La Liga Nacional de Baloncesto (LNB) está recogiendo, casi de inmediato, los frutos de lo que cosechó apenas el año pasado.
Un torneo que disfrutó de una alta calidad técnica y competitiva, buena difusión a través de la televisión y un desarrollo fluído.
Con ligeras excepciones, las notas obtenidas por sus organizadores fueron muy buenas.
Y como resultado se ganó el premio Scotiabank al firmar un contrato de patrocinio por tres años. Es un extraordinario paso de avance, no solo para la liga, sino también para el baloncesto y el deporte en sentido general.
El hecho de que el contrato estipule un aumento de un 10 por ciento anual es una gran muestra de confianza en la LNB por parte de esa importante institución bancaria.
Además le da una seguridad financiera al circuito que no tendrá que preocuparse, por las próximas tres temporadas, en buscar los recursos para realizar sus operaciones.
Simplemente tendrá que concentrarse en presentar un buen espectáculo con la calidad de jugador criollo más los importados.
Sin lugar a dudas que la presencia de un presidente de la talla de Federico Lalane José ha influido para que la LNB se haya posicionado tan rápido en el interés de los sectores de alta solvencia en el país.
Lalane José es la cabeza de un grupo de hombres que, desde la antigua LIDOBA y otros que empezaron con la LNB, han invertido trabajo, esfuerzo y muchas horas en hacer realidad el viejo y anhelado sueño de una liga profesional de baloncesto en la República Dominicana.
Y el éxito del torneo de 2010 ha influido en el hecho de que nuevos inversionistas como Frank Elías Rainieri (Cañeros de La Romana), por un lado, Mileyka Brugal, Pablo Brugal, Américo Núñez y Juan Antonio Morales (Huracanes de Puerto Plata) hayan adquirido la mayor parte de las acciones de esas franquicias.
Otro punto a favor del torneo de este año es la dedicatoria a Humberto Rodríguez, uno de los mejores entrenadores de basket en la historia del país y uno de sus principales propulsores de todos los tiempos.
Se recuerda que fue el entrenador de la selección nacional superior masculina que por primera vez ganaba una medalla, la de oro en el Centrobasket de 1977 en Panamá.
Las franquicias han desplegado el mejor de su talento para conformar equipos que los coloquen en los primeros planos de competición.
Y en un país donde, salvo el torneo otoño-invernal de béisbol, se ofrecen pocas opciones de deportes profesionales con cierto nivel calidad y organización, la LNB viene a llenar un gran vacío.
Además de deleitar a los fanáticos del baloncesto, uno de los deportes de mayor crecimiento en el país; pero que ha encontrado obstáculos en todos los órdenes que han amenazado con paralizar su desarrollo.
ALEX RODRIGUEZ//LISTIN DIARIO//WWW.LIGAPLENITUD.COM
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