Luego de 803 partidos, nueve temporadas, tres
premios de jugador más valioso y tres viajes a la serie final, LeBron
James está a punto de sacar su nombre de la lista “negra” de
superestrellas de la NBA sin anillo de campeón.
Un énfasis
exagerado es el que se ha puesto en ese sentido y muchos grandes del
baloncesto, a la hora de ser evaluados y comparados, reciben el handicap
de que “pero nunca ganó un anillo”. Con una carrera que, a los 27 años
ya ha superado al 90 por ciento de los jugadores que han pisado un
tabloncillo de la NBA, tendría que producirse un “milagro” para que el
“Rey no se ponga la corona”.
Pero el logro no ha llegado solo. Se
ha producido cuando LeBron ha asumido su rol de superestrella, ha sido
un poco más “egoísta”, ha tomado mayor responsabilidad a la hora de
liquidar los partidos; pero también ha contado con la ayuda de sus
compañeros.
Y es que en el baloncesto, como un deporte de conjunto, la victoria no se logra por un solo factor o un solo protagonista.
Se
tienen que producir una serie de “eventos afortunados”, debe
construirse paso por paso y cada jugador debe poner su granito de arena
para que se produzca el resultado anhelado.
Con una actuación que
ha hecho desempolvar los libros de récords y poniendo su nombre al lado
de apodos, nombres y apellidos tan sonoros como Kobe, Jordan, Magic,
Bird, Duncan, Shaq, entre otros, James está listo para jugar el partido
más importante de su carrera y alcanzar su máximo logro... Y dejar sin
tema de conversación a muchos periodistas, técnicos, analistas y
fanáticos del baloncesto.
LA OPINIÓN DE CYNTHIA.- Hay que
felicitar a las chicas del baloncesto femenino por su medalla de bronce
en Puerto Rico, aunque, sin lugar a dudas, la federación debe
urgentemente ir a darse una vueltita por los campos del país, pues, a
pesar del bronce obtenido no es menos cierto que hay necesidad de hacer
cambios drásticos en esa rama. No hay reemplazo y eso es letal para esa
selección. No podemos a este tiempo contar con jugadoras que quemaron
etapas, por eso la vuelta por los pueblos donde hay chicas a la espera
de poder jugar baloncesto. La federación debe abrir cambios a su modelo
de reclutamiento, asignar una comisión de esas tantas que está
organizando para salir a “cazar” nuevos talentos; pero hay que ofertar
estudios, alojamiento, salud, comida, cosas simples dándole seguridad a
los padres de esas jóvenes de que van a estar bien cuidadas, si es
posible con mujeres ex baloncestistas respetables, con nombre, que
ningún padre sienta temor de entregar a esa joven. La federación debe
demostrar que no es más de lo pasado y en verdad está buscando darle el
giro al baloncesto. De lo contrario se dirá que es “más de lo mismo con
otro aroma”. Esperamos el trabajo de esta directiva que hasta ahora está
un poco dormida. Hasta la próxima y que Dios nos bendiga.
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