Mario Emilio Guerrero
El deporte de alto rendimiento y sobre todo el deporte-espectáculo, ese que atrae grandes multitudes a sus eventos, requiere de la inversión de empresarios privados.
La época en que el Estado patrocinaba casi en su totalidad este tipo de actividades, es asunto del pasado, debido a los problemas económicos que enfrentan nuestros gobiernos y a la necesidad de emplear los recursos en renglones prioritarios como salud, educación, alimentación y vivienda.
Aunque es preciso señalar que, no obstante lo dicho anteriormente, las autoridades oficiales están en la obligación de auspiciar y apoyar la práctica deportiva, como vehículo para el sano desarrollo de la niñez y la juventud, y para la recreación de los ciudadanos.
Igualmente la participación en certámenes internacionales, en que para competir se requiere de la erogación de grandes cantidades de dinero, la presencia de patrocinios no gubernamentales es algo perentorio.
Una realidad
Ejemplos sobran para reflejar esta realidad, pero basta con mencionar el campeonato de béisbol profesional y el torneo de la Liga Nacional de Baloncesto, para darnos cuenta de que sin el concurso de las empresas privadas, se hace imposible el montaje de eventos de esa envergadura.
La misma situación se presenta en cuanto a la participación del país en justas continentales y mundialistas, en las que se requiere la integración de atletas de elite. En estos casos también se hace imprescindible invertir grandes recursos provenientes del sector privado.
Si aquí el campeonato de pelota y el certamen de la LNB se celebran con éxito, es precisamente porque importantes grupos económicos se han propuesto apoyar esos eventos.
En cambio, los torneos distritales de béisbol doble A y de baloncesto, languidecen y enfrentan todo tipo de precariedades, debido a que las empresas que en el pasado les brindaban su respaldo, se han ido alejando por diferentes razones.
Ejemplos
¿Acaso alguien pone en duda que la llegada de Cristóbal Marte al voleibol femenino, sea la razón principal de que hoy contemos con un seleccionado de nivel mundialista? Claro que no y es seguro que si este empresario– deportista no se hubiera preocupado por el desarrollo de esta disciplina, nuestras muchachas estuvieran todavía luchando por un tercer y cuarto lugar en eventos Centroamericanos y del Caribe.
Otra muestra de los frutos positivos que produce la irrupción del sector empresarial en nuestras participaciones en certámenes internacionales, la acabamos de palpar con la administración de la selección de baloncesto de mayores por parte de la firma Inversiones Southgate.
El equipo nacional venía de registrar actuaciones frustratorias en los últimos campeonatos de FIBA Américas clasificatorios para torneos olímpicos y mundiales, principalmente por la falta de recursos económicos, que trajo como consecuencia problemas logísticos, así como de preparación y atención a los jugadores.
Con Southgate, la situación dio un giro de 180 grados y los propios atletas fueron los principales beneficiados con la administración y manejo de la selección por parte de esta empresa.
Concentración prolongada y en instalaciones de primer orden, entrenamientos dirigidos por reputados técnicos, fogueos con jugadores de la NBA y con equipos que luego participarían en el Preolímpico de Mar del Plata, cobertura de todas las necesidades propias de atletas de alto rendimiento y atenciones de primera.
Todo eso brindó Southgate, con Eduardo Najri y José Miguel Bonetti a la cabeza y los resultaron no se hicieron esperar, con la conquista de una medalla de bronce en Mar del Plata, actuación sin precedentes en los anales del baloncesto dominicano, además de históricas victorias ante rivales del calibre de Brasil y Puerto Rico.
Que sigan Los jugadores y el país han ofrecido su testimonio de agradecimiento por ese gran trabajo y esperan que la unión entre estos empresarios y la selección nacional se mantenga.
El clamor general pide que para el torneo de repechaje del próximo año, donde el país nuevamente buscará clasificarse para las olimpíadas de Londres, los mismos hombres que ahora estuvieron en Argentina, sigan al frente del seleccionado nacional de baloncesto.
Los responsables de la FEDOMBAL deben escuchar la opinión de la gente.
Si lo hacen, se darán cuenta de cuál es el camino que deben seguir.
LISTIN DIARIO/WWW.LIGAPLENITUD.COM
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