LAS VEGAS -- A veces estar en una encrucijada es algo bueno.
Para los Atlanta Hawks -- durante años definidos por su incapacidad para trascender el purgatorio ser un sembradío del medio - - un poco de incertidumbre tiene que sentirse como una especie de indulto.
De cara al futuro tras la salida de Josh Smith, los Hawks son un equipo lleno de contratos de valor y jugadores jóvenes interesantes. Es una construcción que permite la flexibilidad que tantos equipos ansían, pero también es una en la que prácticamente no hay certezas sobre el futuro del equipo.
En Las Vegas, los Hawks tienen dos de los novatos más intrigantes y un jugador en John Jenkins que aparentemente podría tener un lugar en los planes del equipo como un francotirador demoledor. El base armador novato, Dennis Schroeder, fue seleccionado después del centro brasileño, Lucas Nogueira, en la primera ronda, y los dos novatos juntos no llegan a sumar 40 años.
Schroeder ha sido el niño mimado de la Liga de Verano con su juego sobrenaturalmente maduro, y aunque Nogueira probablemente esté a un par de temporadas de poder entrar en la rotación de manera regular, los Hawks no obstante, cuentan con una provisión de jóvenes promesas que muchos equipos envidiarían.
Y, sin embargo, a pesar de dejar que Josh Smith se marche y de haber completado el armario con prospectos tentadores, los Hawks están muy lejos de estancarse. Remplazaron a Smith con Paul Smith Millsapon con un acuerdo que hace que los a nerds del tope se les haga agua la boca. Ganará apenas $ 9.5 millones los próximos dos años, una miseria para un jugador de su calidad, con una duración de contrato prácticamente indolora.
Equipararon la hoja de oferta por Jeff Teague de Milwaukee para mantener el base armador durante cuatro años por $32 millones de dólares -- un acuerdo que, al igual que el de Millsap, parece tan razonable que es un shock entre los contratos que las carreras armamentistas de la agencia libre a menudo producen. En resumen, los Hawks han pasado el verano asegurándose un base armador de 25 años de edad y uno de los ala-pivotes anotadores más eficientes de la liga por menos de lo que se le debe a Zach Randolph.
Es más, siguen junto a Al Horford con uno de los mejores valores de la liga, han firmado a Kyle Korver por $ 6 millones por temporada y le pagarán a Lou Williams un poco menos para proporcionar un poco de combustibilidad desde la banca. Si es algo posible, este equipo es demasiado frugal, inundado de solvencia. Para un equipo estancado en la enormidad del acuerdo de Joe Johnson y el capricho de Josh Smith hace apenas un año, los Hawks disfrutan de una confluencia de talento y frugalidad pocos equipos pueden igualar.
Un factor importante en este cambio de curso ha sido el gerente general, Danny Ferry, quien fue contratado hace poco más de un año. Ferry pareció anunciar sus intenciones con el cambio de Johnson, y en el intercambio de contratos de Millsap y Josh Smith, ha estado muy cerca de hacer realidad su visión. O por lo menos, su visión con respecto al tope. Cómo va a competir el equipo, exactamente, es una cuestión abierta, lo que significa que la contabilidad envidiable de los Hawks sería más bien una fase de transición que la meta final. Por lo tanto, aquí está la encrucijada.
Horford, Millsap, y Teague conforman un buen núcleo, pero son el ideal de nadie cuando se piensa en un escuadrón asesino, con la profundidad que Atlanta ha amasado, los Hawks tienen todas la razones para estar seguros de poder conseguir un lugar en los playoffs, pero si no suman más fuerza, parece que incluso su previamente inevitable sembradío número cuatro podría ser demasiado.
Del mismo modo, Schroeder y Nogueira tiene los ingredientes de un par de jugadores franquicia altos, atlético y fluidos, pero ambos están a años de distancia de poder garantizar ese tipo de compromiso. Si tratas de mantenerse jóvenes mientras competían en la postemporada, es imposible tener lo mejor de ambos mundos, pero los Hawks han logrado algo parecido. Lo que queda por verse es cuál de los mundos tiene más tirón gravitacional.
Una de las lecciones de esta temporada baja es que la acumulación de talento puede pagar grandes dividendos incluso si el talento no se fusiona a la perfección, tal como los Rockets lo demostraron convirtiendo su deseable arsenal de jugadores jóvenes en la estrella que habían estado persiguiendo.
Las cuestiones de ajuste de los Hawks no son un problema tan serio en la cancha como sí lo son en el ámbito organizativo --- puedes pensar en sus activos como posiciones contradictorias en el juego del armado de un roster.
¿Los Hawks van a tratar de dividir los retoques organizacionales entre sus jugadores jóvenes, pero en vías de desarrollo, y sus incondicionales veteranos? ¿De eso se trata el juego? Tal vez el futuro de Atlanta se parece al de algunos otros equipos que están comenzando de nuevo con una gestión inteligente: competencia periférica, una puerta giratoria en los vestuarios y un esfuerzo constante para sumar una de las joyas de la corona de la liga. Pero para un equipo que se ha visto estancado en un nivel dos pasos más arriba de la mediocridad, el mal que no conocen probablemente sea el que preferirán correr el riesgo de padecer.
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