El final del Torneo Centroamericano y del Caribe de Baloncesto (Centrobasket) dejó al país con notas diametralmente opuestas en los renglones de competencia y organización.
Luego de un comienzo tambaleante al tener que venir desde atrás para superar a Panamá y Jamaica, el equipo dominicano “aceitó” la maquinaria hasta llegar al partido por la medalla de oro ante Puerto Rico.
Luego de un comienzo tambaleante al tener que venir desde atrás para superar a Panamá y Jamaica, el equipo dominicano “aceitó” la maquinaria hasta llegar al partido por la medalla de oro ante Puerto Rico.
Es indudable el aporte realizado por Charlie Villanueva, Jack Michael Martínez y Ronald Ramón, quienes no hacen vida deportiva en el país.
Pero quienes sacaron la cabeza por el “basket del patio” merecen todo el reconocimiento: Joel Ramírez, Manuel Fortuna, Carlos Paniagua, Manuel Guzmán, Juan Pablo Montás, Kelvin Peña.
Esa es una demostración del gran material que tiene el país en el baloncesto, que solo tiene que ser canalizado, organizado, entrenado y dirigido bajo un programa.
Una vez más la defensa, la intensidad en la cancha y el contraataque fueron las armas principales del combinado nacional.
La estatura y la ofensiva fueron los inconvenientes, pero Erick Musselman supo sacar provecho al material que tenía y, con las excepciones de lugar, manejó muy acertadamente las piezas que tuvo en las manos.
En la cancha se lograron todos los objetivos: clasificar para todos los torneos, jugar el partido final y quedar con la medalla de plata ante la potencia mundial del área que es Puerto Rico.
Teniendo ese equipo como base y con la inclusión de Al Horford (rebotes, estatura), Francisco García (ofensiva, tiros de tres), Edgar Sosa (armador) y un par de jugadores más, el sueño de Londres 2012 podría estar al alcance de las manos.
Desastre organizativo
Pero si bien en el plano competitivo el éxito sonrió al país, en la organización, la República Dominicana quedó en números rojos.
La falta de previsión, el dejar todo para el último momento, el responsabilizar a los otros se tradujo en una gran vergüenza al tener que suspenderse los últimos tres partidos de la tercera jornada debido a la falta del aire acondicionado.
El Comité Organizador, la Federación Dominicana de Baloncesto, los Ministerios de Deportes y Obras Públicas y el Comercializador tienen todos el 100 por ciento de la responsabilidad.
Todos, de una y otra manera, son cómplices del desastre que, lamentablemente, hasta le sirvió de promoción (mala, por supuesto) al certamen que no contó con una fuerte presencia en los medios electrónicos, a través de una buena campaña de expectativa.
Las consecuencias ñsanciones, multas, negativa de futuras sedesñ son todas justas, aunque la FibaAméricas también falló en la supervisión y el exceso de confianza.
FUENTE: LISTINDIARIO
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