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John Hollinger
Las buenas noticias para los fanáticos de Washington Wizards es que el manager general Ernie Grunfeld está construyendo un ganador. Las malas es que lo está haciendo en Minnesota y New Orleans.
En serio, ¿alguien puede explicarme cómo este hombre sigue manejando un equipo de básquetbol?
Grunfeld empujó otro intercambio patético al enviar a Rashard Lewis y un pick de segunda ronda a New Orleans Hornets por Emeka Okafor y Trevor Ariza.
El acuerdo es clásico de Grunfeld -- tomar un 'ganar ahora' con un equipo que no está ni cerca de hacerlo, pagando de más por veteranos, no manejando el espacio salarial y tirando una piedra al cielo a ver si le pega a algo de casualidad.
Okafor y Ariza se combinan para ganar 42 millones de dólares este año y el próximo, clausurando todo el espacio salarial de Washington de este año y el próximo. La salida de Lewis libera 22.7 millones, pero 13.9 eran garantidos, por lo tanto los Wizards se ataron a 30 millones de salario con este acuerdo.
El impacto grande es de este año en adelante. Okafor tiene una opción de terminación temprana de 14.6 millones tras esta temporada, y sería una locura que la ejercite, mientras que Ariza tiene una igual de 7.7 millones. Suponiendo una mejora increíble de ambos, podemos presumir que estarán en los libros de Washington para 2013-14 a un costo de 22 millones, comparado a los 0$ que los Wizards le deberían a Lewis; esto los pone encima del límite salarial incluso si deciden usar la amnistía en Andray Blatche. (otra movida 'brillante' de Grunfeld). De hecho, dependiendo en cómo usarán su dinero de excepción en los próximos dos veranos, podrían necesitar dar la amnistía a Blatche de un año a esta parte para no caer en el impuesto al lujo.
Por eso, se quedaron con un centro titular sobrepagado y un alero defensor más que sobrevaluado con, quizás, la peor selección de tiro del básquetbol actual. Lo que nos trae a una nueva razón para odiar este acuerdo: no resuelve nada del mayor problema de Washington, el tiro. Mucho más que esto: lo ha exacerbado a una situación inconcebible.
De todos modos, este acuerdo no es tan horrible como el que hizo Grunfeld dos años atrás cuando cambió el quinto pick de Draft a Minnesota por Mike Miller y Randy Foye, pensando que esos dos jugadores eran las piezas que faltaban para separar un equipo de 19 victorias a uno de campeonato, pero siguió la misma lógica de falta de guía. Tiene un mal equipo, con un mal entrenador, y obviamente, plagado de debilidades, y no se sabe por qué piensa que tirando por la borda el espacio salarial por dos jugadores de centro, veteranos sobrevaluados, puede empujar a los Wizards a la tierra prometida.
Por otro lado, si estás tratando de tomar el ángulo de "tienen que hacer feliz a John Wall", ten en cuenta que es un agente libre restringido, y por diseño los Wizards tienen todo por ganar en esa negociación.
Básicamente, ningún equipo ha perdido un jugador que realmente quería quedarse en esta instancia; sólo es años después, cuando pueden volverse agentes libres sin restringir. Ya hemos visto como jugadores de la talla de LeBron James, Chris Paul, Deron Williams y Carmelo Anthony encontraron la forma para irse.
Esto no se suponía que iba a pasar cuando Ted Leonsis se hizo cargo; encabezó un proceso paciente de reconstrucción con los Washington Capital de la NHL y todo el mundo esperaba lo mismo para los Wizards. En cambio, extendió inexplicablemente el contrato de Grunfeld basado en un mes más o menos decente para terminar la temporada, mientras que la mitad de los equipos alrededor de los Wizards estaban en otra página.
Ha sobrepagado por las ventajas, también. Recuerden, algunas semanas atrás, la gente se preguntaba cómo New Orleans podía usar el décimo pick para persuadir a alguien de tomar a Okafor y Ariza de sus manos.
En vez de eso, los Hornets se están quedando con el pick 10 y se deshicieron de ambos contratos. ¿Qué tan fuerte supones que se habrán reído cuando Washington decidió también liberar un pick de segunda ronda?
Para los Hornets, esta ha sido una movida maravillosa, liberándose de la carga de dos contratos problemáticos, liberando espacio salarial para el novato Anthony Davis, y tienen ahora espacio salarial ilimitado para mirar hacia delante. Una vez que corten a Lewis, los Hornets estarán tan por debajo del límite que podrían aplicar la amnistía en Jarrett Jack, ofrecer a Deron Williams un contrato máximo y aún volver a firmar a Eric Gordon.
Es muy poco probable que D-Will tome ese camino, pero lo más gracioso llegará cuando un año después, Jack y Lewis estén fuera de los libros de New Orleans por completo; si los Hornets le ofrecen a Gordon cerca de 10 millones por año, podrían tener cerca de 30 millones de espacio salarial. Por supuesto, tienen que usar ese espacio para tener jugadores actuales, pero entre intercambios y agencia libre tienen la chance de armar un equipo potente alrededor de Davis de manera veloz. Además, un muchacho llamado Chris Paul será agente libre el próximo verano si no extiende su contrato.
Grunfeld dijo que los Wizards son mejores de lo que eran ayer, y en un sentido muy lejano es correcto: este acuerdo mejora su plantel. Pero hay muchas maneras más eficientes de producir la misma mejora, y en vez de eso Grunfeld ha vuelto a empujar a la franquicia a dos años más de mediocridad para poder ganar una conferencia de prensa.
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