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Dentro de la ola de rejuvenecimiento que experimenta el baloncesto de la NBA, dos “viejos” robles de la pasada generación todavía se mantienen como importantes contribuyentes para la causa de sus equipos.
Tim Duncan y Kevin Garnett lo han ganado todo, pero siguen teniendo el fuego interior necesario para competir con éxito con jugadores mejor dotados, más jóvenes y fuertes.
Sus nombres llegan a la mente de los analistas y fanáticos del deporte a la hora de evaluar a los mejores delanteros de poder de todos los tiempos en la liga.
Y ahora, a los 36 años de edad, jugando como centros en una liga no tan alta como hace algunos años son piezas fundamentales en el éxito de sus respectivos quintetos.
Sin embargo, más allá de la edad, la estatura (7 pies de Duncan y 6-11 de Garnett), las similitudes en la forma que abordan el juego, muestran sus emociones o han desarrollado su carrera no son comparables.
Duncan, un nativo de Islas Vírgenes, estrella de la universidad de Wake Forrest, es reconocido como una especie de “asesino silente”, un matador repleto de fundamentos del juego y que rara vez recurre a la espectacularidad para hacer su trabajo. Desde su llegada a los Spurs de San Antonio, la franquicia se ha convertido en una de las más sólidas del circuito.
El caso de Garnett
Garnett, nacido en South Carolina, no pasó por la NCAA y es la imagen viva de la intensidad, un eterno “hablador” que domina a los contrarios con su talento y su boca. Hizo de los Timberwolves un equipo competitivo, pero sus máximos triunfos han llegado desde su arribo a los Celtics de Boston.
Son ganadores de títulos de campeón, premios de Más Valioso, múltiples selecciones a los equipos Todos Estrellas, partidos de Estrellas y mejores equipos defensivos.
Pero lo resaltable es que cada uno, con su estilo y sello diferente, ha escrito brillantes páginas en la historia del baloncesto sin necesidad de verse envueltos en escándalos de ningún tipo.
Garnett y Duncan, que llegaron a rivalizar por el título de mejor jugador de la NBA, son muestras de cómo tener una carrera brillante y libre de obstáculos que empañen su desempeño dentro del tabloncillo.
FASTBREAKS.- Larry Bird, presidente de los Pacers de Indiana, fue electo ayer como Ejecutivo del Año de la NBA y es el primero que gana el premio luego de ser también Jugador Más Valioso y Entrenador del Año... Se calienta el torneo superior del Distrito que parece que comenzará siempre el próximo día 25... Se podría dar una final San Antonio-Boston para ver el enfrentamiento entre Duncan y Garnett... Mañana comienza el torneo superior de San Francisco de Macorís.
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Dentro de la ola de rejuvenecimiento que experimenta el baloncesto de la NBA, dos “viejos” robles de la pasada generación todavía se mantienen como importantes contribuyentes para la causa de sus equipos.
Tim Duncan y Kevin Garnett lo han ganado todo, pero siguen teniendo el fuego interior necesario para competir con éxito con jugadores mejor dotados, más jóvenes y fuertes.
Sus nombres llegan a la mente de los analistas y fanáticos del deporte a la hora de evaluar a los mejores delanteros de poder de todos los tiempos en la liga.
Y ahora, a los 36 años de edad, jugando como centros en una liga no tan alta como hace algunos años son piezas fundamentales en el éxito de sus respectivos quintetos.
Sin embargo, más allá de la edad, la estatura (7 pies de Duncan y 6-11 de Garnett), las similitudes en la forma que abordan el juego, muestran sus emociones o han desarrollado su carrera no son comparables.
Duncan, un nativo de Islas Vírgenes, estrella de la universidad de Wake Forrest, es reconocido como una especie de “asesino silente”, un matador repleto de fundamentos del juego y que rara vez recurre a la espectacularidad para hacer su trabajo. Desde su llegada a los Spurs de San Antonio, la franquicia se ha convertido en una de las más sólidas del circuito.
El caso de Garnett
Garnett, nacido en South Carolina, no pasó por la NCAA y es la imagen viva de la intensidad, un eterno “hablador” que domina a los contrarios con su talento y su boca. Hizo de los Timberwolves un equipo competitivo, pero sus máximos triunfos han llegado desde su arribo a los Celtics de Boston.
Son ganadores de títulos de campeón, premios de Más Valioso, múltiples selecciones a los equipos Todos Estrellas, partidos de Estrellas y mejores equipos defensivos.
Pero lo resaltable es que cada uno, con su estilo y sello diferente, ha escrito brillantes páginas en la historia del baloncesto sin necesidad de verse envueltos en escándalos de ningún tipo.
Garnett y Duncan, que llegaron a rivalizar por el título de mejor jugador de la NBA, son muestras de cómo tener una carrera brillante y libre de obstáculos que empañen su desempeño dentro del tabloncillo.
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