Por Osvaldo Rodriguez Suncar
La hora de hacer cambios en el baloncesto de la República Dominicana, ya llegó. Alguien dirá que hace rato de eso. Tendría razón en decirlo. Sólo que por una razón u otra, esos cambios se han ido postergando.
Ya no queda espacio, ni tiempo para más postergaciones.
Deben venir cambios sustanciales, profundos, en la forma de hacer baloncesto en la República Dominicana.
Lo primero que se debe cambiar es el sistema de competencias y que sea éste el que fuerce el paso a una nueva estructura gerencial y administrativa.
Así, lo primero que se debe revisar y cambiar es el instrumento jurídico que rige ese sistema: el reglamento nacional de competencias, en el cual se privilegia de manera clara, explícita, el torneo nacional de baloncesto superior.
Desde el año 2005, la Federación Dominicana de Baloncesto (Fedombal) privilegió el torneo de la Liga Dominicana de Baloncesto (Lidoba), hoy Liga Nacional de Baloncesto (LNB), confiriéndole a su torneo las prerrogativas del torneo nacional.
Entre esas prerrogativas está la de considerarlo como el más importante evento del baloncesto dominicano.
Con el desarrollo de los acontecimientos alrededor del torneo de la Liga y de otros certámenes de nivel técnico parecidos (el Distrito Nacional y Santiago), hoy no queda dudas que el torneo de la LNB es el de más importancia para el basket, en la geografía nacional.
En La Capital todavía sigue siendo el de Abadina. En Santiago, el de Abasaca. Y probablemente en cada localidad, el torneo de su asociación sea el más importante de su provincia. Pero el de más importancia para el país y en la geografía nacional, es el torneo de la LNB. En el presente y en el futuro.
Ordenamiento alrededor LNB
Asumido el criterio respecto a la importancia máxima que para el país tiene el torneo de la LNB, el ordenamiento jurídico del sistema nacional de competencias debe hacerse alrededor de ese certamen.
La prioridad nacional debe ser el torneo de la LNB. Sin antagonismos. Como parte de un todo, en el cual esa liga forme parte medular de una estructura competitiva que nos de la oportunidad como país del desarrollo de nuestros jugadores, técnicos, árbitros, entrenadores.
Por eso creemos que el camino hacia el torneo de la LNB debe estar despejado. Limpio de obstáculos. Por eso abogamos que por lo menos un mes antes de su inicio no debería celebrarse ningún otro torneo.
Así los torneos del Distrito Nacional y de cualquier provincia deberían terminar por lo menos un mes antes del torneo de la LNB, cuyo certamen debe ser el más largo en el sistema de competencias en el país.
Por todo eso, creemos que, entre otras cosas, se debe comenzar ese ordenamiento del cual hablamos estableciendo: 1) Una fecha límite (un mes antes) para los torneos que antecedan el de la LNB, a fin de montar todo el andamiaje promocional y de preparación de equipos para ésta. 2) Un período no menor de tres meses de duración para el torneo de la LNB.
Clasificación de torneos
La clasificación o categorización de los torneos según se contempla en el reglamento nacional de competencias debería ser cambiada, tanto en los parámetros que establecen sus niveles, como en los períodos en los cuales deben disputarse esos torneos.
Deberíamos tener una clasificación a partir del torneo de la LNB, como principal y único de carácter nacional categoría A. Luego una categoría B de torneos, en la cual deberían estar los del Distrito Nacional, Santiago, Puerto Plata y La Romana; los cuales deberían celebrarse en un mismo período: el primer cuatrimestre del año.
En el quinto mes y hasta mediados del mismo, se debería disputar la Copa Fedombal, entre los equipos campeones de esas cuatro localidades nombradas. Un torneo de dos semanas, como se hacen los internacionales.
En la tercera semana de junio debería comenzar el torneo de la LNB, el cual podría extenderse hasta mediados de septiembre, mes en el cual se disputan la mayoría de las competencias internacionales, y por tanto es el mes de mayores compromisos para la selección nacional.
Último trimestre
El último trimestre del año (octubre-noviembre-diciembre) sería para los torneos B (La Vega, Moca, San Francisco de Macorís, San Pedro de Macorís) y para los torneos C (Bonao, Barahona, Provincia de Santo Domingo, San Cristóbal).
El Comité Ejecutivo de Fedombal, que preside el ingeniero Frank Herasme, debería avocarse a hacer esos cambios. La LNB, que preside el licenciado Federico Lalane José, debería ser un punto de apoyo para los mismos, con sus dueños de equipos de esas localidades.
Solo los afiliados a Fedombal y los socios de la LNB pueden producir el gran cambio que amerita el basket nacional. Ellos son el basket nacional. No hay tiempo para postergaciones. Al basket nacional, le llegó la hora de los cambios. Son necesarios otros varios, los cuales abordaremos en próximas entregas.
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