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Sebastián Martínez Christensen
MIAMI -- Los hábitos viejos tardan en morir.
Oklahoma City estaba jugando los últimos partidos con una madurez que no reflejaba la edad de sus principales estrellas.
Cerrar últimos cuartos era sinónimo de garantía para el Oklahoma City Thunder.
Kevin Durant,
quien llegó a este juego habiendo anotado 33 puntos combinados en los
últimos cuartos de las Finales, parecía que iba a dominar la liga por
los próximos diez años.
Aunque pensándolo bien, quizás lo haga, pero ese es oro debate.
Hoy, fue otra historia.
Jugando como visitante, el Thunder exhibió su juventud e inexperiencia,
cometió pérdidas de balón muy costosas y a la postre terminó perdiendo
un partido que estaba para cualquiera.
Cuando uno ve que Miami encestó apenas el 37 por ciento de sus lanzamientos, que Chris Bosh y Mario Chalmers se combinaron para encestar 4 de 20 lanzamientos y que el Miami Heat falló sus 19 tiros a más de tres pies en el lado derecho del aro, no entiendo cómo perdió el Thunder.
Pero Oklahoma no fue el mismo de los últimos partidos, fue más parecido al de los dos años anteriores.
Un irreconocible James Harden, quien encestó 2 de 10 lanzamientos, cometió dos pérdidas muy costosas sobre el final que resultaron en seis puntos de Miami.
Y para colmo, abajo tres puntos y con un diferencial de seis segundos en
el reloj de posesión, le cometió una inexplicable falta a LeBron James.
Errores mentales que no se pueden cometer en las Finales de la NBA.
Para colmo, Kevin Durant tiene que tener más disciplina defensivamente,
porque no fue el mismo desde que recibió su cuarta falta, y anotó apenas
cuatro tantos en el último período.
"Tengo que ser mucho más inteligente", admitió Durant.
Russell Westbrook
no debe escuchar a sus críticos y seguir siendo agresivo, porque cuando
no lo es simplemente un base armador que toma malas decisiones.
Se lo notó falto de confianza, y eso se hizo más que notorio en ese
último triple que intentó, sin nadie a cinco metros de él, para igualar
el partido sin éxito.
Los tres mejores jugadores del Thunder no estuvieron en su mejor día, pero no fueron los únicos que no dieron la talla.
En lo personal me sigo preguntando cómo Scott Brooks dejó más de cinco
minutos seguidos en cancha a una rotación que no incluyó a Durant ni a
Westbrook. Estas son las Finales, no un juego de temporada regular, y se
notaba que el Thunder no tenía respuestas ofensivas.
"Westbrook tuvo una serie de malas jugadas, y decidí sacarlo un par de
minutos para que se enfríe", explicó Brooks. "Le tengo que dar
descanso".
Yo diría que el timing no fue el ideal.
Lo curioso es que en el tercer cuarto, Oklahoma City llegó a estar arriba 10 puntos, pero luego se volvió a disparar en el pie.
Ya vieron con las estadísticas lo frío que estaba el Heat desde afuera, y aún así, Thabo Sefolosha y Derek Fisher cometieron dos faltas inexplicables a James Jones y Shane Battier cuando estaban lanzando triples; esos seis lanzamientos libres le devolvieron la vida al Heat.
A mi juicio, ese fue el punto de inflexión.
Esa fue otra de las grandes diferencias. Se dio vuelta la mesa porque
Miami, que venía teniendo muchos problemas desde la línea de libres,
encestó 31 de 35, mientras que el Thunder que estaba al rojo vivo en
esta estadística apenas tuvo éxito en 15 de 24 intentos.
La realidad es que fue un partido desprolijo en general, pero hay que
darle crédito a la defensiva del Heat, que hizo un gran trabajo y limitó
al Thunder a 85 puntos.
"Ellos son muy buen equipo defensivo, y hay que darles mucho crédito",
declaró el entrenador de Thunder, que está enfrentando a una defensiva
top 5 por primera vez en esta postemporada. "Son un equipo muy físico, y
te hacen trabajar por cada tiro".
Claro está que Miami tampoco estuvo en su mejor día lanzando el balón,
pero tampoco estuvieron muy finos en la toma de decisiones sobre el
final.
Dwyane Wade
tuvo una secuencia fatal, en la cual al igual que en el juego anterior,
le robaron el balón y luego quiso vestirse de héroe con un lanzamiento
perimetral sin sentido.
Así en un abrir y cerrar de ojos, la ventaja del Heat a uno, aunque hay
que admitir que Wade estuvo fino con sus pases en el inicio.
Chris Bosh volvió a tener dobles dígitos en rebotes, LeBron James volvió
a cerrar de buena manera, y eso fue suficiente para alzarse con un
"feo" triunfo.
"No fue un lindo triunfo, pero vale igual", dijo un sonriente Erik Spoelstra. "Es bueno saber que podemos ganar jugando mal".
En este caso no tienen más que agradecerle al Thunder por haberles entregado el partido en bandeja.
No hay dudas de que Miami hizo algunas cosas bien, como atacar otra vez
de entrada --18 de sus primeros 20 puntos fueron en la pintura--, pero
creo que hoy los tontos errores del Thunder opacan el resto.
Habiendo dicho eso, no creo que esta "siesta" del Thunder se extienda
mucho tiempo siendo un equipo con tanto talento, y ciertamente el Heat
tendrá que mejorar su puntería si quiere evitar volver a Oklahoma.
La serie continúa el jueves aquí en Miami, y seguramente será otro encuentro de final vibrante.
Mientras tanto el Thunder simplemente implora que esta derrota de hoy no le termine costando el título.
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