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| Lebron James |
Cuando la NBA empiece a rodar en octubre, muchos ojos estarán centrados en los Miami Heat y, en concreto, en su joven entrenador, Erik Spoelstra, encargado de dirigir un espectáculo con tres de los mejores jugadores del planeta.
La llegada de Lebron James y Chris Bosh, junto a la continuidad de Dwayne Wade, supone para el entrenador del equipo de Miami la oportunidad única de llevar las riendas de un equipo llamado a hacer historia.
Un gran reto que a su vez conlleva una gran responsabilidad y una gran presión, al estar obligados a aspirar a todo y cumplir con las expectativas generadas en una ciudad que se ha volcado con el nuevo proyecto.
El mundo del baloncesto se plantea si Spoelstra, 39 años, un hombre tímido hecho así mismo está lo suficientemente capacitado para sacar el máximo de unos jugadores hambrien- tos de títulos.
En un lado de la balanza muchos sitúan su poca experiencia, que se reduce a dos años en la elite, y en el otro la sabiduría que da el haber pasado por todos los escalafones previos al banquillo y la seguridad que aporta confiar el mando a un hombre de la casa.
Experiencia
Quizá ese sea su mayor aval, los 15 años de trabajo para la entidad a la que llegó tras ejercer dos años como jugador-entrenador en el conjunto alemán del Tus Herten.
Aquella experiencia en el extranjero le ayudó a dar continuidad a sus buenos años universitarios como jugador.
Spoelstra, hijo del que fuera ejecutivo de los Denver Nuggets, los Portland Trail Blazers y los New Jersey Nets, Jon Spoelstra, destacó durante cuatro temporadas como base titular de la Universidad de Portland e incluso fue nombrado mejor novato del año 1989 en la costa oeste.
Sin embargo, su carrera como jugador apenas progresó y su verdadero desarrollo se ha producido en los Heat, donde ha trabajado a las órdenes de primeros espadas como Pat Riley o Stan Van Gundy, que le emplearon en diversas tareas sabedores de sus facultades.
Riley, de hecho, es su principal valedor. Ahora en labores de despacho, Riley es el que ha mostrado más confianza en este técnico amante del perfeccionismo y que sabe lo que es trabajar duro para llegar a la cima.
EFE
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