Cada vez que República Dominicana ha sido sede de un evento deportivo internacional, hasta el último momento están los obreros trabajando en la reparación de las instalaciones.
Eso ha sido así todo el tiempo, porque tenemos fama de dejar todo para el final. Cuántas veces no hemos asistido a la inauguración de un certamen y nos encontramos con que los trabajadores aún están pintando o martillando. Esa realidad la hemos vivido en nuestro país en innumerables ocasiones.
Es más, lo raro es que se comience un campeonato y que para el día de apertura no se esté terminando alguna labor de acondicionamiento de la sede. Hasta ahora, las cosas nos habían salido bien o por lo menos, siempre cumplíamos, aunque se tuviera que trabajar 24 horas en las últimas jornadas para poder honrar el compromiso contraído. Vivíamos jugando con fuego y quien juega con fuego, termina quemándose.
Por todo lo anterior, creo que hasta cierto punto, no nos debe extrañar lo sucedido en el torneo Centrobasket 2010. Algún día tenía que ocurrir, que los trabajos dejados para última hora no se pudieran ejecutar y que el tiempo no alcanzara para resolver los problemas relegados para las horas finales. Eso ocurrió con el aire acondicionado del Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto, que los responsables de reparar las unidades de climatización creyeron que como siempre, todo se solucionaría, aunque fuera minutos antes de comenzar a jugar. Peor aún, los recursos para llevar a cabo esas labores nunca llegaron, lo que agravó la situación, al extremo de que la FEDOMBAL tuvo que recurrir a fondos propios para enfrentar la difícil tarea.
Hasbún advirtió
Las palabras de Fernando Hasbún, presidente del Comité Organizador de Centrobasket 2010, resultaron proféticas, cuando el pasado miércoles 29 de junio, a ley de 6 días para la inauguración del certamen, hizo un dramático llamado para que el ministerio de Obras Públicas suministrara los recursos para terminar la reparación del Palacio de los Deportes, que hasta ese momento se encontraba en un situación deplorable. Hasbún dijo en esa ocasión, que los camerinos y los baños estaban inservibles y que las unidades de aire acondicionado aún no estaban funcionando y advirtió que la nación se estaba exponiendo a pasar una gran vergu¨enza internacional, si los fondos no aparecían. En ese momento, había un ambiente de pesimismo. No obstante, todo el mundo pensó que al final, como ha sido la costumbre, el dinero de la reparación llegaría y haciendo de tripas corazón, la Media Naranja estaría en condiciones de albergar el importante certamen regional., a pesar del retraso.
Salió todo mal
Pero, esta vez no sucedió de esa manera, ya que los vestidores y las instalaciones sanitarias fueron renovados en un tiempo récord, pero no así las unidades de climatización.
Desgraciadamente, tal y como lo presagió Hasbún, hemos quedado en ridículo ante la opinión pública nacional y extranjera, pues debido a los problemas del aire acondicionado, el torneo tuvo que suspenderse, hasta tanto se solucionara el problema.
Después de un tremendo esfuerzo del Comité Organizador, se logró una adecuada ambientación del Palacio de los Deportes y se pudo continuar jugando. Pero, además de la vergonzosa situación que hemos vivido, las pérdidas económicas son cuantiosas debido a que el evento ha tenido que extenderse hasta mañana, lunes. En los demás aspectos de organización, los responsables del montaje de la justa han cumplido con su cometido.
Transporte, alimentación, hospedaje, prensa, dirección técnica y hasta la acreditación, que el primer día enfrentó algunos inconvenientes, han estado a la altura de un evento de este nivel, a pesar de que se trabajó en medio de grandes precariedades económicas, principalmente por los problemas de comercialización. Lo mismo se puede decir de la preparación de la selección nacional, pues como dije en la columna del domingo pasado, el cuerpo técnico de la FEDOMBAL, liderado por César Saint-Hilaire, Edsel Vila y Héctor Báez, hizo hasta lo imposible para que las principales figuras del baloncesto dominicano estuvieran en el tabloncillo defendiendo los colores patrios.
Los responsables
Dice un refrán que “después del palo da’o, ni Dios lo quita”, pero lo menos que espera la gente de este país, es que se le dé una explicación clara y concisa de lo que originó el ignominioso espectáculo que hemos vivido con este torneo Centrobasket, que pasará a la historia como uno de los capítulos más funestos de nuestra historia deportiva.
Igualmente, esperamos que todo esto nos sirva de lección y el gobierno se aboque en la aplicación de una correcta política de mantenimiento de nuestras instalaciones deportivas. Que así sea.
FUENTE: LISTIN DIARIO
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