Patrick Ewing nunca es definido por lo que ha sido, sino por lo que no ha sido.
No fue accesible. No fue adorado. Ni tampoco fue lo suficientemente bueno o afortunado para ganar un título en la NBA.
Muchos aficionados ven a Ewing como una taza a medio llenar, así que tuve una reacción de choque aunque no de sorpresa ante la decisión de nuestro panel de excluir al ex jugador franquicia de los Knicks de una lista de los 20 finalistas de nuestra clase inaugural de miembros del Salón de la Fama de ESPN de Nueva York.
Solamente que no hay que equivocarse: Ewing se ganó su lugar en esa lista y su sitio en el debate sobre quién es el más grande Knick de todos los tiempos.
Yo fui el único panelista en votar por Ewing, quien fue rechazado por los criterios de los profesionales y sesudos Wallace Matthews, Johnette Howard, Rob Parker y Andrew Marchand. Su mayor argumento suena como el aullido que salió de los asientos populares del Madison Square Garden el día que el jamaiquino falló un tiro suave contra los Indiana Pacers.
Ewing nunca ganó un anillo.
Así sea. Willis Reed y Walt Frazier son merecedores de la lista del Top 20, y este contra-argumento no es para demeritar nada de lo que ellos lograron al capturar los dos únicos campeonatos de los New York Knicks.
Pero Ewing anotó 24,815 puntos en su carrera (95 por ciento de ellos para los Knicks), más del doble que el total de Reed. Reed y Frazier también tuvieron algo que Patrick no tuvo.
El uno al otro.
Si Ewing le hubiera podido tirar pases a Frazier, seguramente habría tenido uno o dos anillos en su propiedad. De hecho, el centro de 7 pies nunca tuvo un Scottie Pippen o un Dwyane Wade o un Carmelo Anthony u otro creíble complemento estelar que lo acompañara a la cima.
De hecho, Dirk Nowitzki justamente le recordó a todos que un súper estrella puede encaminar a un equipo al título. Pero cuando el alemán perdió su toque y necesitaba de una ayudadita, Jason Terry hizo los tiros que tenía que hacer.
¿Ewing? John Starks lo apoyó con un 2-de-18 en el revés del Juego 7 ante Houston en las Finales de 1994.
"Tuve buenos compañeros conmigo", dijo Ewing en marzo, "y nunca los haré menos. Tuve a John, Allan [Houston], Spree, [Charles] Oakley. Pero ninguno de ellos era del calibre de Carmelo. No tuve a ningún Carmelo".
No, Ewing no tuvo el poder requerido para desbancar a Michael Jordan, el mejor de lo mejor.
Pero en el año en que Jordan se retiró para jugar en las ligas menores de béisbol, Ewing llevó a los Knicks a sus primeras finales en 21 temporadas promediando 24 puntos, 22 rebotes, siete asistencias, cinco bloqueos y la clavada decisiva de la serie contra Indiana en el juego 7. Patrick puntualizó el momento parándose junto a la mesa de anotaciones con los brazos estirados que parecía que abrazaba a todo el público del Garden.
Puede que ese haya sido el primero y único momento en que Ewing conectó con sus fans. Puede que haya debido jugar con una generosidad de espíritu que lo eludió.
Y sí, tal vez debió haber despojado de la pelota a Starks en el Juego 7 en 1994, y tal vez debió haber clavado ese balón que disparó con las yemas de los dedos al año siguiente.
Pero Ewing siempre jugó duro y jugó lastimado: lideró la liga en paquetes de hielo y todavía encabeza la franquicia en puntos, rebotes, tapones y partidos jugados.
Si eso no fue suficiente para organizar un desfile, seguro que hubiese sido suficiente bueno para alcanzar nuestra lista del Top 20.
Algunos otros puntos sobre nuestras selecciones:
" Altletas activos, entrenadores y dueños no son elegibles.
" Estadísticamente, Jackie Robinson no pertenece a la lista de los Top 5, nuestra clase inaugural del Salón de la Fama. Pero es sin duda el atleta más importante en la historia de Estados Unidos, razón suficiente para ponerle ahí junto a Babe.
" ¿Es Willie Mays a una estrella legítima a pesar del hecho de que pegó 459 de sus 660 jonrones con los colores de los Gigantes de San Francisco? Sin duda alguna.
Mays ganó su único título en Nueva York y consiguió la jugada más memorable de su carrera en Polo Grounds -- La atrapada contra Vic Wertz de Cleveland en la Serie Mundial de 1954.
" Mike Tyson no alcanzó la lista de nuestro Top 20, no después de que desperdició mucho de su talento, fue convicto por violación y masticó un pedazo de oreja de Evander Holyfield. Tyson es más recordado por sus agrias derrotas (Holyfield, Buster Douglas, Lennox Lewis) que por sus tempranas conquistas (Trevor Burbick, Larry Holmes, Michael Spinks).
El sólo haber perdido ante Kevin McBride lo debió haber descalificado de esta lista.
Ian O'Connor//ESPN//WWW.LIGAPLENITUD.COM (es el autor del libro "The Captain: The Journey of Derek Jeter".)
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