez en cuando.
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