La primera es obtener la clasificación para el Premudial del año próximo, boleto que aseguran los semifinalistas en San Juan (los primeros cuatro).
Luego ganar una medalla, que en el peor de los casos se espera que sea la de plata, y más importante aún, poner al grupo a tono para el importante compromiso del preolímpico mundial o repechaje a principios del próximo mes en Caracas, Venezuela.
La fortaleza de la escuadra dominicana, tal como sucedió en el preolímpico del año pasado en Mar de Plata, volverá a ser su línea frontal.
Al Horford, Jack Michael Martínez y Eulis Báez son una garantía de buena defensa, rebotes, ofensiva cerca del aro y uno que otro triple, de vez en cuando.
Con Josh Asselin aportando defensa, estatura y choque en las posiciones cinco y cuatro más los “minutitos” de Manuel Guzmán para descanso de los titulares parece más que cubierta esa parte para el combinado.
Sin embargo, se presentan interrogantes en las posiciones uno, dos y tres, sobre todo, por la inestabilidad, en la primera, y la profundidad, en las dos últimas.
Juan Coronado, quien había abandonado la posición de armador para abrazar definitivamente la de tirador, ha tenido que ser rescatado ante las dolencias de Edgar Sosa y Ronald Ramón.
Ricky Soliver, con cierta experiencia internacional, y Amaurys Fermín, de reciente egreso del basket universario de la NCAA, han sido llamados “de urgencia” como seguros de vida.
La imposibilidad de contar con James Feldeine (pasaporte dominicano después de los 16 años) y Luis Flores (lesión y descanso) deja a García solo con Manuel Fortuna como suplente de experiencia como guard. Fortuna puede ayudar a la defensa y a desahogar en la conducción del balón al lado ofensivo.
Además es un guerrero de gran corazón.
Báez, frente a las ausencias de Orlando Sánchez (compromiso en la NCAA) y Charlie Villanueva (sustituido como nacionalizado por Asselin), llevará una gran carga sobre sus hombres en la posición tres.
Tal vez García pueda ayudarle en algún momento con la posibilidad de los novatos Gerardo Suero y la sensación de Karl Towns Jr., quien también podría defender la posición de delantero de poder, pero con sus 16 años y jugando frente a hombres, no se le puede pedir demasiado.
Más allá de los locales boricuas, los demás equipos deben estar al alcance de este equipo dominicano que no debería complicarse mucho para llegar hasta el último partido de esta versión del Centrobasket.
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LSITIN DIARIO
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