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viernes, 24 de junio de 2011

NBA: MARK CUBAN OBTUVO A RUDY FERNANDEZ; SERA EL RENACIMIENTO DEL ESPAÑOL?

Si existe un dueño mayoritario que sabe lo que hace, ese es Michael Jordan.

Okey, es una broma: estamos hablando de Mark Cuban.

Nuevamente, el hombre que cambió las payasadas mediáticas por el silencio de un sabio nipón introvertido, volvió a hacer de las suyas en un Draft que traerá, a duras penas, alguna estrella a la Liga.

Todavía quedan seis días en el calendario para que la NBA se vaya a pique con el inminente lockout. De todos modos, como un millonario de antaño a punto de perder sus bienes, es preferible vivir esos seis días a puro jolgorio que quedarse llorando contra un rincón por lo que puede pasar.

Al menos eso es lo que piensa Cuban.

El rey de la franquicia de Dallas acostumbra a apostar. Ese hombre que empezó vendiendo estampillas para pagarse sus estudios y que terminó sin lugar en la casa para poner los billetes que entraban uno tras otro, tiene la particularidad de hacer siempre mejores a sus equipos. Le quita al polvo a un manual escrito en su cabeza y cumple con las instrucciones. Siempre. Si tengo uno, quiero uno y medio. Sacar petróleo de los pantanos no parece una misión imposible para Cuban.

Los Mavericks ganaron el campeonato sin un escolta anotador de elite. Si existía una pata floja en la mesa de Dallas post título, tenía que ver con ese dos que no aparecía en escena, pese a la cantidad de reflectores que apuntaban al escenario con insistencia. José Juan Barea, base armador disfrazado de escolta, tomó el toro por las astas y jugó como un escolta de elite, mientras que el propio DeShawn Stevenson anotó tiros importantes que le valieron un lugar en las consideraciones especiales.

Pero los dirigentes buenos -los mejores- son los que no confunden algo que brilla con oro. Tapar agujeros con las manos no funciona igual que comprar cemento. Cualquiera de nosotros puede caminar por una cornisa con los ojos cerrados una vez y salir ileso, pero si lo intentamos todos los años es posible -y probable- que, con suerte, terminemos en un hospital.

Rudy Fernández no es una estrella de la NBA. Al menos por ahora es uno de esos jugadores que busca un lugar en el mundo, que llegó a la Liga como una de las promesas más importantes pero que, como le pasa a la mayoría de los jugadores internacionales -incluyendo su compatriota Sergio Rodríguez-, no pudo adaptarse a las órdenes del entrenador Nate McMillan en Portland.

Entiendo que los fanáticos de los Mavericks se lamenten por haber dejado ir a Jordan Hamilton en el Draft, pero lo que hizo Cuban tiene mucho sentido. Muchísimo. La realidad es que Dallas no está en condiciones de desarrollar talento porque tiene que intentar ganar ahora. Está urgido por repetir el primer campeonato de la franquicia mientras se pueda. El poker de Dirk Nowitzki, Jason Kidd, Shawn Marion y Tyson Chandler (no son los únicos) tiene varios calendarios encima y no hay tiempo que perder: si quedan balas en la cartuchera, hay que calibrar la mirada y disparar.

Fernández es muy joven (26 años) pero ya tiene tres años en la Liga y eso siempre es un punto a favor para quien confíe en sus servicios. Pasó momentos complicados en Portland, al punto tal que le pidió a su agente retornar a la ACB, pero Rick Carlisle puede ser el hombre que le devuelva esa chispa revulsiva que alguna vez tuvo para saltar desde el banco.

¿Acaso esto significa que DeShawn Stevenson deberá buscarse otro lugar? ¿Es complicada la renovación de José Juan Barea? Fernández parece más un Peja Stojakovic con movimiento y penetración que un defensor de elite como Stevenson. En Dallas aún deben tomar decisiones sobre DeShawn y José Juan, pero el desplazamiento lateral y el poderío físico de Rudy aún está un poco lejos de lo que aportó Stevenson para ganar el campeonato. Y si recordamos su pasado en Portland, tampoco le sentaba muy bien que digamos a Rudy tener que jugar ese rol sin balón.

El escolta español promedió 9.1 puntos por juego en su carrera y un 36.4% desde el área de triples. Créanme: los Mavericks no podían encontrar algo mejor con el pick 26 y 57 en este Draft, sobre todo porque Fernández es un parche que encaja perfecto con sus necesidades.

De nuevo, hay que darle crédito a Cuban y todos aquellos que participaron de la decisión. Este puede ser el renacimiento del escolta español. Si decide escuchar, aceptar su rol y ser una rueda más en el avión de los Mavericks, entonces todo puede ser posible.

Su país, los fanáticos de Dallas y él mismo estaban necesitaban esta oportunidad.

Bruno Altieri//ESPNDEPORTES.COM

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