Oops.
El timing es lo único que separa en este momento a la NBA de los Kardashians, especialmente por la habilidad en la familia para casarse con jugadores de básquetbol. Un grupo ha dañado la institución de matrimonio (entre Khloe que se comprometió con Lamar Odom tras aproximadamente un tiempo fuera de 20 segundos o Kim que se divorció de Kris Humphries en menos tiempo de lo que dura una serie de primera ronda de playoffs), mientras la NBA y sus jugadores violaron la santidad del calendario y no cumplieron uno de los mandamientos: darle partidos para ver a los fanáticos.
Estoy fascinado por ver cómo responde el público, sobre todo por la cantidad de dinero en la mesa dentro de una economía que está barranca abajo. Millones dilapidados en un casamiento vergonzoso. (¿No podrían haber arreglado una plaza para niños o algo? ¿Necesitaban esa boda extravagante?) Millones evaporados por la inhabilidad de cerrar un porcentaje de dos por ciento en los ingresos NBA.
(¿No pueden arreglar un 51 por ciento los jugadores y permitir que todos los empleados vuelvan a trabajar?) ¿Será toda la gente lo suficientemente tonta para invertir su tiempo mirando como las nupcias de Kim Kardashian se van de los shows futuros? ¿Volverán los fanáticos de NBA a los estadios ahora que los dueños y jugadores dieron a entender lo poco que le interesa el valor de los consumidores de este deporte?
La última pregunta es parte de la curiosidad morbosa que se ha agregado a los titulares más calientes de NBA al momento. Ahora, en adición a la defensa del título de Dallas, el comienzo del último recorrido de los Lakers, el próximo paso de Derrick Rose, Kevin Durant, Blake Griffin y, por supuesto, Miami Heat, uno se pregunta qué otros equipos se verán severamente afectados por una cortísima pretemporada o quién se verá dañado si el calendario se acorta como pasó en 1999, o si los jugadores compran la cláusula de amnistía que se viene hablando en la Liga.
En un día de temporal, el lockout dio más razones para ver antes de que la liga comience. Pero eso es en el caso de los fanáticos ultra, los que sufren aún por la falta de partidos de Liga de Verano programados para julio.
Me pregunto qué pasará con los fanáticos casuales como mi amiga Robin, la clásica fan de Miami Heat que se vio ultrajada ya que no había visto un partido desde que LeBron James y Chris Bosh llegaron al pueblo, porque esas son exactamente las personas que la NBA necesita para que el negocio prospere. Se entusiasmó con la NBA -la velocidad del deporte y la atleticidad de los jugadores- tanto que durante los playoffs me enviaba mensajes de texto para ver quien jugaba cada día pese a que el Heat tenía noche libre. Estaba destrozada. Cuando el calendario se demoró en las Finales de Conferencia, estaba enojada por esos días que tenía sin ver NBA. Si hay muchas noches sin NBA para ver, esos fanáticos se moverán a ver cualquier otra cosa.
Los primeros meses importan en la NBA. Más de lo que crees. Recuerda cuando los Boston Celtics, en 2007-08, cerraron todas las voces que decían que "los egos del Big Three no pueden coexistir" al ganar 13 de los primeros 15 partidos en noviembre en conjunto e inmediatamente se convirtieron en material de campeonato.- La última temporada demostraron que el primer mes de NBA -demonios, incluso la pretemporada- pueden dar el tono de nivel de interés, incluso cuando cada partido del Heat era un referendum y el asunto se convirtió en un show que dio dóble dígito de rating de TV para unas Finales de NBA sin los Lakers estén allí desde 1999.
Esa es la razón por la que la NBA se fue al mazo. Era un cambio perfecto de las World Series de baseball al básquetbol en el calendario deportivo. No es que noviembre puede igualar el baseball de octubre, pero la caída no iba a ser tan brusca. Los fanáticos del deporte necesitaban una inyección y eso es lo que la NBA no está dando en este momento. Es una noche de entresemana, los muchachos en el Noroeste están cansados por la nieve que azota los árboles y no está la NBA para darles diversión. Y ahora la diversión de la diversión, la TV reality, se ha convertido en pura patraña.
Mi favorita, la historia Kardashian, tenía que ver con cómo los ejecutivos de E! network eran encontrados con la guardia baja, al no tener cámaras para "capturar la caída en el divorcio de Kim" y ahora todo pasa por saber qué hacer con el divorcio más a la vista que nunca. Eran los únicos que habían aprovechado el negocio sobrevendido, por lo que serán los que más sufrirán.
Pero al menos se mostraron desesperados por salvar su producto televisivo. Eso es mucho más que lo que hemos visto de la NBA. Es tiempo de básquetbol profesional, terminemos con las series de crímenes de una buena vez.
J.A Adande/ESPNDEPORTES.COM/WWW.LIGAPLENITUD.COM
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