A partir de mañana y hasta el domingo 11, los dominicanos podrán disfrutar del torneo Centrobasket 2010, en el Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto. Diez selecciones masculinas, representando a igual número de naciones de Centroamérica y el Caribe, incluyendo a la República Dominicana, competirán en este evento, que en primera instancia es clasificatorio para la justa de baloncesto de los Juegos de Mayagüez.
Sin embargo, el montaje de este certamen ha resultado un parto sumamente doloroso en todos los sentidos. El Comité Organizador del torneo y los responsables de integrar el equipo que nos representará en el evento, han tenido que superar innumerables obstáculos para poder cumplir con sus respectivos compromisos. En el aspecto organizativo, el principal escollo ha sido económico y el grupo encargado de montar la justa, encabezado por Fernando Hasbún y Frank Herasme, ha hecho de tripas corazón para conseguir recursos necesarios y tener todo listo para este lunes, cuando se inaugura el campeonato.
La comercialización
Primero, fue lograr que una empresa se interesara en comprar los derechos de transmisión, los cuales fueron adquiridos por la Compañía Nacional de Televisión (CNT), que preside el doctor Julio Hazim. El mercadeo de las vallas y del uniforme del conjunto nacional, así como la venta de anuncios para las transmisiones de radio y televisión, requerimiento indispensable para que la CNT pudiera honrar sus obligaciones de pago con el Comité Organizador, resultó harto difícil, principalmente porque en los últimos meses sólo noticias negativas se estuvieron publicando alrededor de la selección.
Inicialmente fue la ausencia de los jugadores de la NBA, Al Horford y Francisco García, que bajaron muchísimo las expectativas de la gente respecto a las posibilidades medallísticas del país y más adelante, la eventualidad de que Charlie Villanueva tampoco jugara debido a problemas judiciales que enfrenta en Canadá. Asimismo, la ausencia de jugadores de cartel como Luis Flores, Sammy Mejía, Edgard Sosa y los hermanos Ricky y Jeff Greer, fue un golpe mediático trascendental para los esfuerzos de comercialización.
Al final, los patrocinios tanto del sector público como privado han sido muy tímidos, con las obligadas consecuencias negativas para la CNT y el Comité Organizador. La situación pudo salvarse, gracias al apoyo financiero del ministerio de Deportes y de su incumbente, Felipe Payano, un antiguo miembro de la selección nacional de baloncesto. Sin este respaldo, hubiera resultado imposible el montaje de la justa.
La selección
En lo que se refiere a la integración de nuestros mejores jugadores del seleccionado criollo, he sido testigo de los ingentes esfuerzos realizados por el cuerpo técnico de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), liderado por César Saint-Hilaire, Edsel Vila y Héctor Báez. Todos ellos han hecho hasta lo imposible, para que las principales figuras del baloncesto dominicano estén en el tabloncillo defendiendo los colores patrios. Incontables llamadas internacionales, cabildeos y viajes al exterior, forman parte del periplo recorrido por ellos para integrar un grupo digno del prestigio alcanzado por el baloncesto dominicano en el exterior. Si jugadores como Flores, Sosa, Mejía y los hermanos Greer, no figuran en el elenco de la selección nacional, no ha sido precisamente por falta de diligencias, sino por razones ajenas a la voluntad de estas personas, que van desde compromisos previos contraídos por esos jugadores y deseos de descansar después de participar en torneos en el exterior, hasta diferencias con otros integrantes del equipo.
La instalación
Para colmo, el miércoles de esta última semana, Hasbún y Herasme tuvieron que hacer un dramático llamado al ministro de Obras Públicas para que entregara los fondos para terminar la reparación del Palacio de los Deportes, que hasta ese momento se encontraba en un situación deplorable. Los camerinos y los baños estaban inservibles y las unidades de aire acondicionados aún no estaban funcionando. Ante un panorama tan tétrico, el pesimismo se apoderó de todo el mundo. Sin embargo, como es costumbre en este país, estando ya al borde del precipicio, llegaron los recursos y tras trabajar 24 horas en los días subsiguientes, la Media Naranja ya está en condiciones de albergar el importante certamen regional.
En síntesis, esa ha sido la historia de la accidentada organización de este Centrobasket 2010, pero una vez suene el pitazo inicial, todo quedará en el olvido.
Así ha sido siempre.
FUENTE: LISTIN DIARIO
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