Varios juicios civiles por negocios que acabaron mal. Un divorcio desagradable.
Un pleito de custodia más desagradable aún. La incertidumbre de dónde continuaría su carrera en la NBA. Y los rigores de una temporada distinta a las demás.
Así fueron los últimos 12 meses para Dwyane Wade. “Un año muy largo”, dijo Wade el sábado. “Muy, muy largo año”.
Lo que sigue promete ser más dulce: a partir del martes en Miami, Wade y el Heat disputarán por segunda ocasión la final de la NBA.
Las emociones han sido difíciles de soportar a veces esta temporada turbulenta y aquellos más próximos a Wade afirman que nada sería un desenlace más adecuado para este capítulo en su vida que derrotar a los Mavericks de Dallas y alzarse con otro campeonato en la NBA.
El martes, se cumplirán 52 semanas desde el acuerdo que dio fin a los juicios, una victoria legal para Wade que comenzó a cambiar las cosas en su favor. Luego se divorció, se quedó en Miami, logró que LeBron James y Chris Bosh se sumaran al Heat y que su compañero de largo tiempo Udonis Haslem se quedara. Y le dieron la custodia de sus hijos.
Luego el Heat ganó 58 partidos y, aunque tuvo algunos tramos rocosos en la temporada, sólo necesitó diez juegos de playoffs para superar a Chicago y Boston camino al campeonato de la Conferencia Este.
LISTIN DIARIO
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