Brasil y Argentina dirimen el martes la supremacía del básquetbol sudamericano y una plaza en los cuartos de final del mundial de Turquía.
Los dos equipos son conscientes del equilibrio del partido y se preparan para una batalla táctica y quizá mental, si el marcador permanece igualado hasta el último parcial. En Brasil, la obsesión es frenar a Luis Scola. En Argentina, la preocupación son la dupla Marcelo Huertas-Tiago Splitter, sin olvidar a Leandro Barbosa.
Los dos equipos son conscientes del equilibrio del partido y se preparan para una batalla táctica y quizá mental, si el marcador permanece igualado hasta el último parcial. En Brasil, la obsesión es frenar a Luis Scola. En Argentina, la preocupación son la dupla Marcelo Huertas-Tiago Splitter, sin olvidar a Leandro Barbosa.
Además, el partido tendrá un sabor especial para el técnico de Brasil, el argentino Rubén Magnano, el seleccionador que guió Argentina al oro olímpico en Atenas 2004.
El último precedente entre los dos equipos se decantó del lado argentino por un ajustado 77-73. Fue un partido amistoso en España pocos días antes de comenzar el mundial.
Argentina llega a la segunda ronda con un balance de cuatro victorias y una sola derrota ante Serbia, curiosamente en su mejor partido en lo que va de torneo. Sin embargo, el equipo argentino se ha visto abocado a una especie de "Scola dependencia".
Los 30 puntos de promedio del ala-pívot de los Rockets de Houston son reveladores de la calidad del jugador, pero el equipo argentino, y el propio Scola, piensan que hará falta algo más para superar a Brasil.
"Como todo jugador, disfruto de tener protagonismo, pero me gustaría que estuviera todo más repartido", explicó Scola.
La buena noticia para Argentina es el esperado regreso del pívot Fabricio Oberto, quien casi no se vio en la fase de grupos debido a una gastroentiritis vírica.
Los cuatro días de descanso y preparación que han disfrutado ambas selecciones han permitido al jugador de los Wizards de Washington recuperar fuerzas e integrarse en los entrenamientos justo al resto de sus compañeros.
"Creo que el partido va a ser durísimo, de estos a que todos nos gusta jugar", aseguró Oberto.
El técnico Sergio Hernández consideró que una de las claves será frenar el juego de contraataque rival y llevar el partido a posesiones largas y estáticas, donde, en su opinión, Brasil sufre más.
Hernández tampoco se olvida de la buena conexión entre el base Huertas y el pívot Splitter, que tantos puntos le ha dado a los brasileños.
"Los dos equipos tienen las mismas aspiraciones y las mismas posibilidades de estar en cuartos", consideró Hernández. "Creo que tenemos claro lo que queremos y ahora hay que hacerlo en el campo".
Brasil también ha dibujado en su mente un enfrentamiento igualado. El equipo de Magnano cerró la primera ronda con tres victorias y dos derrotas. Además, fue capaz de poner contra las cuerdas a Estados Unidos, contra la que cayó por apenas dos puntos de diferencia 70-68.
¿Parar a Scola?
Es uno de los objetivos de Magnano, aunque en su opinión el talento individual siempre es capaz de romper cualquier sistema de juego.
"Estamos viendo cómo tácticamente (Scola) puede bajar de los 30 puntos, opacar su rendimiento", dijo Magnano.
"El grado de concentración ante respuestas tácticas de entrenadores para los jugadores, el talento, la frescura para momentos determinantes, el coraje para tomar decisiones. El partido pasa mucho por ahí", añadió.
Como ex seleccionador argentino, Magnano conoce perfectamente a los jugadores rivales, pero no cree que ese factor conceda ventaja a Brasil.
"El conocimiento es muy real y muy concreto, pero luego el talento es especial. Un jugador talentoso tiene muchas soluciones", explicó. "Siempre hay cosas específicas que pueden ayudar, pero nada más que eso".
Más complicado será para Magnano controlar sus emociones. El hombre que dirigió la llamada generación dorada del básquetbol argentino al oro de Atenas se enfrenta ahora a su país en un mundial y con el objetivo de eliminarla.
"¿Qué opinan sus hijos de esta circunstancia?", preguntó un periodista a Magnano.
"Torciendo por su padre, pero deben tener también dentro una dualidad", afirmó. "Debo apartarme de todo eso y focalizarme en el juego. Cuando fiché por Brasil, algunos amigos me dijeron 'mucha suerte', y otros 'que pierdas, pero te seguimos queriendo igual'".
El ganador del Argentina-Brasil se enfrentará en cuartos de final al ganador del Lituania-China, el último de los partidos de segunda ronda del mundial.
La selección lituana parte como favorita frente a una China sin su gran estrella Yao Ming. China fue la única selección del torneo que accedió a octavos de final con una sola victoria, tras beneficiarse de un triple empate en su grupo con Puerto Rico y Costa de Marfil.
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